Mal de archivo

El archivo personal del artista Juan Carlos Romero fue vendido a una colección privada de arte latinoamericano situada en Nueva York. Artistas, colectivos gráficos, investigadorxs y diversos espacios culturales realizaron una intervención denunciando la venta de un archivo único en el país.

El pasado viernes 4 de enero, en la puerta de la sede de la Asociación Civil «Archivo de Artistas Juan Carlos Romero», en Santiago del Estero 443, integrantes de distintos colectivos artísticos, investigadores y particulares, repudiaron la venta del Archivo a un coleccionista privado de Nueva York. Los presentes intervinieron la fachada del edificio donde se ubicaba el archivo y recorrieron las cuatro cuadras que lo separaba de la casa del artista dejando su marca a través de afiches pegatinados y stencils.

El archivo personal de Juan Carlos Romero, artista, docente y militante sindical fallecido en 2017, funcionaba desde 2014 como Asociación Civil y mantenía un convenio de colaboración con La Fundación Museo Reina Sofía, la Universidad Tres de Febrero y la Red Conceptualismos del Sur. Entre otras colecciones, dicho archivo reúne un acervo de más de 2000 carteles y afiches de gráfica política, de organismos de DD.HH., partidos políticos, sindicatos y organizaciones estudiantiles, desde la década del ’30 hasta la actualidad y cuyo trabajo de digitalización y catalogación puede verse en http://archivosenuso.org/romero/cronologico. En la colección de Romero también pueden encontrarse periódicos de organizaciones de izquierda, revistas de humor gráfico, grabados, libros antiguos y material de arte correo, entre otros objetos que demuestran que el archivo excede lo meramente artístico y forma parte de la memoria política y cultural del país.

Gentileza Lucía Cañada

Romero fue un personaje fundamental en la historia del arte argentino especialmente por su participación en el «Grupo de los trece» y Grupo CAyC donde realizó su instalación «Violencia» donde llenó tres pisos del Centro de Arte y Comunicación con fotos, recortes y afiches con dicha frase. El propio artista se refirió a la obra como “arte de concientización ideológica”.

En un documento publicado por la Red Conceptualismos al Sur, denuncian que la venta del archivo fue decidida por los herederos (viuda e hijos de Romero) y gestionado por el galerista Ricardo Ocampo y la adquisición es de una colección privada de arte latinoamericano situada en Nueva York. La venta de este archivo de características únicas en el país significa una perdida de valioso patrimonio para artistas e investigadores que desde hace muchos años acudían a Romero —incluso antes de la conformación de la Asociación Civil— en busca de material de difícil hallazgo.

Según se desprende del documento de REDCSUR, la sede de la calle Santiago del Estero ya fue vaciada: «el archivo quedará privatizado, clausurado, sustraído del acceso público y deslocalizado del lugar donde fue constituido, por la porfiada, lúcida, persistente pasión de Juan Carlos Romero, quien durante toda su vida defendió la condición pública y abierta de su archivo.» El proceso de inventariado y puesta en valor que se realizaba desde 2014 tenía como fin poner las obras al acceso del público y de los investigadorxs y de este modo conocer y estudiar los modos de intervención política y artística de nuestro pasado reciente.

Desde REDCSUR proponen que el archivo sea declarado patrimonio cultural «considerando su importante valor documental en relación con los procesos políticos y artísticos del siglo XX en Argentina y América Latina», instan a la intervención del Estado y llaman a las instituciones y archivos públicos a acompañar la preservación e inscripción local del patrimonio de Juan Carlos Romero.

Gentileza Lucía Cañada
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