Concierto Redondo: De regreso a Oktubre

“La Sinfónica Rock” revivió los hits de una de las bandas de rock más importantes del país en formato sinfónico para un público que llenó el Teatro ND.

La noche anterior al 25 de mayo, las cuadras de Retiro se volvían a llenar de viejos conocidos. En la esquina de Paraguay y Carlos Pellegrini se empezaban a juntar grupitos dispersos a previar y esperar que sean las nueve. En las puertas del Teatro ND, mientras tanto, comenzaba a formarse una fila que daba la vuelta por la esquina de Suipacha. Un vendedor con la mochila llena de birra fría pasaba entre la fila -compuesta por cuarentones largos, padres con sus hijos y grupos de amigos- ofreciendo por lo bajo.

Para las nueve y cuarto, la sala ya estaba llena con un total de 743 personas y comenzó a sonar el canto de la misa ricotera. “Los Redondos es un sentimiento, no se explica, se lleva bien adentro y por eso te sigo a donde sea, soy redondo hasta que me muera”, cuando las luces se apagaron y el telón se abrió. El escenario estaba compuesto por dos violines, una viola, un violoncello, un contrabajo, un piano, una guitarra, una percusionista.

Originalmente, el Concierto Redondo estaba compuesto por el Quinteto de Cuerdas de la Costa, el Coro de la Universidad Nacional de Mar del Plata y con Damián Tepman en el piano, cuando se estrenó en septiembre de 2011 en el Auditorium de Mar del Plata. Pablo Perreyra, apodado el verdadero “Gordo Tramposo” por el público, en el primer violín; David Mendoza en el segundo violín; Rubén Jurado en la viola; Lucía Gómez en el violoncello y Marisa Hurtado en el contrabajo; interpretaron “La Bestia Pop” y “Nuestro Amo Juega al Esclavo”, dejando a todos con la boca abierta. En un cambio rápido, entró Tepman para sentarse en el piano y teclear “El Arte del Buen Comer”, seguido de “Una Piba con la Remera de Greenpeace”. Entre más aplausos, Lucía Gómez se sentó a su derecha para tocar juntos “Etiqueta Negra”, dándole un sentimiento más fuerte a lo oscura que es la letra.

Con una reverencia, los músicos dejaron el escenario al terminar para que el grupo vocal masculino, compuesto por Jonatan Totoro, Nicolás Tindiglia, Ramiro Avalos y Walter Uranga y acompañados con la musicalización de Luciano Sellan en la guitarra, entone “Un Poco de Amor Francés” al mejor estilo de Los Borbotones.

Seguido por una mini zapada, mientras el cuarteto se iba, Sellan se preparaba para rasguear una de las canciones más famosas y favoritas por el mundo ricotero. “Yo No Me Caí del Cielo” fue cantada por la hinchada, en una versión romántica ambientada también por las luces.

El séptimo cambio se presentó de nuevo con el cuarteto de cuerdas al ejecutar “Espejismo” y “Un Ángel Para Tu Soledad”, provenientes del disco conjunto “Lobo Suelto –Cordero Atado”, famoso por la presentación separada de las fechas en la cancha de Huracán; y uno de los temas más reproducido en los bafles de las marchas en las plazas “El Pibe de los Astilleros”, del quinto disco “La Mosca y La Sopa”.

Para el octavo cambio apareció el grupo vocal completo: Marcela Campaña, Carolina Fernández, María Laura Pantano y Analía Castro con el pañuelo verde en la muñeca y acompañadas de Totoro, Tindiglia, Avalos y Uranga para cantar “Ñam Fi Fruli Fali Fru”.

La noche siguió con el tema rockerito “¡Lobo! ¿Estás?” de “Lobo Suelto –Cordero Atado” hecho por el grupo vocal, junto la guitarra de Sellan y las percusiones de Ximena Gallina. Luego sonó “Vencedores Vencidos”, una de las canciones más políticas en formato piano o el pseudo-lento “Todo Un Palo” del disco “Un Baión Para El Ojo Idiota”; los temas más bailables de la banda como “Ya Nadie Va a Escuchar (Tu Remera)” del disco “Oktubre” y “Ella Debe Estar Tan Linda” de “Un Baión..” entre el piano y los violines.

La noche llegó a su clímax con “Jijiji”, cuando en la parte del riff de guitarra se lo pusieron a corear en alusión al pogo más grande del mundo ocurrido en la cancha de River Plate en el último recital de Patricio Rey. Finalmente, “Caña Seca y un Membrillo» volvió a llenar el escenario con la orquesta completa para cantar con su audiencia y con el bises para entonar el himno ricotero “Juguetes Perdidos”.

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