Estamos gestando un fuerte cambio de época

Abril, mayo, junio: un trimestre donde el dolor se hizo carne y se transformó en conciencia.

Por Eugenia Alberdi

Abril, mayo, junio: un trimestre donde el dolor se hizo carne y se transformó en conciencia. Y como donde hubo carne no tarda en llegar la rapiña, ante cada manifestación –asesina o no- del patriarcado, nuestra respuesta siempre estuvo por arriba- y no encima- de las circunstancias. El dolor no es el efecto sino la causa, y las mujeres estamos gestando un fuerte cambio de época: en junio se cumplen dos años del primer ni una menos. Si el Estado no escucha y omite, las mujeres le gritan bien fuerte en el tímpano “el patriarcado se va a caer o se va a caer”.

Introspectiva de un dolor que se hace carne
Abril demostró que el odio es permanente y no descansa. Como dijo la antropóloga feminista Rita Segato, la ideología del macho es aquella que hace pensar al hombre como persona sólo cuando éste manifieste su virilidad. Pensando en esa afirmación podríamos decir que constituida esa personalidad el sistema los empodera de un cinismo estructural, en el cual la violencia es su mayor arma y la impunidad es su mejor justificación. Ahora, la impunidad le está costando con creces, ya no existe un marco -tan- grande como el que los sabia acoger.
A diferencia de los otros abriles el patriarcado no tuvo consuelo, y el hombre macho de traje gris, puede decir que en el mes de abril se le robó mucho de sus beneficios en términos de poder, la resistencia dio frutos. Perdió mucho, porque en parte su poder se conforma por leyes de verdad que plantean omisión antes hechos violentos y ahora, en un contexto firme de resistencia, la sociedad dice basta y en mayúscula. En los medios ya no se cuestiona -tanto- a la víctima, no se escupe de un modo impune es paleta de afirmaciones misóginas que victimizaban al victimario y crucificaban a la víctima “algo habrá hecho”. Si bien la misoginia sigue estructurada en show televisivo, cada vez mas, el cuestionamiento aparece y no solo del lado de las “feminazis”. Tal vez, de un modo entusiasta, se podría decir que cada vez hay más conciencia feminista en un ámbito de machos cabríos.
Ahora ni el fútbol le dio tregua, el ámbito más cómodo que tiene el macho de traje gris, le dio sutilmente la espalda, y en la cancha el macho violento quedó en offside. A Centurión no le alcanzo la velocidad y habilidad que lo caracteriza para desequilibrar a la Justicia, y el juez de Garantías número 3 de Quilmes, Marcelo Javier Goldberg, le prohibió su salida del país y le dicto restricción perimetral. Ante estos hechos, casi toda la comunidad que envuelve al fútbol decidió -mas por demanda coyuntural que por convicción- no pactar. Sus compañeros no salieron a su defensa y el club analiza su pase. Cabe marcar que en el programa del trece “Pasión por el Fútbol” Toti Pasman –macho por excelencia- expresó que había que soltarle la mano, escudándose con la moral del doble discurso de no quedar “manchado” por un hecho repudiable.

Una muerte predecible, un Estado ausente
Sildeshere hace un pequeño ensayo sobre la muerte: la entiende como algo imposible de escapar y plantea que de alguna manera estando conscientes de ella, vivimos cada día y cada momento como si fuera el último. Ahora pensando nuestro momento histórico donde la muerte y la desaparición resuena cada 18 hs, es inimaginable entender al femicidio como algo imposible de evitar, no se escapa por su condición de muerte si no por su modus operandi. El macho se disfraza de parca y su accionar se matiza entre el cólera de su violencia y el gigantismo de un estado cómplice.
“Femicidio es genocidio”, expresó la performance que estableció la FACC en tres locaciones estatales cómplices: La Casa Rosada, El Congreso y Tribunales. De este modo las exigencias del movimiento de mujeres no deja tregua :las cosas por su nombre y las leyes a cumplirlas.

Un gobierno de maquillaje
Desde el 4 de junio del 2014 la Corte Suprema de Justicia de la Nación encomendó a la Oficina de la Mujer elaborar el primer Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina. Por primera vez se establecía una registro nacional que dé cuenta de cada mujer asesinada por su condición de género. En el 2016 no hubo un registro, el Secretario de Derechos Humanos dio a conocer una cifra de 177 víctimas. El observatorio de la La Casa del Encuentro, una organización feminista que aborda la violencia machista, dio el número de 290 victimas. El Estado Nacional omitió 113 mujeres. A esas mujeres la violencia machista volvió a golpear sus cuerpos. Sin registros nacionales que vengan desde el Estado es imposible creer en políticas estatales que intenten erradicar realmente esta problemática en nuestro país. La omisión es un Estado ausente. El gobierno nacional redujo 67 millones de pesos en políticas de género y violencia machista, la decisión la tomó el jefe de Gabinete Marcos Peña.
En el año 2015 el Congreso aprobó la ley 27.210: con ella se creó un cuerpo de Abogados y Abogadas para Victimas de Violencia de Género, dentro del ámbito de la Secretaria de Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Esta ley es muy importante ya que garantiza el acceso a la Justicia a las víctimas, aportando patrocinio jurídico gratuito y asesoramiento legal en todo el territorio nacional. Todavía no se reglamentó y tampoco tiene presupuesto.
Estamos ante un gobierno de habladurías hacia afuera, donde el marketing se aplica en su justa medida, las demandas sociales se sostienen con palabras, pero hacia adentro, del dicho al hecho, nada queda resuelto. El presupuesto es ínfimo y la resolución de políticas estatales está lejos de cubrir las exigencias de una realidad que amenaza a las mujeres día a día, noche a noche.

No son números, son vidas

Pensando sólo en abril, el patriarcado con su engranaje de cuerpos rotos, dejó un total de 27 mujeres asesinadas por su condición de género, ese número es una estadística que sirve para problematizar un contexto violento. Los números no hacen a las personas sino sus nombres, identidad que transcribe sus cuerpos en vidas. 27 femicidios, 27 mujeres: Micaela García ,Araceli Fulles ,Daniela Ameri ,Claudia Lima ,Micaela García,Silvia Castañera ,M. Estela Torres ,Florencia Di Marco ,Silvia Nuñez ,Marina Vedia ,Ornella Doroti, Antonia Rios ,Lucía Hoyos ,Karina Catalano ,M. Adela Duarte ,Gabriela Barceló ,Noemí Salvaneschi ,Cielo Torres ,Paulina Portillo ,Cristina Sandoval ,M. Esther Ramirez ,Tamara Olguín ,Alejandra Polizzi ,Marina Vedia Duran ,Malvina Noelia ,Silvia Morales,Carmen SolisTamara Cordoba ,Mayra Díaz ,Araceli Fulles.
La bronca no calla y las gargantas enrojecidas de tanto gritar, por ellas y todas las demás, hacen del movimiento de mujeres un ejército que pisa fuerte y en cada paso, el macho de traje gris va perdiendo, y las mujeres avanzando.

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