Feminismo y confusión

Mara Pérez Reynoso es una mujer trans, oriunda de Coronel Martínez de Hoz y coordinadora de Diversidad en el Ministerio de Seguridad de la Nación. Está en contra del aborto y del lenguaje inclusivo y asegura que la diversidad no es de derecha ni de izquierda.

La historia y las declaraciones de Mara Pérez Reynoso, funcionaria trans y macrista que trabaja en la cartera de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich, sorprendieron el mes pasado cuando en una nota de Infobae reafirmó su posición política e invitó a todo el colectivo LGBTQ+ a apoyar al gobierno de Cambiemos. Unas semanas más tarde, Mara nos recibió en una oficina del primer piso del Ministerio de Seguridad de la Nación, ubicado a dos cuadras del Parque Las Heras. La funcionaria de 29 años proviene de un pequeño pueblo del noroeste de la Provincia de Buenos Aires, su plato preferido -dice entre risas- es el guiso de arroz y su vida política comenzó entre los 11 y 12 años de edad. «Encontré en la política un refugio donde me pude formar, conocer personas, encontrarme e identificarme», explicó a El Grito del Sur.

Foto: Abril Pérez Torres

Su familia, aunque tradicional, fue algo atípica: sus padres se divorciaron cuando ella tenía tan solo cuatro años y su círculo familiar se redujo a su madre, su hermana mayor y ella. «Fue duro para ese tiempo y en ese pueblo ser mamá soltera con dos hijas y que una de ellas sea trans», asegura. Si bien la infancia fue una etapa muy dura de su vida, con grandes luchas y obstáculos en el camino, hace un balance positivo y destaca lo que siempre le dijo su madre: «Nadie va a hacer nada por vos, tenés que esforzarte y ser buena persona». Cualquier parecido con el discurso meritocrático no es pura coincidencia. Mara tenía once años cuando empezó a participar activamente en distintas actividades políticas, primero desde su centro de estudiantes y luego desde distintos cargos públicos.»El conflicto con el campo fue mi salto a las políticas nacionales», recuerda.


«La política siempre me atrajo, es una herramienta que bien utilizada te permite garantizar equidad y ayudar a muchas más personas».


Al llegar a la Ciudad de Buenos Aires, Mara, como cualquier persona alejada del micromundo porteñocéntrico,  se enfrentó a distintas dificultades, que se vieron agravadas aún más por su condición de mujer trans. «Al ser una chica trans del interior tenía un solo camino, que es el que habían hecho la mayoría de mis compañeras: terminar en situación de prostitución o con suerte ser peluquera, esa era la única salida que teníamos tiempo atrás». Pero el destino la llevó a otro puerto: la política, un terreno hostil históricamente para las mujeres y las disidencias sexuales. «Soy también una persona de fe, y si no hubiese sido por la política no se qué sería de mi», confiesa.

La macrista menos esperada

Mara tiene grabado en su memoria el momento exacto en que le propusieron ser parte del equipo de la ministra Patricia Bullrich y, aunque reconoce que al pensar dónde le gustaría trabajar en el Estado se le abre un amplio abanico de preferencias, resalta que «con Cambiemos siempre se hizo particular hincapié en la idoneidad que cada uno tenía». Si bien aún no ha finalizado la carrera, sus estudios sobre el derecho penal fueron los que le garantizaron un lugar en el edificio de General Gelly y Obes al 2200. «Cuando la ministra Bullrich me convoca para que la acompañe en la administración de Seguridad tuve mis dudas, y -creo que nunca lo dije- un poquito de temor, un poquito de miedo, no inseguridad, pero sí algo de temor porque son las fuerzas federales», comenta anecdóticamente.

