«Tenemos que crear plataformas de medios alternativos para evitar la censura»

A través de la aplicación Otras Campanas, se puede acceder a la información producida por más de 300 medios independientes de forma fácil y rápida. El Grito del Sur conversó con Malena y Germán, sus creadores.

«¿Necesitás informarte de otra manera?» ¿Querés conocer nuevos medios?», son las preguntas iniciales con que la aplicación Otras Campanas (https://otrascampanas.org)se presenta ante los usuarios que la descargan.

Surgida a mediados de 2016 y con un pico a partir de las protestas de diciembre de 2017 por la reforma previsional, la aplicación ya cuenta con 2000 usuarios frecuentes —aunque los realizadores aclaran que son más las instalaciones—: entre ellos, periodistas que la utilizan como fuente para su trabajo.

La idea de los creadores de Otras Campanas surge como consecuencia al descontento y la negativa de querer usar las redes sociales corporativas como Facebook, Twitter y Google, entre otras. Según ellos, los medios alternativos tienen que implementar plataformas alternativas para su difusión y de esta manera evitar censuras, suspensiones y no caer en algoritmos que condicionan nuestra experiencia como consumidores. «La gente cree que elige lo que consume, cuando en realidad son otros los que están eligiendo por uno. Las redes sociales no tienen usuarios sino usados«.

Según el último informe (noviembre 2017) de ARECIA —Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina—, el 48,8% del origen de las visitas a las páginas web de estos medios es por redes sociales corporativas. Sólo el 17,9% se da por tráfico directo. En el mismo informe se especifica que el conjunto del sector cuenta con 7 millones de lectores en todo el país, entre más de doscientas revistas impresas y digitales. Además, dicho sector genera 1553 fuentes de trabajo, 401 trabajadores full time, de los cuales el 50% obtiene ingresos fijos y el 53% de los colaboradores son remunerados. Estos números cobran mayor relevancia aún en un contexto en donde desde 2016, según el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), se sucedieron más de 1285 despidos en medios de la Ciudad de Buenos Aires —3000 a nivel país—, de los cuales al menos 409 se deben al cierre de medios.

Desde un punto de vista informativo, los medios independientes aportan diversidad a un campo cada vez más concentrado en pocas manos. En un artículo publicado en La Letra P, Esteban Zunino afirma que el 57,2% de las fuentes utilizadas por los principales medios digitales hegemónicos son oficiales, es decir de los funcionarios del gobierno y el poder del Estado. La baja cantidad de fuentes y la poca disparidad se traducen en noticias homogéneas que contradicen la «…pluralidad de voces indispensables para garantizar el derecho ciudadano a la  información…».

En diálogo con El Grito del Sur, Malena y Germán, realizadores de Otras Campanas, reflexionan sobre el sector de los medios independientes y explican el por qué de la app.

¿Cómo surge Otras campanas?

Germán: El proyecto nace en Rosario entre estudiantes de Ciencias de la Computación y tuvo distintas etapas. Hacia mediados de 2016, simplemente era una web que no estaba publicada y tenía capturas de pantallas de las portadas de unos cien medios. Para junio de 2017 comenzamos a darle forma a la app y se publica la web.

Malena: Surge porque nos encontramos en la búsqueda de informarnos por otros canales y no sabíamos bien cómo. Nos acercamos a unos amigos de Rosario y ellos nos dicen que tenían la lista de medios, pero estaba faltando diseño en la página.

G: Sucedió eso, decir: «Che me quiero informar, las redes sociales corporativas me parecen nefastas, ¿cómo hago?. No quiero tener una cuenta de Facebook, ni de Twitter, ¿cómo hago para informarme? Vimos que estaba complicado y dijimos  ‘hagamos algo'».

¿Cuáles son las críticas a Facebook, Twitter o Google?

G: Hay un personaje que dice que Facebook no tiene usuarios sino que tiene usados y eso aplica a la mayoría de las redes sociales corporativas. Estas redes corporativas se aprovechan de los usuarios, comercializan su información y te hacen creer que vos elegís lo que ves. Hay otras redes que funcionan de otra manera, más libres, más federadas. El usuario promedio de la red social cree que está eligiendo lo que ve, cuando en realidad son las plataformas las que eligen, y sus algoritmos. Si esto lo llevamos al ámbito del periodismo y la política, es más grave. Hay una cuestión contradictoria en que los medios alternativos vuelquen todo su esfuerzo y apuesten todas las fichas en las redes sociales.

