«La primera variable de ajuste es la cuota social del club»

Javier Méndez Cartier tiene apenas 26 años y preside desde hace tres el club Excursionistas. En una charla con El Grito del Sur habla de su vertiginoso recorrido en la política, de la violencia en el fútbol, de las sociedades anónimas deportivas, de la crisis económica que padecen los clubes y del anuncio de profesionalización del fútbol femenino por parte de la AFA.

Desde el mostrador de la secretaría del club Excursionistas, Javier Méndez Cartier se muestra como un empleado más y se toma unos minutos para atender amablemente la consulta de una socia. Esta escena, que podría considerarse poco habitual dentro de cualquiera de los clubes más poderosos de nuestro país, forma parte del ADN del presidente más joven del fútbol argentino. Lejos de cumplir con el estereotipo de los presidentes de la AFA, este licenciado en Ciencias Políticas, de apenas 26 años, preside la centenaria institución del Bajo Belgrano desde hace tres. Camisa blanca sin arremangar, anteojos y jean azul, Méndez Cartier recibe a El Grito del Sur en su despacho para conversar sobre su ascendente y veloz carrera política y sobre todos los temas del momento: la violencia en el fútbol, el avance de las sociedades anónimas deportivas, el ajuste que sufren los clubes y los primeros pasos hacia la profesionalización del fútbol femenino luego del anuncio de la AFA.

¿Cuán formado hay que estar para conducir una institución deportiva? En tu caso sos muy joven y agarraste sin una experiencia previa…

La formación consiste más que nada en tres cosas: saber escuchar -sobre todo siendo joven y no teniendo la experiencia o los requisitos que te piden algunas instancias de decisión-; tener autocrítica en pos de mejorar, revertir los errores y no tropezar con la misma piedra; y, por último, tener una gran capacidad de resiliencia -una palabra muy de moda ahora y algo trillada, pero que sintetiza bien lo que te demanda un club de fútbol en Argentina- para sobreponerse a los fracasos deportivos, institucionales y personales que se entremezclan con el día a día de la gestión en un club.

Cuando te tocó asumir como presidente del club, Excursionistas atravesaba un proceso institucional muy complicado. ¿Cómo logró la nueva comisión directiva encauzar el rumbo? 

Cuando nosotros asumimos como grupo humano, éramos tercera o cuarta línea dentro de la comisión directiva que nos antecedió. Agarramos las riendas del club en diciembre de 2015 -el mismo día del 38 a 38- luego de la renuncia del presidente, del tesorero y de muchos otros cargos. Yo era vocal suplente número dos y pasamos de un día para el otro a tener que hacernos cargo, sin el menor conocimiento, de funciones trascendentales para la vida del club. Agarramos un club que hacía un año acababa de escriturar el predio y había conseguido una inversión de Forbes para hacer el campo de juego de césped sintético.

Cuando nos hicimos cargo, tomamos como principal objetivo empezar a normalizar institucionalmente el club, dado que había denuncias de robo de los libros de actas y además había una incertidumbre deportiva que no hacía más que potenciar el resto de las incertidumbres. Lo que hicimos fue profundizar ciertas líneas que se venían manejando y generar otras nuevas, como apostar fuerte al desarrollo de actividades sociales, al proyecto de dos socios que era recuperar el espacio del ex buffet de Excursionistas y convertirlo en un salón de usos múltiples, algo que en ese momento parecía totalmente alocado y se logró. Hoy tenemos un club que ha celebrado elecciones, que tiene los balances al día y que ha realizado hace menos de un mes una asamblea muy importante en la cual se decidió ir adelante con otro proyecto de inversión grande a nivel de infraestructura.

Fotos: Virginia Robles

Antes de la llegada de la actual comisión directiva se registraron varios episodios de violencia dentro de las instalaciones de Excursionistas. ¿Cómo analizás el conflictivo vínculo entre dirigentes y barrabravas?

El fenómeno de la violencia en el fútbol suele abordarse desde una mirada más punitivista, que quizás es la que salió más a la luz en eventos recientes como el Boca-River por la final de la Libertadores, en la cual también se carga contra la dirigencia del fútbol, como si nosotros tuviéramos interés -y acá sí hablo como dirigente del fútbol del ascenso- en convivir con ese tipo de problemas cuando ya tenemos otros, como no llegar a pagar las tarifas de fin de mes. Al mismo tiempo, creo que hay abordajes de avanzada que han aireado la problematización de la cuestión de la violencia en el fútbol, como por ejemplo la ONG Salvemos al Fútbol, que ha pasado de una visión más pura y dura del derecho a una visión más del campo de la antropología y de las ciencias sociales que contextualiza el hecho de ser barrabrava. En un club de ascenso esto probablemente sea ir a una tribuna, subir a un paravalancha como pertenencia cultural y hecho de rebeldía, algo muy distinto a lo que puede significar ser barrabrava dentro de un club que genera más ingresos que una multinacional. Me parece que hay que abordar el problema de la violencia en el fútbol desde cada contexto entendiendo los intereses objetivos que pueden llevar a que esa violencia surja. No soy creyente de las soluciones mágicas ni de las fórmulas genéricas para combatir la violencia en el fútbol. En principio se necesita colaboración entre los distintos estamentos de los tres poderes en todos sus niveles para lograr soluciones concretas, que deben tener en cuenta la especificidad de cada caso.

Sos un férreo defensor de las asociaciones sin fines de lucro en el deporte. ¿Por qué te oponés al ingreso de las sociedades anónimas deportivas?