«Dado también el historial que mi propio colectivo había tenido con los uniformados en nuestro país -confiesa- me surgían sentimientos encontrados, me daban ciertos temorcitos, pero dije ‘es extraordinario’, porque esto reivindica en la historia a nuestro colectivo. Antes quizás éramos víctimas de los uniformados y hoy tienen a una funcionaria trans con una agenda LGBT en las fuerzas y en las políticas públicas de seguridad», rescata la funcionaria. De todas formas, la realidad demuestra que el colectivo LGBT continúa hasta el día de hoy siendo blanco de hostigamientos y discriminaciones por parte de las fuerzas de seguridad.

Foto: Abril Pérez Torres

Consultada sobre su rol dentro del Ministerio y las tareas emprendidas desde su incorporación al equipo, explica: «Nos ha tocado encarar una reestructuración de las fuerzas muy a fondo, la perspectiva de género no estaba considerada en la formación de los uniformados». «Había una resolución (la 1181), que era una suerte de ley de identidad de género para las fuerzas y en eso la gestión anterior fue muy adelantada. Aún cuando no había ley de identidad de género todavía en el país, las fuerzas tenían una resolución que te permitía que tu legajo personal lleve el nombre autopercibido y no el que figuraba en tu documento. Pero fuera de las fuerzas volvías a ser llamado de otra forma, por eso cuando asumimos una de las primeras medidas fue modificar esa resolución y armonizarla con la ley de identidad de género», cuenta Mara.


«Dado el historial que mi propio colectivo había tenido con los uniformados en nuestro país, me surgían sentimientos encontrados».


Sin embargo, el mayor logro que destaca es que «hoy por hoy hemos logrado que en las cuatro fuerzas policiales y de seguridad haya personal trans, algo inimaginado quizás para otro tiempo». Esta victoria la lleva como bandera y la nombra con gran orgullo en cada oportunidad que tiene.

Aunque una macrista se vista de progre, macrista queda

Durante toda la entrevista Mara expuso al pie de la letra el habitual discurso cambiemita signado por una fuerte sensibilidad emocional, pero sin lugar a dudas la perspectiva de género y su propia historia le imprimió un rasgo distintivo a sus contestaciones. Sin embargo, al referirse al aborto, al lenguaje inclusivo y a las manifestaciones feministas, reprodujo por completo el libreto ya conocido por todos y todas. «Yo asumí con un lema, que más que un lema es una meta para mi, la diversidad no es de izquierdas ni de derechas, ni tampoco debiera responder a ninguna bandera política. La diversidad es una causa humana en la que todos debiéramos coincidir», sostiene.

Foto: Abril Pérez Torres

ABORTO

«En lo personal yo no acompañé el proyecto de ley que se debatió. Filosóficamente si me lo preguntas, y separo la cuestión religiosa, soy una mujer trans y por más que quisiera yo no puedo parir a mis hijos, entonces yo a veces les pido a las compañeras mujeres que entiendan mi situación», opina. No niega que el aborto sea una realidad que existe en nuestro país, por lo que propone que esta práctica se despenalice pero sin llegar a legalizarla. Al mismo tiempo confía en que la clave está en la educación sexual, y es esa la causa que defiende y milita. Cree que la ley sancionada en 2006 es magnífica, pero al ser consultada sobre la incorrecta o nula aplicación de ésta en la Ciudad de Buenos Aires, donde gestionan desde hace 12 años, dijo no estar cien por ciento informada y no respondió.

LENGUAJE INCLUSIVO

Cuenta que ha sido un tema que ha discutido con distintas mujeres trans y finalmente no encuentra viable el uso del lenguaje inclusivo, ya que «todavía no he conocido a nadie no binario que no se identificara con alguno de los dos bandos, sea masculino o femenino». «Estuvimos toda una vida para que no nos llamen él sino ella, y ahora que lo logramos pretenden despersonalizarnos y ponernos la ‘e’», añade. Este mismo argumento es utilizado por mujeres y hombres trans, y fue un tema de debate en uno de los paneles del que participó Alma Fernández, activista trans, en el 1º Congreso de Lenguaje Inclusivo que se realizó en La Plata en el mes de abril. De todas formas, Mara va aún más lejos y advierte que «no va a haber menos discriminación porque nos traten por la ‘e’, nos van a pegar y nos van a decir ‘pute’ en todo caso».

