La memoria es imborrable

El gobierno dará marcha atrás con el decreto que volvía movible el 24 de Marzo, el 2 de Abril y el 20 de Junio.

Mientras el presidente Mauricio Macri descansa en la localidad de Chapadmalal, Mar del Plata, junto a su familia, trascendió el anuncio oficial de que este Lunes se firmará un nuevo decreto que le devolverá la inmovilidad a los feriados del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el Día del Veterano y los Caídos en la Guerra de Malvinas, y el Día de la Bandera.

La medida dispuesta por el máximo mandatario hace menos de una semana generó gran repercusión y polémica desde el momento en el que fue anunciada. Las redes no tardaron en estallar para expresar su repudio a la decisión presidencial. Más tarde, se pusieron en marcha diversas campañas para frenar este atropello a los derechos humanos.

Desde los más diversos sectores se arrojaron críticas a la movilidad del feriado del 24 de Marzo. No sólo los organismos de DDHH fueron quienes se pronunciaron en contra de la medida: los intendentes peronistas del Conurbano y del Interior junto a varios gobernadores iniciaron una rebelión al decretar asueto en sus localidades y provincias; Juan Schiaretti, Gobernador y aliado del oficialismo, se sumó al creciente rechazo; el Presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, perteneciente a la Alianza Cambiemos, también expuso sus diferencias; el mismo Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Santiago Cantón (PRO), consideró que la medida no fue acertada.

Ni capricho ni partidismo

El 24 de Marzo de 1976 inició el proceso más sangriento y oscuro de la historia de nuestro país y como tal quedará marcado por siempre en nuestra historia. Desde la vuelta a la democracia, iniciamos, como pueblo, un camino firme y en ascenso en pos de la defensa irrenunciable de los derechos humanos.

Dijimos BASTA a un proceso de avanzada que nos quería dóciles, sin memoria y rendidos a sus órdenes. Empezamos los juicios a la Junta Militar. Dejamos atrás la Teoría de los dos demonios para comprender que lo sufrido en nuestro territorio y en toda América Latina fue un plan sistemático de asesinato, tortura y exterminio de una generación joven, militante, con aires transformadores. Dejamos de verlas como viejas locas para abrazar a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo. Superamos gobiernos que a costa del hambre, la pobreza y el sufrimiento de los argentinos y las argentinas pretendían llevarse todo por delante. Inauguramos Espacios de la Memoria, programas de Derechos Humanos y se hizo de la Memoria una política de Estado.

El 24 de Marzo se transforma en una postal gigantesca que año a año se engrandece por su cantidad pero sobre todo por su calidad. El 24 es la solidificación de una memoria colectiva que no es ni más ni menos que la unión de ese espíritu luchador inquebrantable, de la sed de justicia que nos invade el cuerpo y la convicción de seguir construyendo hasta nuestros últimos días esa patria soberana, justa y económicamente libre por la que murieron nuestros 30.000 compañeros y compañeras.

La dictadura cívico-militar del ‘76 es parte de la memoria, de nuestra historia. Cada jornada de plazas y calles místicas colmadas de gente, de banderas y consignas también es parte de ella.  No es el afán de tener un fin de semana largo ni se trata dormir hasta tarde. Mantener inamovible el feriado es garantía de que constituiremos un país con escuelas, universidades y lugares de trabajo impregnados de Memoria, Verdad y Justicia.

La memoria no es propiedad de tal o cual gobierno. No está sujeta a decretos, necesidades ni urgencias de un partido y por lo tanto, es responsabilidad de cada gobierno de turno preservar como así también aportar a la construcción cotidiana de la memoria de su pueblo.

Un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia. Un pueblo sin historia es un pueblo ignorante.

Y “un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”(*). Aquí radica su importancia y de ella nacen decretos, necesidades y urgencia de determinados sectores por borrarla. Pero ya lo dijo una de las grandes luchadoras y referentes de nuestro país, “no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que tiene conciencia de sus derechos”(**), y esto quedó claro esta semana. El Gobierno Nacional no pudo avanzar con lo que se proponía porque se topó con una sociedad que quiere justicia y no está dispuesta a dar ni un paso atrás en este proceso que llevó años y vidas construir.

El 24 es inamovible y en las calles.

 

(*) Simón Bolívar

(**) Eva Perón

Compartí

Comentarios

Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).