Los clubes en Argentina están planteados desde hace más de 100 años como asociaciones civiles sin fines de lucro y tienen un trayecto planteado de esta manera, por lo que es bastante contra-intuitivo introducir un club de fútbol como sociedad anónima. La concepción de la sociedad civil lleva a que cada socio o socia que paga su cuota y cumpla con ciertos requisitos estatutarios fijados por los propios socios en asamblea es dueño del club. Es decir, pasar de un día para otro a que el dueño del club sea el mayor accionista, el que mayor dinero invierte en forma circunstancial, sin nada que lo ate a ese capital, haría bastante ruido a lo que es la historia de los clubes del fútbol argentino. Además, el capital argentino se caracteriza por tener intereses espurios, más allá de lo que retóricamente proclama. Yendo a un ejemplo, en qué mente de la Argentina contemporánea cabe la idea de que a un club como Excursionistas llegue un grupo inversor al cual le interesa únicamente los éxitos deportivos y sostenga además las actividades que no reditúan económicamente -el llamado rol social de los clubes- en una manzana en la cual el metro cuadrado está oscilando en los 4300-4500 dólares. Cuando venís a plantear la propiedad de un club en manos del capital concentrado, después no te sorprendas que ese capital dicte cuál es el devenir histórico de ese club.

¿Cuál es la razón, entonces, por la que se insiste con la postura de las SAD desde las altas esferas del poder político?

Creo que hay una gran yuxtaposición de intereses políticos y económicos para utilizar los clubes de fútbol con otros fines. En el caso de Excursionistas, los socios opondríamos resistencia hasta las últimas consecuencias porque sabemos que, según las normas del capital, Excursionistas no debería estar acá y en cambio debería haber un complejo de departamentos, oficinas o un shopping. Entonces la presión política y de ciertos sectores de diversos rubros inmobiliarios o capitales espurios buscan en el fútbol una excusa para hacer otras cosas.

Fotos: Virginia Robles

¿Cómo afecta el actual contexto socio-económico al club en un barrio de clase media-alta que no ha sufrido demasiado los embates del ajuste?

Yo creo que eso se matiza porque en la actualidad los countries han quedado como gran zona de recreación, divertimento y ocio de esas clases durante los fines de semana. El barrio de Belgrano tampoco escapa a eso. La actual coyuntura económica que se vive hace que la primera variable de ajuste sea la cuota social del club. Cuando llegues a fin de mes y tengas que ver adónde ajustar, no vas a dejar de mandar a tu hijo al colegio privado, de pagar la prepaga o de salir a comer los fines de semana; entonces lo más probable es que te atrases con las cuotas o directamente lo des de baja. Pese a estar inmersos en un barrio que en principio no debería tener preocupaciones económicas por la matriz socio-económica del público que lo compone, la situación nos golpea bastante. Así y todo, Excursionistas es el club de todas las clases medias-bajas de la zona y la crisis golpea igual.

Hace pocas semanas la AFA anunció la profesionalización del fútbol femenino. ¿Cuál es tu análisis al respecto?

La postura de AFA y la palabra de Claudio Tapia en particular es bastante coherente con lo que propuso al principio de su mandato. En 2017 se conformó el primer Comité Ejecutivo de Electores de AFA con una dirigente mujer proveniente del Consejo Federal. Luego, el presidente Tapia se comprometió a transitar el camino de la igualdad de género en el fútbol argentino. Todos se rieron y chicanearon en ese momento. En una coyuntura en la cual eliminaron el régimen especial impositivo 1212 y no está para tirar manteca al techo, se está avanzando con una apuesta concreta, por más que se la pueda ver como insuficiente y como un pasito más hacia ese ideal de profesionalización total del fútbol femenino. Me parece que es un hecho sólido, conciso y coherente en base a lo que se prometió. A veces sé es muy injusto con la AFA en este sentido, particularmente con los dichos de Maca Sánchez o de otras referentes del feminismo más general. Al mismo tiempo, los planteos de Maca han sido dinamizadores y han logrado acelerar los tiempos. No son excluyentes las cuestiones de clase y de género: los clubes de Ascenso podemos lograr a duras penas tener la semiprofesionalización del equipo masculino de Primera C y es un poco injusto que se enojen con nosotros porque no tenemos un plantel 100% femenino en la Primera División de Excursionistas.

Fotos: Virginia Robles

¿Qué acciones se han llevado a cabo desde Excursionistas en pos de fomentar el fútbol femenino y la participación de mujeres en lugares de decisión?

En primer lugar, tuvimos la decisión política de mantener la actividad -pese a que estamos haciendo malabares con los bajos recursos- y ahora vamos a tener más compromisos con los contratos profesionales que vamos a asumir. Nos mantuvimos en Primera División, en zona de permanencia, jugando con bestias como Boca y River. También abrimos en febrero las primeras escuelitas de fútbol femenino para las categorías más chicas con la idea de fomentar una base infanto-juvenil previa a la competencia profesional. En lo que hace al empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de toma de decisiones, nosotros tuvimos la propuesta de un grupo de mujeres socias de crear una subcomisión de mujeres para abordar desde una perspectiva de género todas las aristas del club. De esta forma, se busca que la comisión directiva obligue a distintas actividades a sostener charlas de género disertadas por mujeres y referentes en el ámbito de la militancia feminista para saber problematizar un montón de cuestiones cotidianas: en el deporte, en el club, pero también en sus casas. El empoderamiento de la mujer en el fútbol tiene que contar con un acompañamiento por parte de la dirigencia actual. Esperamos en la próxima elección poder contar con un mayor cupo femenino dentro de nuestra lista.

Fotos: Virginia Robles
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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.