«Si no nos logra quebrar, el gobierno va a llegar debilitado a 2019»

El secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, Roberto Pianelli, habló de todo en una charla con El Grito del Sur: los materiales cancerígenos en el subte, la CGT, Lula, el rol del movimiento obrero, el rearmado de la oposición, el futuro de Macri y de Cristina Fernández de Kirchner.

Los trabajadores organizados son uno de los blancos favoritos del presidente Mauricio Macri a la hora de delimitar enemigos. El caso del docente Roberto Baradel en la provincia de Buenos Aires es el más conocido. Esta escalada del Poder Ejecutivo contra referentes sindicales opositores tiene repercusiones en la vida cotidiana de algunas entidades no alineadas con el proyecto político actual. La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) había conseguido a finales del año 2015 la personería gremial tras varios años de lucha contra la burocracia de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Sin embargo, a comienzos de este año la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme el fallo que declara la nulidad de la personería otorgada al sindicato. Lejos de rendirse, el secretario general de la AGTSyP, Roberto «Beto» Pianelli, sigue en la búsqueda de fortalecer al sindicato que representa la defensa de los intereses de los trabajadores del subterráneo. En la oficina de la calle Carlos Calvo a la altura del barrio de San Cristóbal, Pianelli habló de todo con El Grito del Sur: los materiales cancerígenos en el subte, la CGT, Lula, el rol del movimiento obrero, el rearmado de la oposición, el futuro de Macri y de Cristina Fernández de Kirchner.

¿Cómo afecta sus condiciones de trabajo la supuesta aparición de un material cancerígeno en los vagones de subte?

La política que se está desarrollando en el país es la de empeorar las condiciones laborales y los salarios de los trabajadores. Hace dos meses estalla un escándalo en Madrid porque la empresa dueña del metro reconoce que tiene trabajadores enfermos de amestosis, que son casos de pulmón o de hígado esencialmente producto de la inhalación de asbesto. Brasil era uno de los productores más importantes de amianto y lo dejó de producir por ser cancerígeno. Nosotros prendimos la lamparita porque 8 años atrás el gobierno de la Ciudad compró trenes CAF 5000, que era uno de los que se estaban denunciando en Madrid que tenía amianto. Se compraron aproximadamente 36 trenes para que funcionen 18, es decir, tres formaciones. En Madrid eran chatarra y se compraron en forma directa, sin licitación. Fue un escándalo. Hicimos un paro y no nos dan bola, salió el presidente de Sbase a decir que no pasa nada y que no hay amianto. Tenemos certeza a través de un certificado que nos dio Metro de Madrid y que reconoce lo que está pasando.

El viernes pasado realizaron un paro de unas 3 horas e inmediatamente el Ministerio de Trabajo anunció una multa hacia el sindicato, alegando la falta de personería del gremio. ¿Qué respuesta tienen ustedes frente a esto?

Eso es una barbaridad. Los gremios con o sin personería jurídica pueden declarar paros. Eso está resuelto por la Corte Suprema de Justicia en un fallo del año 2016. No hay ningún motivo que nos impida ejercer nuestros derechos. Igual no descartaría que nos quieran imponer una multa. Estos tipos no se atienen a derecho.

Los multan por un paro y si levantan los molinetes, pasa lo mismo o peor. ¿De qué forma se defienden los derechos de los trabajadores del subte bajo este gobierno neoliberal?

Esto que vemos acá se está viviendo en todo el continente. En Brasil se ve más abruptamente aún. Es una etapa en la que los grupos económicos concentrados han tomado el poder en varios países del continente en alianza con los grandes medios de comunicación y la parte más sustancial de la Justicia. Hoy los derechos se defienden en la calle, corriendo los riesgos que haya que correr. Si a Juancito lo multan por abrir molinetes, después tiene que ir al tribunal y declarar en un juicio. Son los riesgos que hay hoy en día con una democracia que está totalmente cuestionada. Si quieren llegar a hacernos algo, vamos a tener que poner el pecho.

«Beto» Pianelli en la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro

¿Qué consecuencias trae la detención de Lula para los movimientos populares de toda la región?