MOVILIZACIONES FEMINISTAS

Fiel al discurso expresado en reiteradas oportunidades por la propia ministra Patricia Bullrich y distintos funcionarios del Gabinete, Mara no ve con buenos ojos las distintas manifestaciones que vienen realizando los colectivos feministas desde hace al menos cuatro años. «Si uno piensa en las marchas relacionadas a las cuestiones feministas recuerda cuando defecaron en la iglesia o cuando se quitan los corpiños y las remeras», dice para explicar por qué no ha participado de ninguna de ellas. Sostiene que la movilización como única medida no sirve; sin embargo, ella misma menciona que en pleno conflicto con el campo por la 125 fue exactamente eso lo que hicieron.

Foto: Abril Pérezz Torres
Feminismo y confusión

Mara confiesa que fue discriminada -dentro y fuera del PRO- en distintos ámbitos políticos, sobre todo en sus orígenes, por su condición de género, pero «nunca pude acreditar que me discriminaron por trans, porque muchos políticos serán corruptos, mentirosos, pero no boludos». Son muchas las desafortunadas declaraciones de funcionarios y funcionarias del gobierno nacional en referencia a las demandas del movimiento de mujeres y las diversidades sexuales. A ello se suman las distintas medidas y políticas que el Poder Ejecutivo ha tomado en detrimento de estas mismas exigencias y problemáticas. Al respecto, la entrevistada resalta que es esto justamente lo que caracteriza a Cambiemos: la libertad de expresión y de acción de cada uno y cada una dentro del gobierno.


«No va a haber menos discriminación porque nos traten por la ‘e’, nos van a pegar y nos van a decir ‘pute’ en todo caso».


Asimismo, asegura que también han realizado medidas positivas en la materia y menciona la jerarquización del Consejo de Mujer, ahora convertido en agencia, como un ejemplo de ello. En la misma línea, recuerda que «el primer matrimonio igualitario que hubo en la Argentina fue en la Ciudad de Buenos Aires y fue por Mauricio, jefe de Gobierno en ese entonces, que lo quiso impulsar. Eso le valió, según dicen las malas lenguas, la mala relación con el Papa Francisco, quien fuera cardenal en ese momento».

Un estado diferente arrojan los distintos datos que se desprenden de los casi cuatro años de gestión que lleva el macrismo a nivel nacional. Mientras aumenta diariamente el número de femicidios y crímenes de odio por identidad de género, el Estado invierte nada más que $11 por mujer en erradicar la violencia contra las mujeres y se redujo el presupuesto de los programas del área. Las políticas del gobierno para combatir ésta y distintas problemáticas se han reducido únicamente a campañas de difusión en redes sociales o en la vía pública.

Para finalizar, un dato de color más que significativo resulta de la aparente relación entre Mara Pérez Reynoso y Diana Sacayán, activista y referenta trans que tras su asesinato se convirtió en bandera de miles de personas. Según cuenta, Mara conoció a Diana producto de la relación que ésta última tenía con su madre (Vilma). Una tarde en la que pasó a visitar a su madre en su casa de Villa Crespo, Diana golpeó la puerta y se encontró del otro lado con la actual funcionaria del Ministerio de Seguridad de la Nación, con quien había conversado a través de las redes sociales en algunas oportunidades. «Hay algo que rescato de ella y que me gustaría que todas copiaran y es que ella era muy respetuosa de quien piensa distinto». También se refirió a Lohana Berkins, a quien definió como «una referente» y «una guía espiritual» para muchas mujeres del colectivo trans.

Ping-Pong

María Eugenia Vidal: revelación.

Elisa «Lilita» Carrió: faro moral.

Patricia Bullrich: una mujer con cojones.

Gabriela Michetti: espontánea.

Carolina Stanley: sensibilidad social.

Cristina Fernández de Kirchner: extraordinaria oradora.

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El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.