«Nos preocupa que haya un estallido social»

Preocupados por las consecuencias de la devaluación, la tríada de San Cayetano lanzó hoy un plan de lucha escalonado durante septiembre, con cortes de ruta en todo el país durante el paro general convocado por la CGT para el 25 de septiembre. Reclaman un plan de emergencia alimentaria y advierten que si el Gobierno no hace un esfuerzo por contener al sector, "no habrá posibilidad de estabilidad política".

Organizaciones sociales marchan a lo largo de Avenida Rivadavia en nuevo aniversario de San Cayetano por pan y trabajo. Buenos Aires, 7 de agosto de 2018, Andrés Wittib.

La brutal devaluación de las últimas 48 horas precipitó el «estado de alerta y movilización» en los movimientos sociales. Conscientes de su poder de presión en la calle, la CTEP, Barrios de Pie y la CCC lanzaron hoy un plan de lucha escalonado durante septiembre bajo el lema «Fuera el FMI, basta de hambre», con el que buscarán posicionarse frente a la puja de intereses abierta tras la profundización de la crisis económica. La primera parada será el próximo jueves frente a la sede central de la Anses, donde reclamarán un «aumento de emergencia» para la AUH, las jubilaciones mínimas y los planes de trabajo con inclusión, cuyo poder de compra ya consideraban licuado incluso antes de la corrida cambiaria. El plan de lucha seguirá una semana después con una «gran olla popular» en la 9 de Julio -donde esperan concentrar una multitud- y con cortes de ruta para el 25, durante el paro nacional convocado por la CGT.

Hasta el 7 de agosto pasado, cuando marcharon a Plaza de Mayo desde la iglesia de San Cayetano, la agenda de las organizaciones se centraba tanto en el rechazo al acuerdo con el Fondo como en una serie de reivindicaciones de la economía social, plasmadas en cinco proyectos de ley presentados a través de los diputados que representan al sector, que van desde el Movimiento Evita y Libres del Sur hasta un sector del peronismo federal. Pero la frenética trepada del tipo de cambio, que -se descuenta- se traducirá en mayores aumentos en los bienes de consumo básico, aceleró los planteos de «emergencia» social y alimentaria. «Ya ni siquiera hay un precio de referencia de los alimentos y los comedores están estallados. Con el dólar a 40 en algunos barrios ya hay amenaza de desabastecimiento. Todo lo que está pasando tiene un impacto directo en el cotidiano de los trabajadores y los más pobres», señala en diálogo con El Grito del Sur el secretario general de la CTEP, Esteban «Gringo» Castro.

Recalentar la calle en un contexto donde por primera vez desde la asunción de Cambiemos se pone en discusión la gobernabilidad, sin embargo, está lejos para las organizaciones de objetivos desestabilizadores. «Somos los más preocupados ante la posibilidad de un estallido social», advierte Castro. «Todo eso puede pasar muy aceleradamente, como se dio en el 2001. Estamos muy cerca de una situación similar, pero lo dijimos mil veces y lo seguimos repitiendo: hay muchos sectores esperando un estallido, pero igual que en 2001 los que se benefician son los sectores concentrados y el que pone los muertos es el pueblo. Nosotros, con estas medidas, apuntamos a que el Gobierno tome las decisiones que tenga que tomar para paliar la crisis. Y sino, que se vaya con el menor daño posible», describió.

El planteo hacia el Gobierno, entonces, es que haya un acuerdo social para contener los posibles efectos de la crisis. «Estamos a las puertas de que haya hambre. Forma parte de una preocupación cotidiana que se profundizó esta semana. Así como hay una búsqueda de acuerdo político entre los sectores de poder, entendemos que también debe haber un acuerdo para evitar un mayor deterioro social», sostuvo por su parte el referente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.

«Es inaceptable que un país que produce alimentos para 400 millones de personas sufra hambre», agregó Menéndez. «Por eso vamos a insistir otra vez con la emergencia alimentaria, para que los comedores puedan sobrevivir», afirmó.

Las organizaciones, por lo pronto, descartan que ante el ajuste que le reclama el Fondo, el Gobierno opte por romper con las redes de asistencia social. «Sería precipitar la crisis política», advierte Menéndez.

En la misma sintonia, Castro lanza una advertencia similar. «En algunos barrios existe la contención del PJ y el peronismo. Pero si no fuera por los movimientos populares, el estallido ya sería una realidad».

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.