Pero muchos medios alternativos crecieron aprovechando las ventajas de estas redes…

G: Está perfecto, pero no nos podemos quedar con eso y es momento de producir tecnologías propias. Así como hay medios hegemónicos y surgieron los alternativos, también hay plataformas hegemónicas, que son todavía muchos más poderosas. Tenemos que crear plataformas que pertenezcan a los medios alternativos y donde esté garantizado que esas voces no se van a censurar.

M: No se discute que la gente está en las redes corporativas. Es así, pero no se puede defender esas redes, menos para comunicar.

¿Hay alguna experiencia parecida a la app?

G: Hay, pero no de medios alternativos. Y las de medios hegemónicos son bastante flojas, tienen un link que te llevan a la página del medio y nada más.

M: No sé si en otros países se da que haya tanta militancia en los medios. Me parece que es proporcional a lo cerrado que están siendo los medios masivos de comunicación. En proporción a eso emergen un montón de medios que lo que quieren es que no se acallen ciertos temas. Dudo que en otros países sea con la intensidad de acá. Nos han escrito pidiendo que incluyamos medios de Uruguay, de Perú, de Colombia.

G: Eso es una pauta de que no debe haber algo que los agrupe. Nos han pedido replicar el proyecto. Vemos que los medios todo el tiempo se vuelcan a Facebook, a Twitter y usan esas redes para difundir, a nosotros nos parece que los medios alternativos tienen que tener otra vía de comunicación con la gente por fuera de Facebook, Instagram, Youtube y Twitter. Este año hubo varios casos de medios alternativos que les bajaron notas de Facebook o les cerraron el canal de Youtube.

¿Qué destacan de los medios alternativos?

M: Destaco dos cosas: primero, la calidad del contenido. Es mucho más rico y nutrido que el que encontrás en un medio hegemónico. Los medios alternativos salen a buscar la nota, van a los barrios, vivencian. El otro punto es que muchos periodistas que podían vivir de la profesión se fueron desplazando, y eso les permitió cierta libertad para hablar en esos medios. Hay muchos periodistas que recuperaron el lugar de militantes y les da otra fuerza a los que está diciendo. Otro tema importante es que está muy atomizado el campo, son muchas voces para lo mismo. El ejemplo es el de los aportantes truchos. Si hubiera cierta coordinación entre los medios alternativos, sería interesante que algunos temas se sostengan en el tiempo.

G: Una cosa es la diversidad y otra cosa es la fragmentación. Está buena la diversidad, hay que encontrar un equilibrio. Pero cuando uno saca una nota, es necesario replicarla y seguir el tema. No se reproduce al interior de los medios alternativos. Tampoco los medios alternativos son un todo homogéneo. Más allá de que es clara la dificultad para integrar todo me parece que faltan más intentos para organizar eso.

¿Qué es lo que une a los medios hegemónicos y no tienen los medios alternativos?

M: Lo que los une es que tienen muy claro el objetivo. En algún momento hay que dejar diferencias de lado y priorizar un objetivo mayor. Las discusiones de los medios alternativos, que muchas veces forman parte de un espacio más grande de militancia, a veces son abstractas o intelectuales, cuando de lo que se trata es de afrontar una realidad. Si hay algo para rescatar de la dinámica de los medios hegemónicos es que con la simplificación, masifican el mensaje. A eso hay que darle relevancia, hay que poder hablar de igual a igual con cualquier hijo de vecino.

¿Qué destino va a tener la app?

G: Para nosotros es importante que la gente que entra, vea que hay diversidad de medios. Estamos trabajando en que alguien pueda elegir si quiere recibir quinientas o treinta noticias, estamos trabajando en secciones. Hay un trabajo técnico importante. Hay que diferenciar la tarea de filtrar de la tarea de quién lo hace. ¿Es positivo que el filtrado sea un modelo caja negra en donde yo no sé cómo ni de qué manera me llegan las noticias?

M: Tenemos una plantilla de Destacados, que si bien está atravesado por la subjetividad, lo que buscamos es mostrar aquellas notas en donde hay análisis que aportan algo distinto. Buscamos temas que sean relevantes y que no salen en otros lados. Además cada territorio tiene su militancia, en Mendoza están con el tema del fracking, en otras zonas pueden estar con los agrotóxicos…

G: Algo que caracteriza a los medios alternativos es lo federal, mientras que los hegemónicos están todos acá. Lo que hicimos está disponible para la gente que le interesa poder ver otra información. Ahora hay que mantenerlo y que sea una herramienta útil para difundir contenido e informarse.

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