Dos años después, Luciano sigue apareciendo.

En la pagina de Facebook creada por los familiares y amigos de Luciano, el 17 de octubre de 2014 -día en que apareció su cuerpo sin vida-, se compartió una imagen que sensibilizaba a cualquiera que hubiera sentido ahogo, dolor y bronca por la suerte del joven. La imagen tenia una pregunta concisa “ ¿Qué sentiste el día que apareció el cuerpo de Luciano Arruga?".

En la pagina de Facebook creada por los familiares y amigos de Luciano, el 17 de octubre de 2014 -día en que apareció su cuerpo sin vida-, se compartió una imagen que sensibilizaba a cualquiera que hubiera sentido ahogo, dolor y bronca por la suerte del joven. La imagen tenia una pregunta concisa “ ¿Qué sentiste el día que apareció el cuerpo de Luciano Arruga?».

El patrón de respuesta que se puede ver en los comentarios ronda entre la bronca, el dolor, la indignación, la responsabilidad del Estado, la lucha como motor de la justicia. Conjugarlos en el marco de lo que fue el largo proceso de su búsqueda, hace que decanten por si solos.

 

La bronca viene porque ya se sabía que Luciano no iba a aparecer con vida, porque la Policía ya se había encargado de hacer el trabajo sucio. El dolor se sintió en la piel cuando finalmente todo lo que se denunciaba, llegó sin aviso, aunque hubiese tardado lo suficiente, como para que la impunidad se haga presente. Y sí, las instituciones del Estado se encargaron de que Luciano no aparezca. El Estado y la Bonaerense desaparecieron a Luciano. Y cuando se habla de lucha, no cabe duda que fue el gran motor para que el 15 de mayo del 2015 hubiese una cuota de justicia. Ese día, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de La Matanza condenó a 10 años de prisión al policía bonaerense Diego Torales por la aplicación de torturas a Luciano Arruga.

Luciano Nahuel Arruga era un joven de 16 años, con una gorra repleta de sueños y de vida. Había nacido el 29 de febrero de 1992, en la Provincia de Buenos Aires, y fue visto por última vez el 31 de enero de 2009. Meses antes de su desaparición había sido detenido y torturado en el Destacamento de Policía de Lomas del Mirador. Luciano sufrió en carne propia el hostigamiento de la Policía Bonaerense para que robara en zonas liberadas. Luciano se negó. Los policías que lo desaparecieron formaban parte de esa misma dependencia policíal. Paradoja no, realidad.

 


En 2013, el centro de detención se transformo en un espacio de memoria y lucha. El rostro de Luciano aparecía con una media sonrisa, pero esta vez en un esténcil pintado de rojo. «Ya no estamos en condiciones de esperar, estamos en condiciones de exigir y reclamar” “nos deben un pibe de 16 años”, gritó en aquel momento su hermana Vanesa Orieta. Se exigía, ni mas ni menos, que se completara la investigación antropológica forense, instancia fundamental para el proceso de investigación. Cuatro años de inacción tuvieron como respuesta un plan de lucha concreto: bajar los brazos, jamás.

Rosaura Barletta, referente de Familiares y Amigos de Luciano Arruga, expresó a El Grito del Sur:
“La exigencia de la aparición con vida nunca fue una consigna vacía. El grupo tenía varias reivindicaciones, de las cuales se han concretado muchas muy importantes, como el cierre del Destacamento de Lomas del Mirador y la cesión del lugar a Familiares y Amigos de Luciano para la instalación de un espacio para la memoria».

El 17 de octubre del 2015, Luciano apareció en el cementerio de La Chacharita como NN. Haciendo un recorrido histórico, el termino NN esta intrínsecamente relacionado con los desaparecidos en la ultima dictadura cívico militar. Retumba fuertemente en la sensibilidad de los argentinos, nos hace recordar aquella frase perversa que Videla realizó en una conferencia de prensa en 1979 «Mientras sea desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita. Es un desaparecido, no tiene entidad, no está». Hablaba de jóvenes  y muchos de ellos rondaban la misma edad que en aquel entonces tenía Luciano. Si bien los procesos políticos fueron distintos, -y lejos está de ser una analogía, ya que vivimos en democracia-, pareciera ser que las fuerzas represivas siguen teniendo en su accionar un dejo de aquella ideología del odio y la muerte.

Que Luciano haya aparecido en democracia, enterrado en el cementerio la Chacarita,  en una fosa común, teniendo en sus espaldas una lucha inalcanzable para llegar a su paradero, no es un hecho casual. En los setentas las madres peleaban contra monstruos verdes uniformados, manejados por el Estado. Hoy los familiares de Luciano y de otros tantos jóvenes, pelean contra un sistema policial corporativo, corrupto, que se sostiene gracias a un Poder Judicial clasista, con dejos fascistas. El caso de Luciano, no demostró lo contrario. Al pibe de gorra le llego la Justicia, pero no gracias a ella.

Cinco años y ocho meses después de su desaparición, Luciano apareció muerto. Los medios hegemónicos, que se encargaron sistemáticamente de omitir su nombre, titularon sin que se les moviera el pulso, que Luciano había muerto por un accidente, eximiendo a la Bonaerense de toda responsabilidad. Según documentos oficiales, el 31 de enero de 2009, Luciano había sido arrollado por un auto en la Avenida General Paz, en el km 16, de la mano a Riachuelo. Posteriormente falleció el Hospital Santojanni. Quien manejaba el auto que impactó contra un Luciano desesperado, expreso que «venía corriendo como si estuviera escapando de alguien». Esa misma noche Luciano había sufrido, otra vez, como todas las anteriores, un nuevo hostigamiento de la bonaerense. Y sí, fue la policía.

Su caso marcó fuertemente la agenda de violencia institucional:  “Fue un proceso muy doloroso pero un hito importantísimo en la causa y en materia de procedente, ya que son poquísimos los casos en la que se condena con la caratula de tortura”, expresa Rosaura Barletta.

Todavía hay justicia por recorrer: se espera el juicio y el procesamiento por su desaparición forzosa.
A dos años de su aparición sin vida, no olvidamos, a Luciano lo mató la Bonaerense y lo desapareció el Estado.

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
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