«La primera gran derrotada en una guerra es la verdad»

En una entrevista con El Grito del Sur, el periodista y ex combatiente Edgardo Esteban apunta contra la política "desmalvinizadora" del gobierno nacional y relaciona el comportamiento de los principales medios de comunicación de aquella época con el presente.

Edgardo Esteban no había cumplido todavía 20 años cuando le tocó participar como soldado conscripto en la Guerra de Malvinas, el último manotazo de ahogado de la dictadura cívico-militar que usurpó el poder entre 1976 y 1983. En junio de 1982 volvió como prisionero de guerra en el buque inglés Canberra, desde donde terminó de constatar las torturas y violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante la contienda. A pesar del agobio y el dolor que significó semejante experiencia traumática en su vida personal, Edgardo logró salir adelante y encontró en el periodismo su punta de lanza para denunciar las injusticias a nivel nacional e internacional, y le permitió insertarse en la militancia por las reivindicaciones de los ex combatientes y familiares en la causa Malvinas. Su extensa trayectoria periodística lo tiene en la actualidad como corresponsal de la cadena TeleSUR en Argentina, mientras se desempeña como docente en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de La Plata.

En una amena entrevista con El Grito del Sur a pocas horas de otro 2 de abril, Esteban se refiere a la importancia de mantener viva la memoria en un contexto de «política desmalvinizadora» por parte del gobierno de Mauricio Macri. Asimismo, el periodista de 56 años, analiza el rol de los medios de comunicación en aquella época y sus semejanzas con el comportamiento mediático actual.

¿Qué significado adquiere Malvinas a 37 años de la guerra?

Por un lado, en una ráfaga de viento, aparecen los recuerdos de lo que fueron aquellos días en un contexto de dictadura cívico-militar y la posterior presencia del pueblo argentino en el acompañamiento incondicional. Por el otro, estamos en un presente complejo, con una política desmalvinizadora, que ha cedido en todos los pedidos a la corona británica y que recibe al embajador para realizar actividades. Todas esas cosas van en contra de la causa Malvinas. No es potestad de ningún Gobierno terminar con una política de Estado que tendría que haberse intensificado. Recuerdo aquel pasado vivido, pero también trato de ver este presente y cómo se transmite toda la experiencia de Malvinas a las generaciones venideras. Pasó mucho tiempo de la guerra y explicar eso es blanquear algo que está lejano en la historia de los actuales estudiantes de las escuelas secundarias, pero que es importante para marcar camino porque forma parte de la identidad del pueblo argentino.

Fotos: Catalina Distefano

En la actualidad participás del Grupo por la Soberanía. ¿Qué avances y retrocesos hubo en el reconocimiento a los ex combatientes y sus familiares durante el período presidencial de Macri? 

La identificación de los compañeros héroes que están en Malvinas viene del gobierno anterior y empezó a partir de una charla de ex combatientes en la que estuvimos junto a Roger Waters. Después hubo dilataciones por la propia política y porque al gobierno británico no le interesaba tener relaciones o hacerle favores a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Cuando hablamos de los familiares predomina, no una cuestión política, sino humanitaria y hay que acompañar. Me parece que hoy esa compensación ausente está a punto con lo que se vive a nivel político, puesto que hay un gobierno nacional que no entiende que hay cuestiones de fondo: no hablamos de dos islas, hablamos de reservas hidrocarburíferas y de bases militares que forman parte de la estructura de la OTAN con un control territorial marítimo sobre el Océano Atlántico. Mientras se están queriendo recomponer vínculos con el mundo, como diría este Gobierno, se está yendo a la vez en perjuicio de lo que significan los derechos soberanos. Con este retroceso va a ser muy difícil reubicar a la Argentina en los foros internacionales, tal como se había logrado en Naciones Unidas, Celac, Unasur y otros.

Hablás de una política desmalvinizadora. ¿Qué discursos y acciones han predominado por parte de las autoridades del Poder Ejecutivo en relación a Malvinas?

El acuerdo entre los cancilleres británico y argentino en septiembre de 2016 ha sido hasta ahora una política que ha habilitado un tercer protagonista en la discusión de soberanía que no puede estar: los habitantes de las Islas. Ésta es una cuestión de Estado y, como tal, el tema debería discutirse -como se está planteando desde el año 1967- a través de los foros internacionales por la resolución de Naciones Unidas. Es complejo y quiero que nos demos un tiempo para hacer memoria y reflexionar sobre esto. No es una efeméride, es un tema que debe tener una proyección y una continuidad.

Fotos: Catalina Distefano

Durante la Guerra los principales medios de comunicación realizaron una fuerte manipulación de las noticias. ¿Se pueden establecer paralelismos con el comportamiento mediático actual?

Los grandes medios de comunicación integran el Foro de Periodistas Argentinos (FOPEA), del cual yo fui fundador y lo conozco muy bien. El último premio que se dio a la investigación y a la excelencia periodística fue financiado por la Embajada de los Estados Unidos y del Reino Unido, los principales sponsors de dicho evento. ¿Dónde está la ética y la transparencia si estás condicionado por los aportes de países que no son afines ni tienen un vínculo real con Argentina? Desde esa óptica poco ha variado: yo volví al continente en un barco que la prensa argentina decía que estaba hundido. La primera gran derrotada de una guerra es la verdad, y esa verdad se manipuló por una dictadura que manejaba la información a través de una propaganda que decía que estábamos ganando. Esa manipulación hoy perdura: ponés dos canales de televisión o comprás dos diarios y ves dos realidades distintas en un país. En ese aspecto alguien se está equivocando o te está mintiendo. Es muy difícil en un país tan dependiente de algunas corporaciones mediáticas tener la autonomía suficiente para tomar tus propias decisiones. En la dictadura uno sabe que había una propaganda -como la hubo por parte del nazismo-, pero en democracia a veces hay que ver y analizar las cosas. Nadie es dueño de la verdad absoluta, hay un cúmulo de historias y de verdades y lo importante es sacar las propias conclusiones.

Fotos: Catalina Distefano
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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.