El pasado sábado 22 de abril, inspectores de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) se presentaron en el teatro «El Mandril» -Humberto Primo 2758, San Cristóbal- y clausuraron el lugar al incurrir en un “error” que el mismo organismo días más tarde admitió. En esa ocasión, cuenta Adrián Ruiz, miembro de la cooperativa del teatro, «el inspector interpreta que la oficina que nos habilita a realizar evacuaciones en caso de emergencia no es la correcta, y decide clausurar».
Asesorados por MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos), los miembros del teatro Mandril acudieron a Defensa Civil en donde les ratificaron que lo sucedido era «una falta de respeto», y el miércoles 26 de abril por la mañana, finalmente les levantaron la clausura. Ruiz afirma: «estamos acostumbrados a que nos inspeccionen -a veces vienen tres veces en un fin de semana-, y entendemos que la persona no sabía del tema. Los inspectores saben muy poco y están muy mal informados, es casi vergonzoso, nosotros sabemos muchos más que ellos». Además agrega: «el formato de inspección es absurdo. Vienen a preguntarte lo mismo que te preguntaron hace una semana. No hay registro, están mal equipados -las tablets no les funcionan- y te piden siempre los mismos papeles». La misma inoperancia es denunciada por miembros de otros espacios culturales como Vuela el Pez o el Quetzal, también perjudicados este año.
La clausura injustificada de cuatro días del Mandril dejó sin trabajar a cincuenta personas. En el espacio se dictan talleres de circo, teatro y dibujo -entre otras disciplinas- y los fines de semana se organizan funciones y espectáculos. «Nos afecta a nosotros pero afecta más al profesor que se queda sin cobrar, a los técnicos y actores que no pueden laburar y también a los alumnos», comenta Ruiz, actor y profesor de circo infantil.
El teatro funciona desde hace ocho años y recibe de miércoles a domingo alrededor de mil visitas. Si bien este año concluyeron las gestiones para crear una cooperativa, desde 2011 esperan para estar habilitados como centro cultural -hoy están como teatro independiente-, y denuncian que hay un «limbo» y que esas habilitaciones «no se están dando o se dan a lugares muy puntuales».
