Tirando Paredes, destruyendo prejuicios

En la sede del club Atlanta funciona desde hace 5 años "Tirando Paredes", una escuelita de fútbol para chicos con discapacidad intelectual que se propone derribar los prejuicios, fomentar la inclusión y potenciar el compañerismo.

Tirando Paredes es una escuela de fútbol para chicos con discapacidad intelectual que funciona hace cinco años en la sede social del club Atlanta. El proyecto fue iniciado por Francisco Lanusse y Martín Finzi, ambos psicólogos, cuando se dieron cuenta que sus pacientes -llenos de citas con terapeutas y médicos- no tenían espacios recreativos donde canalizar su energía. Lo que empezó con cuatro o cinco pacientes hoy cuenta con casi medio centenar de chicos divididos en dos grupos: de 8 a 15 años y de 15 en adelante, el más grande de ellos tiene 42. Aunque empezó siendo para chicos y chicas con síndrome de down, hoy Tirando Paredes cuenta con jugadores que tienen un retraso madurativo y pero está abierto para cualquier persona con o sin capacidades especiales.

Fotos: Virginia Robles

Los entrenamientos incluyen ejercicios de coordinación, frenar la pelota, pasarla al compañero y trabajar la conciencia corporal. “Vemos cómo los chicos evolucionan, muchos cuando empezaron no hablaban con el compañero, pero el deporte tiene mucho de trabajo en grupo, de comprometerse, relacionarse, llegan sin conocerse y terminan yendo al cine juntos, festejando cumpleaños”, revela Damián Margulis, profe de Tirando Paredes, comunicador social e hincha fanático de Atlanta. “Cuando llegan la mayoría de los chicos nunca vieron fútbol anteriormente. Por eso les empezamos a hablar, les pedimos a los padres que en la casa miren los partidos para entender los límites de la cancha, las reglas, etc. Después de un tiempo lo que te comentan los padres es que los chicos esperan toda la semana para que sea viernes”.

Tirando Paredes acaba de firmar un convenio con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para realizar un programa de iniciación deportiva en el club Atlanta para chicos de 5, 6 y 7 años. Aunque la mayoría de los chicos que van a la escuelita están contenidos por la familia, también cuentan con acompañantes terapéuticos y psicólogos. Formar lazos en ambientes recreativos con otros chicos mejora su calidad de vida y ayuda a derribar prejuicios. “El año pasado hicimos un intercambio con los alumnos de la secundaria de la Escuela del Salvador, ahí los chicos se dieron cuenta que podían interactuar y jugar juntos. Al final del año fuimos con ellos a la escuela y armamos un torneo de fútbol, eso quita los recelos de ambas partes”, agrega Damián.

Fotos: Virginia Robles

Una de las jugadoras estrella del equipo es Cinthia. Cinthia, de 24 años, juega de mediocampista, es fanática de Messi e hincha de Atlanta. Fue la cara del club cuando presentaron las remeras oficiales. Cuenta que le encanta jugar al fútbol, compartir con los otros, entrenar, y hace poco tiempo tuvo el honor de conocer a Fabricio Coloccini, jugador de la primera de San Lorenzo.

Fotos: Virginia Robles

El 21 de marzo fue el Día Mundial del Síndrome de Down, que se celebra hace ocho años en honor a John Langdon Down, el primer médico en describir esta alteración genética en el año 1866. Ese día muchas figuras públicas, políticos y actores se sumaron a la campaña “Medias disparejas”, que propone utilizar una media de cada color bajo el lema “todos somos diferentes pero iguales”.

Martín Finzi es uno de los fundadores del proyecto. Si bien es psicólogo, dice que no utiliza ninguna escuela terapéutica en especial a la hora de trabajar. “Es más que nada el sentido común, aprender y reaprendernos, ver cómo reaccionan los chicos. Con los más chicos se trabaja desde la espera, la motricidad con la pelota, los límites; aunque no es trabajo psicológico en sí, por añadidura mejoran en un montón de cosas terapéuticamente”, cuenta.

Fotos: Virginia Robles

Martín explica que “los beneficios de hacer deporte en equipo son los mismos que para todos: generar espacios de superación personal, de motivación, evitar el sedentarismo, trabajar en conjunto, etc. Lo que pasa es que los pibes con discapacidad tienen menos espacios. Al ver esto nos pareció interesante la idea de hacerlo en un club y no en una plaza porque es un lugar más inclusivo donde los chicos pueden hacer otras actividades si quieren”.

Lucas es delantero, hincha de Atlanta y juega en la liga de fútbol inclusiva. Uno de sus objetivos es ser periodista deportivo, que nació luego de participar de los comentarios en el partido Estudiantes de Caseros-Atlanta para la página “Atlanta te sigo”, que transmite los partidos en forma online. “Lo importante es pasarla bien, pero especialmente sudar la camiseta”, explica.

Tirando Paredes organiza cuatro torneos internos en el año, pero también trabaja en conjunto con otras instituciones. Incluso viajaron a Mar del Plata a realizar una actividad conjunta con escuelas similares de otras partes del país. Cuando se le pregunta por cómo no comprometerse afectivamente con los chicos, Martín se ríe. “La verdad no lo hago, hay un montón de cosas que pasan en la semana además de la clase, para que esto salga trabajamos mucho. Nos llevamos a la mesita de luz este proyecto”.

 

Fotos: Virginia Robles
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