Las cosas por su nombre

El lunes expuso su alegato la querella por parte del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo. Tanto Kassargian como Saban Orsini, recordaron los pasos de Diana por el INADI, solicitaron que se encuadre el hecho en un travesticidio y requirieron al tribunal la pena de prisión perpetua para el acusado Gabriel David Marino. Hoy es el turno de la Fiscalía a cargo de Ariel Yapur.

“Si matan al padre, se habla de parricidio; si matan a un hijo/a, se habla de filicidio; al hermano/a, fraticidio. Entonces, cuando matan a una travesti por su condición de tal, se debe hablar de travesticidio”, dijo Juan Kassargian, del equipo de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) el pasado lunes en los alegatos por el juicio de Diana Sacayán.

Como en todas las audiencias, la sala estaba llena. Afuera, en el pasillo, unas diez personas, amigxs y familiares de la víctima, la seguían a través del televisor mientras tomaban mate y preparaban los cartelitos de “Justicia por Diana Sacayán”.

Dentro del recinto Kassargian manifestaba que “según los informes de la causa, se sostiene que Marino poseía autonomía psíquica para comprender y/o dirigir sus acciones de los hechos ocurridos en autos”. El abogado del INADI destacó en varias oportunidades la necesidad de dos atacantes para realizar las lesiones que la autopsia observó en el cuerpo de Diana.

Minutos más tarde, el representante del INADI le dio lugar a Micaela Saban Orsini, de la Dirección de Promoción y Desarrollo de Prácticas contra la Discriminación del Instituto, quien de un modo claro y contundente le recordó al Tribunal el trabajo de Diana por el Instituto, “Diana trabajaba en el área de Diversidad Sexual, sus compañeros de oficina aún la recuerdan cuando llegó planteando la redacción de la ley de cupo laboral trans para la provincia de Buenos Aires. Pensaron que estaba loca, pero al poco tiempo empezaron todos a trabajar en ello”, y agregó “le fue arrebatada la posibilidad de ver sus propios logros. Era un ejemplo de lucha y compromiso”.

Mientras Saban Orsini hablaba de la importancia de la figura de Diana para la población trans, varias personas se paraban para escuchar la audiencia frente aquel televisor. Era un desfile de trajes y tacos altos. De fondo se escuchaba: “Ella era una idealista, creía en que era posible construir un mundo mejor que creía que se podía construir con amor, mediante redes, a pesar de todo lo que le tocó atravesar como mujer, travesti y originaria. Diana les dio un lugar a las personas que fueron expulsadas de sus casas, de sus escuelas, sus hospitales y sus trabajos por su identidad de género”.

Luego prosiguió Kassargian quien hizo énfasis en la motivación de odio de género a la identidad de travesti por parte del acusado, Gabriel David  Marino, haciendo referencia a Judith Butler y a la testigo muxe Amaranta Gómez Regalado, quienes explican sobre la “doble negación” que hay hacia las identidades trans por los perpetradores de violencia conforme a la negación de su propio deseo y a la negación de esas identidades que deshumanizan al violentarlas y asesinarlas de una manera específica como cortarle los pechos y sus miembros.

Asimismo, la querella del INADI reflejó la vulneración de derechos del colectivo travesti-trans, conforme un informe realizado por el Indec y el Instituto en 2012.  En él surge que el 84 por ciento de las personas encuestadas aseguró haber sufrido violencia. A su vez, el 80,4 por ciento no cuenta con acceso a la salud y el 80 por ciento está vinculada a la prostitución, “la propia Diana lo estuvo muchísimo tiempo, hasta que empezó a trabajar en el INADI”, aseguró.

Bajo ese contexto, la querella requirió la prisión perpetua para Marino, atento a los agravantes por odio, violencia de género, ensañamiento y alevosía. “Enmarcamos su homicidio en un crimen de odio, porque el perpetrador selecciona a la víctima por pertenecer a una minoría y además envía un mensaje de amenaza al grupo al que pertenece. Obliga al colectivo a estar en permanente estado de alarma” y adhirió “Marino atentó esa noche contra la sociedad, constituyó una grave violación a los derechos humanos y sabía que al matar a Diana mataba a una líder, a una defensora de los derechos humanos”.

También te puede interesar:

Compartí

Comentarios

Gabriela Perchante

Abogada (UBA), estudiante de periodismo (TEA) @gabyperchante