Que no te la cuenten: Sin cine independiente, no hay cultura

El Grito del Sur habló con con Ariana Aisenberg, realizadora audiovisual, feminista y militante sobre el BAFICI, la situación actual del cine nacional, la desigualdad de género en el mundo de la cultura y las políticas de ajuste del macrismo.

Ayer empezó el tan anhelado BAFICI, festival en el que se proyectan año a año las películas más esperadas del cine independiente. Esta edición se inauguró con la proyección de «Claudia» (dirigida por Sebastián de Caro) y con una movilización en la puerta del cine Gaumont, de la que participaron distintas organizaciones relacionadas con el mundo del arte y la cultura. La convocatoria a la protesta en la puerta del icónico cine estuvo acompañada de un comunicado firmado por distintos colectivos de realizadores y realizadoras audiovisuales*. En el comunicado se denuncia el recorte que lleva adelante hace años el macrismo en las políticas culturales a lo largo y ancho de todo el país y se exige la renuncia del secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, y del actual presidente del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Ralph Haiek.

El recorte presupuestario se refleja también en la grilla que ofrece el festival en su 21° edición. Ariana Aisenberg, militante del Colectivo de Cineastas y colaboradora del Frente Audiovisual Feminista, nos cuenta que “históricamente, el BAFICI se caracterizó por tener estrenos e invitades muy relevantes para el cine independiente. Sin embargo, este año no hay títulos o estrenos que resulten tan relevantes, tampoco invitades de la talla que venían participando en otras ediciones”. Otra situación que se visibiliza en el comunicado emitido por los colectivos audiovisuales es la reducción en el número de películas que forman parte de la grilla y la reducción de salas disponibles para la proyección. Al mismo tiempo, las organizaciones que convocaron a la movilización señalan una pérdida de la identidad propia del festival que en un primer momento había centrado su base en el Abasto, luego se mudó a Recoleta y este año al barrio de Belgrano.

Lo que está en juego detrás de esta tensión tiene que ver con el modo en que concebimos el arte. Para la gestión Pro tanto en Ciudad como en Nación, la cultura es un negocio. Por esto perjudican sistemáticamente a pequeñes y medianes productorxs de contenidos, como también persiguen a les artistas callejeres y se rehúsan a aplicar la Ley de Medios y la Ley de Cine. Se benefician siempre a los monopolios, las grandes productoras y fomentan la competencia desleal.

Ariana, que es productora y egresada de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido por la Universidad de Buenos Aires, cuenta: “El BAFICI siempre fue un festival añorado por todes les que hacemos cine independiente; en los últimos años las políticas culturales cada vez fomentan menos este tipo de cine, por lo que resulta lógico que haya menos películas (argentinas) para el festival.” Y agrega: “El INCAA y sus políticas restrictivas hacen cada vez más difícil el acceso al fomento de cine independiente, subejecutan presupuesto pero no cumplen la Ley de Cine donde se explicita que hay que usar un porcentaje de la caja en fomento. Se incentivan las grandes producciones con vías masivas que nadie evalúa; se le dan millones de pesos a un cine comercial. Imposibilitan la variedad de miradas”.

Cuando le preguntamos a Ariana sobre las becas y las posibilidades de acceder a financiación con las que cuentan les realizadorxs más pequeñes, nos comenta que el Mecenazgo y otros fondos están cada vez más colmados de postulantes, ya que ha disminuido el fomento en cultura por parte del Estado. “Entonces todes vamos a esos fondos pequeños que ahora están colapsados”, explica.

En este sentido, por fuera del BAFICI la situación del cine nacional está en llamas: quedan muy pocas salas de cine estatales, la mayoría de las salas del país son privadas e imponen sus propias reglas, incumpliendo la Ley de Cine. Como es de esperar, las salas multinacionales prefieren el negocio por sobre nuestra cultura y nuestra forma de contar historias. Con respecto a este tema, Ariana nos dice: “ Los dueños de cines privados valoran el precio comercial y contra Batman no podemos ni queremos competir”.

La movilización que tuvo lugar en la tarde de ayer también tenía entre sus ejes principales la paridad de género en el cine. Ariana nos cuenta que, a partir del debate del año pasado en el Congreso, varias mujeres que forman parte de la industria audiovisual se encontraron para organizarse y así surge el Frente Audiovisual Feminista, cuyo lanzamiento oficial fue el pasado 8 de marzo. Ese día, las compañeras sacaron un documento y movilizaron todas juntas. El Frente sigue trabajando de forma colectiva denunciando la desigualdad de género en el cine que, como en la mayoría de los ámbitos, es enorme (tanto detrás como delante de cámara).

Aisenberg, quien participa del Frente, denuncia: “Se nos niega el acceso, se imponen estructuras patriarcales”. Sin embargo, agrega esperanzada: ”Hoy, ya en un camino de crecimiento y avance, hay mucha fuerza en este nuevo Frente para lograr equiparar y ampliar el acceso al cine de mujeres y disidencias”.

*Colectivo de Cineastas, Frente Audiovisual Feminista, Acción Mujeres del Cine, Asociación de Directores y Productores de Cine Documental Independiente de Argentina, DIC Directores Independientes de Cine, DOCA Documentalistas de Argentina, RAD Red Argentina de Documentalistas, RDi Realizadores Integrales de Cine Documental, MUA Mujeres Audiovisuales y el Colectivo de Tecnicas de Cine y Audiovisual.

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