Esta tarde se conoció la sentencia en el caso que investigaba la muerte del joven Nehuén Rodríguez, de 18 años, atropellado por un patrullero de la Metropolitana que venía sin sirena, a alta velocidad y en contramano. En su veredicto, el Julio Báez sentenció al policía Daniel Castagnasso por homicidio culposo con una pena de tres años. Sin embargo Castagnasso permanecerá en libertad, tal como lo hizo durante todo el juicio en su contra.
Si bien el condenado era el conductor del automóvil, viajaba en el patrullero junto con el subinspector José Daniel Soria Barba, quien declaró como testigo pero no se sentó al banquillo de los acusados. Soria Barba alegó que encendió la alarma (aunque los testigos presenciales desmintieron esta versión) y que no pudo ver el momento del impacto ya que se encontraba “escribiendo”.
La noche del 14 de diciembre de 2014 Nehuén estaba por juntarse con sus amigos para celebrar el triunfo y posterior ascenso de Huracán cuando un patrullero Ford Ranger de la Policía Metropolitana que circulaba sin la sirena, a alta velocidad y en contramano, lo impactó de lleno en la esquina de Brandsen y Ramón Carrillo y lo arrastró casi treinta metros. Desde aquella fatídica noche, amigos y familiares del chico inicaron una importante campaña para llevar a los acusados al juicio oral y público.
Al finalizar el proceso, Roxana Cainzos, madre de Nehuén, sus amigos del Normal 3 y las organizaciones sociales que acompañaron todo el proceso, se formaron frente a los Tribunales con una gran bandera. Cubiertos con máscaras con la cara del joven, repitieron a coro el viejo lema, que ya desgasta la garganta de tanto repetirse: “Nehuen Rodríguez presente”. En la bandera blanca, escritas con letras rojo quemero se leía: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”.