«El Gobierno declaró la guerra a los trabajadores que se oponen al ajuste»

"Si alguien en el movimiento sindical cree que va a quedar afuera del embate del Gobierno, está equivocado", advirtió el secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense, Héctor "El Gringo" Amichetti, a pocas horas de la primera marcha sindical de importancia en mucho tiempo.

Hombre clave de la Corriente Federal que conduce Sergio Palazzo, el secretario general de la  Federación Gráfica Bonaerense, Héctor «El Gringo» Amichetti, confía en que la movilización de esta tarde que protagonizarán los sindicatos mas enfrentados con la Rosada «será mucho más importante en número» que las marchas de diciembre contra el ajuste previsional, aunque advierte que «todavía falta mucho para lograr que el Gobierno cambie su política económica». En diálogo con El Grito del Sur, sostuvo que «la CGT hoy está sin conducción», y que la grieta interna en la central obrera se profundizará entre los sectores dialoguistas y los combativos, pero que «tarde o temprano, si no hay lucha, el Gobierno se los llevará puestos a todos».

¿Qué tiene que pasar hoy en la marcha para que los sectores que convocan queden satisfechos? 

En principio, demostrar mucha fuerza en la calle: creemos que la marcha va a superar en número a las movilizaciones de diciembre contra la reforma previsional. Tanto en número de trabajadores como de organizaciones. Pero por supuesto no pensamos que el Gobierno vaya a cambiar su política a partir de la marcha. La apuesta es darle una continuidad a la movilización popular para que se traduzca en organización popular, es decir que nos vayamos fortaleciendo de cara a lo que viene, crecer, ampliar los espacios de convocatoria y unidad del movimiento obrero, las Pymes, las cooperativas, todos los sectores agredidos por el neoliberalismo. Estaremos contentos si podemos dar un paso adelante en ese sentido.

El Gobierno no va a cambiar su política, pero ¿puede al menos ceder en la pauta paritaria que viene proponiendo?

Yo espero que sí. Apuntamos a que sí. La marcha apunta en primer lugar a defender el poder adquisitivo del salario. Pero insisto en que el Gobierno está muy atado a la pauta del 15 por ciento como techo, necesita que no se le desborden las paritarias. En ese sentido la movilización de hoy puede llegar a ser un indicador de cómo esta esa correlación de fuerzas. También veo que muchas de las organizaciones que no convocan mañana están esperando eso, porque también tienen que negociar sus propios convenios.

El Gobierno plantea que no hay ninguna razón para marchar, que la inflación está contenida, que creció el empleo y que la marcha tiene como único objetivo defender a Moyano.

Es al revés. El ajuste que ya veníamos denunciando se agravó en los últimos meses con 6700 despidos, el freno a las paritarias libres y un avance sobre los convenios colectivos. En especial, el convenio de Camioneros, que es un núcleo del conflicto. El Gobierno quiere bajar a toda costa los costos de logística a costa de los trabajadores, y sabe que contra ese gremio no va a poder. Entonces aparecieron las causas judiciales. Para nosotros, que se haya sumado Camioneros con toda su fuerza es un hecho para ser optimistas y esperamos que lo mismo pase con los ferroviarios, luz y fuerza y otros sectores.

¿El quiebre puede haber sido la negativa de Moyano a apoyar la reforma laboral?

Desde la cumbre de Luján que el Gobierno está molesto, porque creía que tenía cerrada la reforma laboral y la CGT le retiró el apoyo. También creían que la reforma jubilatoria la sacaban de taquito, y debieron reprimir como lo hicieron con el alto costo interno y también externo, porque la vieron también los inversores. Desde entonces, el Gobierno le declaró la guerra a los trabajadores que se oponen al ajuste. Pero si alguien piensa que desde el movimiento sindical que va a quedar afuera del embate del Gobierno, está equivocado.

Hector Amichetti junto a Sergio Palazzo
Hector Amichetti junto a Sergio Palazzo

La discusión en torno a marcha sí marcha no terminó por detonar el triunvirato. ¿Se abre una nueva etapa al interior del CGT a partir de hoy?

Hay que partir de la base de que la CGT ya no tiene conducción. El triunvirato está resquebrajado y tenemos una central obrera sin conducción. La práctica demostró que la unidad del triunvirato se dio por arriba, sin ningún sustento programático que la sostuviera, y fracasó. Nosotros, desde la Corriente Federal, planteamos que se de un debate serio, sobre la base de una unidad programática de cinco o seis puntos de acuerdo y un plan de acción, para reconstruir esa conducción sin exclusiones. Pero hay otros sectores que no evidentemente no quieren una CGT que discuta el rol del Estado, la deuda externa, la industria nacional, y que creen que la via de acción es la negociación permanente con el Gobierno, a la que yo le llamo dialoguismo bobo, porque no sacan ningún resultado. Si nos huberan demostrado que el diálogo les dió resultado diríamos «Ok, tenés razón», pero con el “diálogo” no han logrado frenar el tarifazo, ni el recorte salarial, ni la pérdida de derechos.

¿El dialoguismo nació con el miedo al carpetazo?

Algunos tal vez lo hagan por eso, hay una minoría negociadora que puede estar presionada. pero en el fondo hay un vicio del sindicalismo que considera que siempre hay que negociar con el poder, sea un gobierno nacional y popular o uno  neoliberal o la dicatadura. Y después se reacomodan.

La Corriente Federal, en pleno: Vanesa Siley, Héctor Amichetti, Sergio Palazzo y Walter Correa, entre otros, junto a Hugo Yasky

¿Hay alguna forma de reconstruir la unidad en el mediano plazo o vamos hacia dos espacios delimitados?

Hay que tener claro que hoy no hay un liderazgo que pueda reunir a todos, por eso planteamos que lo primero a discutir es el programa. Me parece que está creciendo la cantidad de organizaciones que visualizan es muy difícil encontrar acuerdos con el Gobierno y que el gobierno viene por todo. El realineamiento que se va a dar, paso a paso, dentro de ese sector, y no descarto que aquellos que no quieran seguir ese camino se corten solos.

¿Ve a la CTA dentro de ese realineamiento?

Lo veo posible.  Hugo Yasky ya ha dicho que ellos están dispuesto a un debate serio para una unidad orgánica más allá de la unidad en las calles, siempre y cuando se vaya configurando una CGT de oposición.

 

 

 

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