«Primero digan dónde estuvo Santiago y después hablamos»

"Seguimos sin saber cómo murió Santiago", dice en diálogo con El Grito del Sur Sergio Maldonado, a un año de la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado.

Hace exactamente un año, el cuerpo de Santiago Maldonado fue hallado en el Río Chubut, 78 días después de haber desaparecido en el marco de un operativo represivo de la Gendarmería sobre el Pu Lof mapuche de Cushamen. Hasta que la autopsia confirmó tres días más tarde que se trataba de su hermano, Sergio Maldonado no se despegó un centímetro de ese cuerpo. Le había prometido, desde la Plaza de Mayo y frente a miles de personas conmovidas como él, que daría su propia vida para encontrarlo si fuese necesario. «Recuerdo todas esas horas interminables con mucha angustia: si era él se terminaba la búsqueda, el calvario, pero persistía el deseo que no fuera y que apareciera con vida», dice en diálogo con El Grito del Sur. Un año después, persisten las dudas sobre el resultado que arrojó ese primer y único peritaje. «El balance es que estamos a un año y casi tres meses de la desaparición de Santiago y cada día que pasa nos alejamos más de la verdad», dice.

-¿Por qué, un año después, siguen sosteniendo que la autopsia fue insuficiente?

-La autopsia no dice cuándo murió Santiago, cómo murió ni dónde. Todavía no nos cierra cómo es posible que se haya encontrado el cuerpo de mi hermano en excelentes condiciones de crioconservación. Eso es sólo posible a una temperatura de menos 80 grados y Río Chubut varía entre los 3 y los 6 grados. Esa conservación debió haberse hecho de forma artificial, y sino, que me expliquen cómo eso fue posible. Por eso sostenemos incógnitas que nos parecen insólitas transcurrido un año.

-¿Eso alimenta la hipótesis de que el cuerpo fue plantado?

-No es que nosotros decimos que el cuerpo fue plantado. El punto exacto donde se halló el cuerpo fue rastrillado el 5 de agosto y el 18 de septiembre; y el rastrillaje del 12 de agosto, si no pasó por el mismo lugar, lo hizo a un metro de distancia más o menos. Es algo que dice la Justicia, o sea el Estado, no es un capricho de la familia. Simplemente decimos que el cuerpo no estuvo ahí todo ese tiempo porque así lo afirma el propio Estado. De hecho, durante esos 78 días también negaron que la Gendarmería haya entrado en el lugar, y que Pablo Nocetti -el jefe de Gabinete de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich- no tuvo que ver con el operativo ni había estado presente él mismo. También que Santiago no estaba en el sur sino en San Luis cortándose las rastas, en Chile, en Entre Ríos. Contabilizamos casi 400 mentiras similares. Por otro lado, la causa sigue con la caratula de desaparición forzada, lo que tampoco es un capricho de la familia sino una decisión de la Justicia, del Estado.

-¿Se puede decir que la causa está paralizada? 

-Digamos que las medidas de prueba avanzan a un ritmo desesperantemente lento y hay muchas otras que no se están haciendo o se hacen, a nuestro entender, mal. El peritaje sobre el DNI de Santiago, por ejemplo, no va a arrojar nada satisfactorio porque se está realizando sin respetar las mismas condiciones del Río Chubut, lo están haciendo sobre agua filtrada. Hay además tres testigos que estamos esperando sean citados a declarar y el juez no los cita y cuando los cita, después dice que no los encuentra. Otros testigos se plantean para qué declarar si después los van a perseguir. El balance es que estamos a un año y casi tres meses de la desaparición de Santiago y cada día que pasa nos alejamos de la verdad y de la justicia.

-Pese a que la caratula de la causa dice “desaparición forzada”, el Gobierno sostiene que Santiago se ahogó y que no hay nada más que investigar.

-Tanto tiempo después, insisto, seguimos sin saber cómo se ahogó, en qué marco. Exigimos que se amplíe la autopsia y el pedido fue rechazado. La autopsia no pudo determinar si mi hermano estuvo 78 días en el agua. Primero digan dónde estuvo Santiago durante 78 días y después empezamos a hablar. Pero en ese caso, ¿se ahogó sólo, porque le gustaba nadar en agosto en un río como el Chubut? ¿Estuvo todo ese tiempo ahí sin que nadie lo encontrara pese a que los rastrillajes pasaron 3 veces por el lugar? ¿Por qué afirmaron que iban a proteger a los gendarmes? Quienes llevaron adelante las medidas de la investigación, la Policía Federal y Prefectura, forman parte del Ministerio de Seguridad bajo las órdenes de Bullrich, que dijo públicamente que iba a proteger y respaldar a las fuerzas de seguridad. En cualquier variable o escena, el principal responsable es el Estado.

-El Gobierno denunció a Matías Santana por falso testimonio, y la Justicia lo procesó en mayo. ¿Qué opinión le genera a la familia esa situación?