Lula no es cualquier persona: fue el primer presidente obrero que gobernó un país como Brasil, que es casi un continente y tiene un contraste social muy grande. Brasil tuvo una influencia muy grande sobre los procesos de cambio que se vivieron hace 10 años y la existencia de Lula fue fundamental. Hoy estamos en un momento en el que a los grandes líderes del continente no les permiten presentarse a elecciones: es el caso de Zelaya en Honduras, de Lugo en Paraguay, de Correa en Ecuador y ahora de Lula en Brasil. Antes daban golpes de Estado, pero ahora es más sofisticado porque tratan de liquidar a los liderazgos a través del aparato judicial. Lo de Lula es terrible porque va a elecciones y afana. Como le dijo él a Cristina, la derecha no hizo todo esto para que volvamos a gobernar. Y yo creo que es así.

Volviendo a Argentina, hoy el movimiento obrero está discutiendo una nueva conducción de la CGT tras el fracaso del triunvirato y se vislumbran nuevas alianzas entre el sector del moyanismo, las CTA y los movimientos sociales. En ese marco, ¿cómo ves a Héctor Daer a la cabeza de una nueva CGT? 

Me parece que Daer no puede estar a la cabeza de ninguna CGT que quiera defender los derechos de los trabajadores. Daer fue uno de los primeros en viajar a Brasil para solidarizarse con Lula, un gesto que fue muy bueno. También viajó Duhalde. Es decir, todos aquellos que no pueden hacer política acá buscan la manera de lavarse la cara aunque sea en otro lado. La política que desarrolló el triunvirato fue vergonzosa. Yo creo que la CGT está condenada a estar dividida en veinte corrientes. Lo que hay que discutir es el programa y la política y, en ese sentido, me da la impresión que a pesar las dificultades el sector que en febrero se movilizó en la 9 de Julio -las dos CTA, la Corriente Federal y el moyanismo- tienen más puntos en común para conformar un polo de combate con un programa que se constituya como referencia, aunque quizás no tenga nombre. La CGT va a seguir así, a menos que suceda un fenómeno de la realidad política que los haga modificar su rumbo.

¿Creés que de acá al final del gobierno de Macri se van a imponer las medidas de resistencia al ajuste o va a primar un tono más dialoguista? 

Yo creo que se van a desarrollar dos sectores, siempre fue así en un gobierno de este tipo. Un sector que pacta por miedo con el gobierno -eso no es diálogo, hay uno solo que da ordenes- y, por otro lado, otro sector que resiste y no se entrega. Yo creo que el sector más combativo va a ir creciendo.

¿Qué rol le cabe hoy al movimiento obrero en el armado de un gran frente opositor que incluya al peronismo, el kirchnerismo y otros sectores para enfrentar al macrismo?  

El movimiento obrero es fundamental. Este gobierno va a lograr ser reelecto si logra quebrar a los trabajadores y los sectores populares. Si no nos logra quebrar, el gobierno va a llegar debilitado. Por eso es central la resistencia a los planes de este gobierno para que pueda haber un frente. Si el gobierno avanza, lo más probable es que esto se disperse.

¿Hay 2019 o tenemos para 4 años más de macrismo?

El 2019 llega después del 2018. Según lo que pase en el 2018, va a haber 2019. Es lo que te decía antes: si el macrismo logra quebrarnos, lo más probable es que se quede porque nos va a debilitar y a partir en mil pedazos. Uno apuesta a que podamos resistir y a que no logren pasar la reforma laboral, ni puedan quebrar a los bancarios ni a los docentes.

¿La ves hoy a Cristina Fernández como presidenciable o creés que hay que apostar por una nueva figura?

Yo presidenciable no veo hoy a nadie. Lo que sí veo es que Cristina es la mayor referente de la oposición por lejos. Es la única que se puede sentar en una mesa y decir que tiene el 35 o 36% de los votos. Dicen que tiene un piso muy alto y un techo muy bajo. Si es así, eso hay que medirlo en su momento. Porque Cristina tenía un techo mucho más bajo hace 1 año y medio atrás cuando, desde el macrismo, le hicieron una campaña de demonización gigantesca. Para mí es indiscutible que el kirchnerismo es un eje central en la oposición, aunque solos no se gana.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.