Los cimientos del horror

En la casona de la calle Virrey Cevallos 630 funcionó durante dos años un Centro de Detención Clandestino. Los ambientes quedaron impregnados de tortura. La historia de una casa donde se marcó a fuego la memoria.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.

Tras varios intentos de demoler literal y metafóricamente el ex centro clandestino de detención Virrey Cevallos, lo sucedido en este espacio tendrá su esperado proceso judicial. Gracias al trabajo incansable de sobrevivientes y vecinos de la Comuna 1, el 9 de octubre comienzan los juicios orales y públicos por la causa de Virrey Cevallos.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.

La Casa

Ubicada en pleno centro de la ciudad, la casona de la calle Virrey Cevallos comenzó a construirse en 1908 por el comerciante Andrés Visca. En 1914 el lote de 8,66 x 20 metros cuadrados quedó edificado con la estructura que conserva hasta el día de hoy, pero separada en tres viviendas independientes. A su fallecimiento en 1938,  Andrés Visca la legó al Estado junto con otras 46 propiedades para construir la Maternidad del Hospital Policial Churruca. Sin embargo, en 1971 la casa fue rematada y comprada por los hermanos Leonardo y Roberto Río.

Los hermanos Río eran dueños del Café “El Potosí” en Rivadavia 2101 y decidieron adquirir el inmueble para utilizarlo como depósito del mismo. La vinculación entre los Río y las Fuerzas Armadas aún no ha quedado esclarecida.  Si bien el inmueble fue propiedad de la familia hasta 1999, los hermanos Río dicen desconocer el uso que se le dio ya que la administración de ésta habría estado en manos de su padre, Eduardo Río, quien murió en 1983. Sin embargo, el vínculo que une a ambos hermanos con el responsable directo del alquiler de la casa pervive luego del fallecimiento de su padre y deja cabos por atar.

Los Río, además de ser propietarios de la casa de Virrey Cevallos, tenían una vivienda en la calle Franklin 931. Este inmueble también funcionó como célula de trabajo de las Fuerzas Armadas y -aunque aún no se ha reconstruido totalmente lo sucedido ahí adentro- se sabe que allí estuvo secuestrado el periodista y escritor Sergio Bufano.

Según la agencia de noticias ANCCOM, el Archivo Nacional de la Memoria otorga varias coincidencias entre la casa de Franklin y Virrey Cevallos. El modus operandi sería el mismo, ya que el aparato represivo de la Fuerza Aérea necesitaba centros clandestinos de detención (CCD) en la zona de Capital Federal, que operaran como satélites de los centros de mayores dimensiones y que funcionaran como lugares de paso donde comenzar los interrogatorios.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.

Entre el año 1971 y 1976 se hicieron modificaciones en la casona de la calle Virrey Cevallos. Se agregó un portón de acceso vehicular y un entrepiso que une las tres viviendas -entre otras modificaciones internas-, lo que permite pensar que estaba siendo adecuada para la función que tendría posteriormente.

Según los testimonios de vecinos y sobrevivientes, se estima que la casa funcionó como centro de detención clandestino entre 1976 y 1978. En ella accionó la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA) -que en un momento funcionó en la Séptima Brigada Aérea- y la Policía Federal Argentina.

Aunque la mayoría de los detenidos estaban tabicados -constantemente vendados-, los recuerdos físicos y los datos aportados por vecinos permitieron reconstruir la disposición del centro. En la planta baja funcionó la sala de interrogatorios donde los detenidos eran sometidos a preguntas registradas con una máquina de escribir. Más atrás, en el ambiente alargado del fondo de la planta baja, funcionó la sala de torturas donde estaba la cama metálica o “parrilla”, que se utilizaba para pasar electricidad por el cuerpo a los detenidos. Osvaldo López, quien pasó ocho días cautivo en el centro de detención Virrey Cevallos antes de darse a la fuga, recuerda: “Ellos siempre traían gente que torturaban y ponían la música fuerte para que no se escucharan los gritos. Inclusive traían perros grandes a la noche”.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.

En el primer y segundo nivel del contrafrente funcionaron las celdas de los secuestrados, pequeños ambientes sin ventilación que habían sido pensados como cuartos de servidumbre a principios del siglo XX. En el entrepiso, que da al frente de la calle Virrey Cevallos y que conecta los tres cuerpos de la casa, funcionaron las oficinas de inteligencia. Según los vecinos, por las ventanas que daban a la calle se podían distinguir personas armadas.  Se cree que en el recodo de la parte izquierda funcionó un cuarto de vigilancia desde donde se controlaba la seguridad de quienes entraban y salían.

