La revolución de los aviones no despega

La situación de Aerolíneas Argentinas, los nuevos despidos, la devolución de aviones y una ecuación comercial que cambió abruptamente a partir de la devaluación impactan en el mercado aerocomercial argentino.

En abril de este año, Guillermo Dietrich anunciaba en su web oficial el comienzo de la Revolución de los Aviones en Argentina. De acuerdo con el Ministro de Transporte de la Nación, la principal meta de este plan era duplicar la cantidad de pasajeros que vuelan en avión en nuestro país basándose en tres ejes: “hacer crecer a Aerolíneas Argentinas, lograr que vuelen más líneas aéreas y modernizar nuestros aeropuertos y tecnología”.

A más de seis meses de aquella ambiciosa proclama, el gobierno nacional avanza en sentido contrario a la supuesta intención de fortalecer a la línea aérea estatal de bandera. La semana pasada, en el marco de un nuevo conflicto paritario entre los trabajadores y la empresa, el Presidente aseguró que va a continuar la quita progresiva de los subsidios estatales destinados al funcionamiento cotidiano de Aerolíneas, hasta alcanzar la cifra cero. “Desde que se estatizó, el Estado tiene que poner plata todos los meses para que funcione. Todas las líneas aéreas que funcionan acá y la mayoría del mundo no requieren que los ciudadanos de ese país, en este caso los argentinos, pongamos plata todos los meses”, cuestionó Mauricio Macri, sin reparar que hasta el gobierno de Córdoba, por ejemplo, decidió subsidiar desde principios de este año a la empresa privada Fly Bondi para garantizar la subsistencia de los 80 empleos que esta low cost genera en dicha provincia.

A lo largo de los últimos tres años, nuevos actores emergieron en el mercado aerocomercial argentino. Al ingreso de Avianca, se sumó el novedoso crecimiento de Andes Líneas Aéreas, que pasó de acaparar en enero de 2017 el 3% del total de los vuelos -frente al 22,5% de Latam y el 74,3% de Aerolíneas Argentinas- a proyectarse en tan sólo un año con el 7% de participación dentro de un mercado que creció. Sin embargo, esta situación no fue duradera: la abrupta devaluación de más del 50% durante este año cambió las reglas de juego para las empresas aéreas que operan en el país y Andes no fue la excepción. En un contexto en el que cada vez menos argentinos y argentinas pueden viajar al exterior y se ubica a nuestro país como una opción más barata para las y los turistas extranjeros, se conoció en las últimas semanas que la empresa de capitales nacionales, cuya planta de empleados había pasado de 160 a 450 trabajadores entre los años 2015 y 2018, comenzará una “reestructuración” que incluye un plan de despidos de empleados, la devolución de cuatro aviones y la cancelación de rutas. En diálogo con El Grito del Sur, Horacio Preneste, gerente general de Andes Líneas Aéreas, sostuvo que «Andes no es ajena a la situación general. Está en la misma situación que el resto de las compañías y probablemente con algo de ventaja –no con Aerolíneas, pero sí con respecto a las nuevas-. En toda esta crisis se mezclaron el incremento de la inflación de golpe, que generó que el Gobierno tuviera que tomar medidas -todas ellas recesivas-, la devaluación y el aumento del precio del combustible. Ésta es la mezcla más explosiva que tenemos porque hoy el combustible dolarizado pasó a representar el 80% de los costos. Allá por el mes de enero, los costos se distribuían en partes iguales entre combustible, las compras en dólares, las compras locales y los sueldos».

Por otra parte, ¿qué sucede en Aerolíneas? El conflicto se desató la semana pasada, puesto que la empresa decidió discontinuar la aplicación de la cláusula gatillo que venía pagando mes a mes. La medida de fuerza -retención de tareas- del jueves 8 afectó a más de 20 mil pasajeros y pasajeras y fue definida como un “paro salvaje” por los medios oficialistas. Frente a las sospechas de una futura privatización, el ministro Dietrich aseguró que “hay cero posibilidades”. No obstante, el secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, planteó que “Aerolíneas va a colapsar si le siguen bajando el presupuesto y si las low cost le sacan el mercado de las líneas rentables”.

Por último, cabe destacar que las obras que forman parte del plan de modernización en 30 aeropuertos de todo el país -una inversión de unos 24 mil millones de pesos- representan la principal carta de presentación por parte del gobierno nacional, a tono con el crecimiento del transporte aéreo a nivel nacional. Si se contabilizan los vuelos de cabotaje e internacionales en mayo de 2018, hubo un total de 2,3 millones de pasajeros, un 10,5% más respecto del mismo mes de 2017. A partir de la devaluación y el agravamiento de la crisis económica, ¿se logrará sostener esta cifra a lo largo del año que viene?

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
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