-Santana no está imputado en el marco de la causa por la desaparición forzada, que es la que nosotros conocemos y en la que, por otra parte, a un año y tres meses no hay ningún imputado salvo el gendarme Echazú, que se autoimputó para que Gendarmería tenga acceso a la causa. No sabemos el por qué la denuncia del Gobierno, porque en la causa de Santiago no aparece nada de eso. Una cosa es lo que dicen en los medios y otra cosa es la causa. Hay cientos de causas, además, contra los mapuches, desde que se desató la represión sobre ellos en enero del año pasado.

Stella Peloso (mamá de Santiago) y Sergio Maldonado. Foto: Nicolás Cardello

¿Cómo recordás ese día, cuando se encuentra el cuerpo?

-Recuerdo todas esas horas que estuvimos a la vera del río con mucha angustia. Son muchas las sensaciones. Fue traumático, doloroso, angustiante, no sé si hay palabras para ese momento. Y toda la espera hasta que lo pudimos reconocer en la morgue. Recuerdo esa incógnita de no saber si era él o no. En un punto decís bueno, si es él se terminó la búsqueda, se terminó el calvario de una vez; y por otro lado persistía el deseo de que no sea él y que aparezca con vida. Fueron deseos encontrados: pensar que se termine el calvario de una vez por todas y a la vez saber que si se terminaba se nos cortaban las esperanzas de que estuviera vivo.

-Dijiste varias veces que ibas a seguir el camino de él, y en parte con tu militancia lo estás haciendo.

-Es que cuando lo buscábamos no decíamos bueno, listo, ya está, me vuelvo a mi casa. Hubiera sido egoísta con todos los que nos acompañaron en el reclamo de verdad y justicia. Hubiera sido decir “no hay más violencia institucional”, “no hay más muertes por gatillo fácil”. ¡Cómo no solidarizarnos con la lucha docente, con los estudiantes, con los organismos de DDHH, con los trabajadores del INTI, con los trabajadores de Astilleros Rio Santiago, del Hospital Posadas, de Pepsico! Cuando los trabajadores de Pepsico fueron despedidos y reprimidos, instalaron una carpa en el Congreso y tenían colgada la foto de mi hermano. A los mineros de Río Turbio los gendarmes le tiraban y ellos les cantaban dónde está Santiago. No es algo que yo elegí, pero considero que tenemos que estar ahí. Para mi es mantener una coherencia, es devolverle algo a toda la sociedad que sigue exigiendo por él.

-En Porto Alegre, con La Poderosa, te vimos reír, saltar después de mucho. ¿Encontraste una gratificación?

-La verdad que no, no es algo que me gusta. Hay días que sí me siento bien, y otros que no. En Porto Alegre sí, rompí algo interno, reír y poder cantar con los pibes y las pibas fue algo gratificante, recibir el cariño y sentirme contenido, encima en la previa a lo del 1 de agosto. Tenía mucha carga encima. Pero me hubiera gustado estar desde otro lado y sin un hermano desaparecido. Colaborando de otra manera, no porque me haya tocado.

-El Gobierno y los medios oficialistas insisten en que eso te hace Kirchnerista y que a Santiago se lo usa políticamente.

-Nos dicen que somos zurdos también, depende lo que les convenga. Aunque yo no pertenezco ni participo de ningún partido político, si estás en contra de ellos, inmediatamente pasas a ser un militante K o zurdo, te encasillan. Hicieron lo mismo con el Encuentro de Mujeres en Trelew, siempre lo hacen. Es una forma de perseguir o tratar de denigrarte. Se creen que te ensucian por tener una ideología política, pero todos la tenemos.

Foto: Nicolás Cardello

-En el acto a 1 año de la desaparición soltaste una frase que muchos anotamos, en la que pediste la unidad de todos los organismos de Derechos Humanos. ¿Qué buscabas con esa frase?

-Había organismos que no se juntaban hacía 15 años. Los 24 de Marzo se hacen 2 marchas, y por Santiago una sola. Logró unir todos esos organismos y la verdad me siento muy reconfortado por eso y fue una expresión de deseos.

Santiago Maldonado

-Se escribió, se filmó y se reveló mucho de la historia de Santiago en todo este tiempo. ¿Te encontraste con cosas que te sorprendieron?

-Hay un vídeo que circuló que está tatuando en Uruguay, que incluso está en el documental, que no puedo verlo. Hay otra filmación de cuándo era chico que también sale en El Camino de Santiago y cerré los ojos porque no podía verlo. Vi fotos de Santiago construyendo una cabaña, haciendo murales, toda esa empatía que generó con un montón de gente. Encontré otro hermano, también. Por ese hermano que no está, encontré también otros hermanos, amigos, que no digo que lo reemplazan pero acolchonan un poco ese dolor, esa falta de Santiago.

-¿Por qué entonces genera tanto odio, a la vez, en un sector de la sociedad?

– A esa gente en realidad yo no le pretendo cambiar ningún chip, hay algo que está instalado y por más que le digas la verdad, por más que le informemos todo el tiempo le informamos qué pasó, no le importa la verdad. Como no le importa la verdad con tantos otros temas. Pero después de tanto tiempo me di cuenta que no tengo que evangelizar ni convencer a nadie. Si querés aceptar la verdad, aceptala, y sino, quedate con tu odio.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.