¿Se puede amar por internet?

¿Estamos condenados al fracaso en las relaciones online? ¿Hay una diferencia entre aquellas que surgen por aplicaciones de citas y las que no? ¿Hay más mentiras? Básicamente: ¿se puede amar por internet?

Esta en linea pero no contesta.

¿Te clava el visto o lo tiene desactivado?

¿Cuánto se prolonga la espera?

Cambió la foto de Whatsapp, vió tu historia pero no contestó, pone un like que significa mucho más que solamente estar disfrutando el contenido. Querramos o no gran parte de las relaciones sexoafectivas al día de hoy pasan por las redes sociales. Algunas incluso quedan enquistadas en ese plano, con su precariedad y sus bordes difusos. Aunque no haya piel, algo se construye en el intercambio virtual: no desde lo obsesivo sino desde lo humano, desde la búsqueda de compañía, la complicidad, la seguridad de que algo se repita, la constancia. Sin embargo el medio digital condiciona: ¿estamos condenados al fracaso en las relaciones online? ¿Hay una diferencia entre las relaciones que surgen por aplicaciones de citas y las que no? ¿Hay más mentiras? Básicamente: ¿se puede amar por internet?

Charo Márquez es socióloga y autora del libro ‘Amores como el nuestro’ donde narra el romance entre una chica cis y un varón trans. Ella cree que sí se puede amar conociendo a alguien por redes y que se pueden tejer vínculos profundos que sean netamente virtuales. “Me ha pasado con grandes amigas a quienes quizá nunca vi pero conocí por Twitter, por ejemplo. O incluso creo que son posibles los vínculos eróticos que se mantienen dentro del mundo online. Es como que ahora (y quizá siempre haya sido así y solo se haya facilitado por la tecnología) no hace falta pasar al offline para casi nada”. Sin embargo, acepta que hay grandes diferencias entre las relaciones cara a cara y la virtualidad   “No es lo mismo dormir con alguien que hacer facetime antes de dormir pero, ¿es una mejor que otra?”.

“Un atributo de la virtualidad es que para quienes tienen patologías o padeceres vinculados a la fobia social, a la ansiedad y al contacto físico, la virtualidad puede ser salvadora Y eso es algo que antes directamente no estaba disponible en el imaginario”, explica Márquez.

Virginia Godoy es Bimbo pero hace mucho que no necesita presentación. Actriz, comediante, co-conductora junto con Malena Pichot y Martín Recchimuzzi del programa “Furia bebé”, Bimbo habla el aire de Futurock sobre diversidad corporal  y responsabilidad afectiva. También fue quien acuñara la frase “somos la generación a la que el amor le tiene que dejar de doler”, durante la fiesta temática ‘Amor o nada’, en el Club Cultural Matienzo, que celebra su segundo aniversario el 15 de febrero de este año.

“Amar no tiene que ver con un estado de enamoramiento o que te guste todo lo que ves y construís de alguien. Creo que la profundidad de amar tienen que ver con el tiempo que se transcurre juntos y que la corporalidad es necesaria”, opina Bimbo. “Se pueden construir vínculos de mucha conexión pero para mi amar requiere de la corporalidad. Cuando no está el otro enfrente hay mucho de mi misme en eso que leo y percibo del otre”, dice Bimbo.

“No creo que se pueda amar por redes. Creo que es adrenalina y ansiedad que confundimos con amor, hay un montón de cosas que confundimos con amor. Para que haya amor tiene que haber una conexión y para eso hay que atravesar lo digital. Creo que el terreno digital se puede usar para explorar, pero no se si se puede reemplazar lo que implica conocerse en persona”,  dice Zabo Zamorano, escritor, músico y conductor. Junto con Jésica Lamónica Lima, Zabo produjo “El amor después”, un podcast donde invitan a diferentes voces a opinar sobre amor, romance y relaciones.

Gosthing: del verbo fantasmear

Esperás la respuesta y llega. Mandás un saludo y contesta, hay un ida y vuelta donde la pelota que tirás rebota. A pesar de eso, un atisbo de incertidumbre. ¿Por qué pervive la fragilidad del ida y vuelta? El miedo muchas veces está latente en las relaciones online. Si bien en persona también existe la posibilidad de que te rechacen de un momento al otro casualmente, la levedad, la falta de compromisos y el no contar con términos para denominar estos  vínculos, permiten que, por momentos, la responsabilidad afectiva se diluya o sea entendida de diferentes maneras. El «gosthing» en inglés o «fantasmeo» en español es el acto por el cual, sin previo aviso y de forma unilateral, una de las partes finaliza el vínculo y desaparece en las redes sociales. En su libro «Putita Golosa» la periodista Luciana Peker se anima a nombrar el dolor del fracaso incluso en aquellas relaciones que no logran despegarse de la virtualidad. “De sentarme en tus rodillas y que me contaras tus desavenencias políticas con tus amigos de la infancia, tus meridianos con tu madre y tu ex yo pasé a ser una última línea en un Whatsapp que me sepulta sin velorio para nuestros lazos sin arribo ni partida”.

¿Qué pasa con el ghosting? ¿Es propio de las redes sociales? ¿Es más común en los varones hetero-cis? ¿Es una respuesta ante la mujer que propone o simplemente una diferencia en los códigos?

 

“No creo que sea un fenómeno novedoso.” -Dice Charo- “Me parece que la virtualidad habilita ciertas prácticas de descuido o destrato. Pero no creo que sean cosas novedosas: en Sex and the City (que salió entre el ´98 y el 2003) los tipos las ghosteaban, dejaban esperando y destrataban igual que ahora, solo que cada interacción era más lenta. En todo caso, creo que el universo digital acelera la construcción de los vínculos, que nos acerca a gente que no conoceríamos de otra forma. Antes se levantaba en el transporte público y ahora mejor abrimos Happn  -quienes tenemos un buen celular, batería y un paquete de datos amplio- y vemos ahí qué onda. Pero también esa aceleración permite que los vínculos duren menos, probablemente porque tardamos menos en conocer a lxs otrxs y nos aburrimos más fácilmente: capaz antes tardabas un mes en saber que a alguien le gusta el metal nórdico y ahora lo sabés antes de hablar”.

“El gosthing no tiene género y  existe hace años, desde que los hombres se iban a comprar cigarrillos y no volvían», explica Bimbo. “Es verdad que mucho tiempo fue más aceptado de parte de los varones. Ahora es más fácil porque hay redes sociales pero no es ni mejor ni peor que el amor antiguo, aunque creo que nuestra generación va hacia un lugar de menos dolor y más libertad en los vínculos”.

“Yo creo que el gosthing viene aparejado con la falta de contacto humano”, aporta Zabo. “La posibilidad de transformar al otre en un código ceros y unos, de pensar que no le debés nada al otre porque no lo conocés. Eso me parece sumamente peligroso: todos nos debemos algo, un buen trato. Algo que para nosotros no representa nada, para el otro puede ser el mundo, así que hay que manejarse con el debido respeto”

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios