«Salimos a la calle para luchar por los derechos de todas las personas, sin importar la condición sexual que tengan”, expresó ayer Mariana Gómez junto a su esposa, Rocío Girat frente a tribunales en el marco de la convocatoria que se realizó bajo el lema #PresaPorBesar, para dar su apoyo a Mariana por haber sido detenida arbitrariamente en octubre pasado por haberse besado con su pareja en la estación Constitución de la línea C de subte.
Con carteles en alza que rezaban «Todxs somos Mariana», «Basta de lesbofobia» y «Abajo el PROtocolo LGBTI», organizaciones populares, la Federación Argentina LGBTI, la Asamblea Lésbica Permanente, entre otras, acompañaron a Mariana y a Rocío a presentar la apelación de su procesamiento por “resistencia a la autoridad y lesiones” dispuesto por la Jueza María Fontbona de Pombo a cargo del Juzgado Criminal y Correccional N° 45.
La pareja denunció que aquel hecho que dispuso la detención de Mariana y hoy su procesamiento, lejos se trató de un apercibimiento por haber fumado en un lugar no permitido, sino que fue un acto de discriminación sexual y lesbofóbico, dado que en ese momento había otras personas fumando en el mismo lugar y no les fue llamada la atención.
Aquel 2 de octubre de 2017 un efectivo de la Policía de la Ciudad, identificado como Jonatan Rojo, llamó “pibe” a Mariana, golpeándola y reduciéndola bajo la excusa de estar fumando un cigarrillo en un lugar no autorizado y resistirse a la autoridad. Sin embargo, no todo terminó allí, a Mariana la arrojaron en un calabozo común, donde permaneció durante siete horas mientras Rocío presentaba el certificado de matrimonio que el policía -haciendo caso omiso- anotaba como “estado civil soltera”.
A pesar que hace varios años nuestro país tiene en vigencia leyes tales como el matrimonio igualitario (Ley 26.618) o la de identidad de género (Ley 26.743), las fuerzas de seguridad no reconocen estos derechos avasallándolos día tras día y discriminando a los ciudadanxs.