«El caso de Santiago se viralizó, pero hay muchos desaparecidos mapuches»

Fabio Inalef es poeta, músico y profesor de mapuzungun, el idioma mapuche. Denuncia que a la Patagonia no ha llegado el diálogo que promete Cambiemos y que la creciente represión del gobierno puede generar una "chilenización" del conflicto mapuche. Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Jones Huala y la Machi Linconao del otro lado de la cordillera, pero atravesados por la misma historia de lucha.

Fabio Inalef es mapuche, poeta , músico, activista, y profesor de mapuzungún,  la lengua de su nación. En Argentina 105.000 personas pertenecen o descienden en primera generación del pueblo mapuche. En la Araucanía chilena 600 mil personas se declaraban pertenecientes al pueblo mapuche en el Censo de 2002. Un mismo pueblo, atravesado por la cordillera pero con la misma historia y las mismas reivindicaciones.

«El conflicto del pueblo mapuche recrudece porque, en los últimos 20 años, el territorio de nuestro pueblo viene siendo salvajemente perseguido por las mineras y las petroleras . Con el cambio de gobierno se acrecentó la persecución y el diálogo se ha roto por completo. El caso Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel marcaron un antes y un después en la lucha mapuche y nuestros reclamos se han visibilizado», explica Inalef.

¿Existe un resurgimiento de la identidad mapuche?

En mi caso personal nunca se ha ocultado nuestra identidad y siempre supimos que veníamos de un linaje territorial mapuche. Lo que se ha perdido es el habla, que se fue recuperando desde mi niñez hasta esta parte, e incluso hemos llegado a dar clases de mapuzungun. Lo que hay es un problema con la identidad similar a la que ha pasado con la gente de H.I.J.O.S: mapuches que se enteran a los 30 o 40 años de su identidad y prefieren seguir viviendo como criollos o teniendo un pensamiento occidental.

¿Cuales son las principales reivindicaciones del pueblo mapuche?

La reivindicación territorial es la fundamental. El pueblo mapuche es uno solo de ambos lados, en Chile y Argentina, es un pueblo preexistente y la Constitución argentina lo reconoce en su artículo 75 inciso 17. Esto no se ha cumplido nunca, aunque nuestros territorios son preexistentes y milenarios: en el caso de Santiago Maldonado  la Gendarmería no reconoció los territorios sagrados y ancestrales, irrumpió en nuestras tierras y después pasó lo que pasó.  El caso de Santiago, al no ser una persona mapuche o indígena, se viralizó mucho más pero ha habido muchos otros casos y desaparecidos mapuche hay muchos hace mucho tiempo.

Otro de los conflictos tiene que ver con el medio ambiente y el cuidado de la biodevirsidad. Hoy en día hay grandes empresas en Villa La Angostura contaminando todo el territorio, los ríos,  los lagos. Lo mismo sucede en la provincia de Santa Cruz, con las represas. Es un conflicto permanente en el que el pueblo mapuche opone resistencia.

Por último el derecho a una educación intercultural, que nuestro país tiene pero a medias. El artículo 75 le otorga derecho a los pueblos originarios para respetar su manera de ver el mundo y su identidad, pero no se aplica en su totalidad.

¿Hay margen para pensar un reconocimiento del Estado argentino a la Nación mapuche?

La nación mapuche es nación por que tiene un habla, un territorio, un pensamiento propio, pero siempre ha sido un pueblo que ha aportado a la creación de una argentina pluricultural. Lo hace desde la educación, su historia, su cultura, que está arraigada en la Patagonia. Actualmente vemos lejana esta posibilidad: hace falta incentivar al argentino común y corriente para que entienda que los pueblos originarios existen y no son cosas del pasado. Desde Buenos Aires y el resto de las grandes ciudades dejar de darle la espalda a los pueblos y reconocer que existen otras maneras de ver el mundo.

¿Creés que persiste una intención de las clases dominantes de dividir entre mapuches buenos y mapuches malos?

Hay un resurgir del discurso hegemónico del indio bueno, que ya existía durante la Conquista del Desierto. Los indios buenos aportaban al ejército, los malos eran los que organizaban la resistencia, los que no se entregaron y lucharon en defensa de su territorio. Hoy en día la prensa instala el mismo discurso: el mapuche malo es el que defiende la tierra, el que protege a su descendencia, al medio ambiente y el que lucha para que sus hijos tengan un territorio libre donde vivir. Y después está el indio bueno, que siempre ha existido, que es el que se ha entregado, el traidor.

¿Cuáles son las diferencias entre la lucha mapuche en Chile y Argentina?

En Chile hay una batalla campal contra el mapuche, por parte de todos los presidentes chilenos. Existe un desprecio muy grande en torno a la disputa territorial, la deforestación. Hace unos años atrás, estando en Chile, uno decía «que terrible vivir acá». Pero qué paradoja, hoy el territorio mapuche argentino es parecido, en constante batalla campal, con altos niveles de persecución. Hoy tenemos Policía, Gendarmería, al Ejército en el sur y una importante militarización de nuestros territorios en Junín de los Andes, Esquel, El Bolsón. Vivimos una persecución que se ha fomentado en los últimos años y no hay diálogo.

Jones Huala y Machi Linconao, son dos casos similares a los dos lados de la frontera. ¿Hay una línea de continuidad en la persecución a líderes mapuches?

Está el caso de la Machi Linconao, el de Ceslestino Córdoba -también en Chile-. nosotros tenemos al lonko Jones Huala y hay muchos dirigentes perseguidos. Pero no es nuevo: estuvo Pulmarí, que en su momento fue un precedente de presos políticos mapuches por defender el territorio. Hay una constante persecución a dirigentes, solo que no sale en la prensa.

Foto: Marcelo Martinez
Foto: Marcelo Martinez

¿Existe realmente la RAM o es un invento de los grandes grupos mediáticos?

Nunca hemos visto al RAM. Hay quienes dicen que existen, otros que dicen que es un invento del Estado para desprestigiar a todo el pueblo mapuche y las victorias que hemos conseguido en educación y cultura en los últimos años. Es una batalla de los medios hegemónicos para instalar la idea del «mapuche chileno», un indígena que no tiene nada que hacer en Argentina. Este verso no es nuevo, viene desde la época de Roca: se trata de instalar que el mapuche es chileno y por eso es legítimo conquistar su territorio y exterminarlos.

Nosotros con lucha hemos logrado la educación intercultural, avances en el tema del habla y la reivindicación de la lengua mapuzungun, que incluso se dicta en muchas universidades del país. Nuestra cultura es una cultura viva: somos un pueblo rico, que ha hecho política siempre, desde los antiguos líderes que gestionaban y eran grandes parlamentadores, hasta nuestros actuales referentes. Hay tantas comunidades y lonkos distintos, que hacen del mapuche un pueblo muy diverso. Y eso ha sido lo que ha hecho que fuera tan dificultoso derrotarlo.

¿Que sucedió con las políticas hacia los pueblos originarios durante el kirchnerismo?

Creo que hay una deuda pendiente del gobierno anterior. Este gobierno no tiene nada de políticas hacia los pueblos originarios, pero en el anterior faltó mucho. En la intimidad muchos dirigentes reconocen que falto esa política. Hay que hacer una autocrítica: un día reprimían en Formosa y al día siguiente Gildo Insfran se sentaba en el palco al lado de la Presidenta.

Me gustaría que en 20 años la bandera mapuche flamee en la Plaza de Mayo como un país pluricultural, que respete la diversidad, nuestra visión del mundo, nuestro territorio y nuestra bandera.

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