Taking Back Sunday: ¿Cuánto falta para que sea sólo una memoria?

Taking Back Sunday volvió a pisar la Argentina por segunda vez después de siete años, presentándose en The Roxy para festejar sus 20 años, logrando así un show íntimo y explosivo.

El sábado pasado a las ocho de la noche, las puertas ya estaban abiertas en el Roxy Live, cuando en el escenario del bolichito apenas se preparaban para empezar la noche. Seis pibes, pelo largo hasta la cintura, cuellos poderosos para ser agitados, dos guitarras, un bajo, una batería y un teclado parecido al de Pablo Lescano.

Xeven es una banda de metal, con una trayectoria de cinco años, oriunda de San Miguel y compuesta por: Sebastián López en primera guitarra, Hernán Windholz en teclados, Franco Lazarte en segunda guitarra, Walter Lazarte en batería, Elías Villavicencio en la voz y Matías Cantarelli en el bajo.

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Mientras iba cayendo la gente, tocaron por media hora. Presentaron su último LP de trece canciones llamado “Inmortal”, que grabaron en julio del año pasado. Una vez terminada la banda soporte, aproximadamente treinta personas se distribuyeron por el bar del lugar.
Durante la espera para la banda neoyorquina, de Amityville para ser exactos, algunos se compraban una latita de medio de la Andes Roja o compartían unas papas con cheddar y otros se entretenían entre maní, alguna birra y el primer tiempo de Racing – Belgrano.

A los veinte minutos del segundo tiempo, las luces del escenario se apagaron y el portón se cerró. El cuarteto yankee volvía a pisar un escenario después de siete años. Con su formación original: Adam Lazzara en voz, John Nolan en guitarra y teclado, Shaun Cooper en el bajo y Mark O’Connell en la batería; se presentaron ante unas 200 personas para festejar sus 20 años, logrando así un show íntimo y explosivo.

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Con una setlist de veinticuatro temas, repasaron sus seis discos de estudios. Empezando por diez temas del primer disco “Tell All Your Friends”, incluido el hit “Cute Without The ‘E’ (Cut From The Team)” o el lento “You’re So Last Summer; cinco de su cd más conocido “Louder Now”, entre ellos el tema más rockerito “Liar (It Take One To Know One)”; cinco de “Where You Want To Be”, donde se destacó “Set Phasers To Stun” -allí el público hizo una mini ronda de pogo-; dos de “Tidal Wave”, donde destacó “You Can’t Look Back” porque todo el público bailó como loco; un solo tema de “Happiness Is”, la balada quinceañera “Flicker, Fade”; y para cerrar la noche -después de una hora y casi media sin parar- tocaron su segundo tema más conocido por ser uno de los himnos del mundo “emo”: “MakeDamnSure”.

Una vez terminada la noche y después de cinco minutos del cantito “No nos vamos nada, que nos saquen a patadas”, la seguridad logró sacar a la gente que se acumuló en la pista de baile. Sin embargo, entre los que lograron escabullirse y subir al baño o comprarse rápido una birra; en la puerta del bar se juntaba la gente que salía del recital, la que empezaba a hacer cola para el boliche y los que esperaban un Uber.

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Una hora más tarde, los grupos se fueron achicando o agrandando a medida que culminaba la espera. Entre la amenaza de lluvia, los cuatro neoyorkinos salieron con una birra en la mano para irse al hotel, sin ignorar a los pocos fans que quedaban en la puerta. Aproximadamente unos veinte minutos se quedaron hablando y tomando birra con ellos. Luego de algunas selfies individuales, se subieron a la combi, dejando a sus seguidores locos por otro show.

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