Se agrava la situación del sector editorial: produce 48% menos que en 2015

La Cámara Argentina del Libro dio a conocer el informe de producción correspondiente al año 2018. La radiografía del sector profundiza la crisis en la que está inmersa desde hace cuatro años.

“El informe detalla la cantidad de títulos y ejemplares declarados, sus principales canales de distribución, las temáticas y soportes de publicación, entre otras variables que forman parte del registro de ISBN realizado por los distintos agentes editores”, dice el documento de la CAL. Este informe, que se publica desde el año 2001, marca la evolución de la industria y sirve como referencia para la producción editorial de todo el país.

Si bien la declaración de nuevas publicaciones marca un total de 27.428 libros producidos, “mostrando un valor constante de los últimos siete años”, el número más preocupante surge de la tirada total: 43.063.422 ejemplares que marcan una caída del 48% respecto de 2015, año en que la producción estuvo en torno a los 83 millones de ejemplares declarados. Este porcentaje aumenta si se mide con los 129 millones del año 2014.A este panorama se suman además los datos recopilados en la Encuesta de Consumos Culturales 2017 mediante el SInCA, que señaló una fuerte caída en los índices de lectura de libros. Mientras que en 2013 al menos el 57% de la población había leído al menos uno, hacía 2017 ese porcentaje disminuye al 44%. Además, si bien la lectura puede cambiar de soporte, según el informe de la CAL tan sólo el 19% de la producción es digital, valores que se mantienen constantes desde hace siete años, por lo que “el libro digital no está reemplazando al libro en papel, y por ende no es la causa de que la cantidad de ejemplares producidos decrezca”.

Desde hace al menos tres años que el sector editorial viene advirtiendo y reclamando por la falta de políticas estatales para ayudar a la industria. El costo del papel en dólares, la cancelación de las compras centralizadas del Estado (para escuelas y bibliotecas) y la falta de campañas de fomento de la lectura son algunos de los ejes centrales. Al menos cincuenta librerías cerraron desde 2015, según informó la Fundación del Libro, en un contexto de recesión económica general. Como tantos otros sectores, las librerías se ven perjudicadas por los incrementos desmesurados de las tarifas. Las editoriales, por su parte, se ven obligadas a disminuir las tiradas: “Esto implica que la cantidad de ejemplares cada 10,000 habitantes pasó de 6.300 en 2016 a 4.400 en 2018”, precisa el informe de la CAL.

El documento concluye: “Las variables que más han afectado a las empresas, fueron los aumentos en la estructura de costos y tarifas, así como el retraso en la cadena de pagos y la caída de la demanda interna”. Ante la pregunta “¿En qué medida cree que su empresa se ha visto afectada por las siguientes problemáticas en los últimos 3 años?”, el 84% contestó que lo que más afectó fue el aumento de costos y tarifas. Consultadas las empresas por lo que esperan para el año corriente, sólo un 2% piensa que el sector va a estar mejor, un 39% considera que peor y el 29% mucho peor.

En el informe también se precisan datos sobre otras variables, como comercio exterior, traducciones, temas y lugares de edición. Las principales temáticas editadas son literatura (27%), Ciencias Sociales (18%) y literatura infantil y juvenil (LIJ, 13%). Una novedad respecto a años anteriores es el leve crecimiento de la edición en el interior del país: Misiones, Jujuy y San Luis son, por ejemplo, algunas de las que empiezan a aparecer en el horizonte, aunque entre Capital Federal y la provincia de Buenos Aires se adjudican casi el 75% de las publicaciones.

Este informe, al que se puede acceder aquí, será presentado el próximo 2 de mayo durante el desarrollo de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Allí se espera que se alce una vez más el reclamo por la falta de políticas para el sector.

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