Miriam Lewin tenía 19 años el 17 de mayo de 1977, día en que la secuestraron y la llevaron a la comisaría Nº 44  y de ahí a Virrey Cevallos 632, donde pasó diez meses y medio. Posteriormente fue trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) hasta enero de 1979. De acuerdo a su testimonio, en el primer piso funcionó el comedor de los represores. Durante su cautiverio, en una ocasión, Lewin fue obligada a lavar los platos reconociendo el logo de la Fuerza Aérea en la vajilla.

La metodología adoptada en Virrey Cevallos consistía en torturar a los secuestrados minutos después de su detención. El objetivo era  lograr que “canten”, o sea, obtener “información fresca” acerca del paradero de sus compañeros de militancia y otras cuestiones. Posteriormente, muchos detenidos eran derivados a otros centros de detención más lejanos o dejados en libertad.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.

La recuperación como Espacio de Memoria

Una vez restablecida la democracia en los 80, la casona funcionó como hotel de familias e inquilinato. La gran cantidad de gente que convivió ahí en condiciones precarias  generó un mayor deterioro de las instalaciones.

No fue fácil la identificación del lugar debido a los pocos sobrevivientes, muchos de los cuales no reconocían los espacios donde habían estado secuestrados. Lewin recuerda: “Cuando voy a la CONADEP (“Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas”) no ubico la casa. Yo pensaba que la habían demolido, ya que cuando me trasladan a la ESMA los milicos me dicen que me mandaban a otro lado porque tenían que demoler la casa por un ensanchamiento en la Av. 9 de Julio. Entonces, creía que había estado en la cuadra del teatro Margarita Xirgú, donde hay una casa demolida y tenía las características arquitectónicas de Cevallos. Siempre llegaba a la zona de la casa, pero nunca podía dar con la edificación exacta”.

A mediados del año 1977, Fernando Gurbanov reconoció a uno de los integrantes del Grupo de Tareas que había secuestrado a su hermano, Carlos Gurvanov, meses atrás. Al seguirlo, pudo verlo entrar a la casona de Virrey Cevallos al 630. Gracias a este hecho, junto con datos que le dio Carlos – que se encontraba exiliado en México-, Fernando  dedujo que ese era el lugar donde su hermano había estado secuestrado.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.

En 1996, María del Carmen Castro, militante en los años ‘70 del “Partido Revolucionario de los Trabajadores” (PRT), se enteró que la casona se encontraba en venta por la inmobiliaria Enricci Propiedades. Junto con Esther Pastorino y Lili Santochi, integrantes de la agrupación “Vecinos de San Cristóbal por la Memoria”, intentaron frenar la venta y demolición del inmueble y demandaron su reconocimiento legal como Centro Clandestino de Detención. Con este fin, se organizó un escrache el 22 de julio de 2003 al cual concurrieron diversos medios de comunicación.

Finalmente, en 2004 la labor de “Vecinos de San Cristóbal por la Memoria” dio sus frutos. Luego de visitar varias veces el juzgado y, tras distintos intentos fallidos, el 9 de septiembre la Legislatura porteña aprobó por 34 votos a favor, 3 en contra y 1 abstención la expropiación del ex CCDTyE “Virrey Cevallos” y en abril del 2007, el “Instituto Espacio para la Memoria” (IEM) recibió del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la tenencia del inmueble. Es a partir de entonces que el IEM, junto a vecinos del barrio, emprenden la restauración edilicia de este sitio para llevar adelante un proyecto de recuperación de la memoria histórica. Para ello se contó con un grupo de restauradores, conservadores e investigadores que trabajaron de conjunto con los sobrevivientes y vecinos para reconstruir los hechos a partir de sus testimonios. Los espacios de la casa que fueron reconocidos por sobrevivientes no fueron modificados. Actualmente la casa funciona como centro de la memoria donde se realizan diferentes actividades culturales y puede ser visitada de lunes a viernes entre las 10 y las 16 horas.

Espacio de la Memoria Virrey Cevallos. Octubre 2018, Buenos Aires, Andrés Wittib.
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