«Lammens aporta frescura»

El ex secretario de Deportes y precandidato a legislador porteño por el Frente de Todos, Claudio Morresi, habla en una entrevista sobre el cierre de listas, el perfil de Matías Lammens, las chances electorales de la oposición en la Ciudad y reconoce que habría querido a Victoria Montenegro en la fórmula junto al presidente de San Lorenzo.

«Elegiría no haber sido futbolista y que mi hermano siguiera vivo», dijo una vez Claudio Morresi recordando los dos grandes hechos que marcaron su vida. Su hermano mayor Norberto, militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de Parque Patricios, fue secuestrado y asesinado el 23 de abril de 1976. En ese entonces, Claudio estaba por cumplir 14 años y y ya empezaba a asomar como futura promesa del fútbol en las inferiores de Huracán. Allí debutó en 1981, mismo año en que participó del Mundial Sub-20 en Australia con la Selección Argentina de Fútbol. 46 goles en el Globo, 27 en River y 10 en Vélez para coronar una carrera llena de satisfacciones y logros, en la que se destacaría la obtención de la Copa Libertadores 1986 con el cuadro de Nuñez.

Desde su retiro prematuro a los 30 años se convirtió en un activista de derechos humanos por la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia. Eran tiempos oscuros de neoliberalismo y los reclamos de DD.HH. no eran escuchados. Ligado a los Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, organismo del cual su padre Julio fue un activo militante, Claudio Morresi encontró un lugar en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández: en 2004 fue designado secretario de Deportes de la Nación y permaneció en ese cargo durante diez años. Luego de varios años de acompañamiento a las diferentes luchas que se fueron dando contra las medidas anti-populares del gobierno de Macri, el actual presidente del partido político Kolina en la Ciudad de Buenos Aires sorprendió el pasado fin de semana con su presencia en el escalafón más alto de la lista de legisladores porteños por el Frente de Todos. Allí figura en el cuarto lugar, con lo cual tiene un ingreso casi garantizado al recinto que domina actualmente el PRO con mayoría automática.

En diálogo con El Grito del Sur, Morresi habla sobre el cierre de listas, el perfil de Matías Lammens, las chances electorales de la oposición en la Ciudad y reconoce que habría querido a Victoria Montenegro en la fórmula junto al presidente de San Lorenzo. Un día antes de que se confirmara a Gisela Marziotta como compañera de fórmula de Lammens, el precandidato a legislador porteño expresó que «tengo un gran aprecio por Victoria Montenegro y aparte milito en el mismo espacio político. Tengo una cercanía de vida con ella porque compartimos la lucha por los derechos humanos».

A priori no se esperaba tu presencia como uno de los cabezas de lista para la Legislatura porteña. ¿Cómo llegaste a ser precandidato habiendo tan pocos lugares y tantos aspirantes?

Tal vez haya que remontarse a 2015, donde con la candidatura de Recalde para jefe de Gobierno el partido Kolina también propuso mi nombre y fui séptimo en la lista, pero entraron sólo seis y por apenas 52 votos no me convertí en legislador. Desde ahí seguimos militando y participando, estuvimos en todas las actividades de resistencia que se han hecho a lo largo de este tiempo. Cuando llegó este momento, de vuelta se propusieron nombres y decidieron que yo fuera el cuarto. Para mí es una gran emoción y un gran desafío. Esperemos poder estar a la altura de las circunstancias para terminar con este gobierno nacional, que tanto daño ha hecho en estos cuatro años, y con este gobierno de la Ciudad que ya lleva 12 años gobernando y que ha hecho una ciudad tan injusta como la que hoy vivimos.

¿Qué perfil le aporta Matías Lammens a este flamante espacio del Frente de Todos en la Ciudad de Buenos Aires?

Me parece que le aporta frescura y que tal vez no es tan conocido desde la actividad político-partidaria, pero sí en la política social porque es presidente de un club. Alguna vez hablé con él y lo he leído últimamente. Sin ningún lugar a dudas, camina por el mismo lado en el que transitamos muchísimos compañeros en la búsqueda de una ciudad más justa y de un país más igualitario con la posibilidad de que exista trabajo y que desde los grupos internacionales de poder no te digan lo que tenés que hacer, buscando un Estado que sea igualador de posibilidades y no un Estado ausente.

Vos venís del ámbito del deporte y él también. Sus orígenes muestran cierta coincidencia…

Sí, tenemos algo irreconciliable que él es de San Lorenzo y yo de Huracán (risas). Hablando en serio, Lammens es una persona que ha hecho un trabajo social importante, que ha estado en un club y que ha defendido la concepción de las instituciones sin fines de lucro, con el objetivo de que aquellas sean un ámbito para dar felicidad, así como posibilidades deportivas y culturales.

Si bien es reconocido ese trabajo que mencionás, también es cierto que Lammens no se reconoce como kirchnerista ni peronista. ¿No es arriesgado postular a un outsider como jefe de Gobierno?

Yo te digo lo que dije antes. Son compañeros que caminan por una vereda muy similar a la nuestra y yo no soy quién en este momento para poder cuestionar o no una decisión que fue tomada por nuestro candidato presidencial, Alberto Fernández, que también cuenta con el apoyo de nuestra referente Cristina Fernández de Kirchner. Hoy se considera que para este momento de la historia es la mejor opción para la Ciudad de Buenos Aires. Te vuelvo a repetir, Matías camina por el mismo lugar que nosotros caminamos.

Fotos: Nicolás Cardello

Fuiste secretario de Deportes de los gobiernos de Néstor y Cristina. ¿Qué cosas cambiaron en cuanto a las políticas públicas en este ámbito durante los últimos 4 años?

Claramente creció la visión del deporte como negocio por sobre el deporte como instrumento para el desarrollo social de la población. Cuando uno dice que el deporte sirve para el desarrollo humano, es porque se puede trabajar en forma transversal con otras áreas del Estado para que todos puedan tener acceso al deporte y a partir de esto mejorar la calidad de vida e igualar posibilidades. Un caso emblemático en nuestros años de gobierno fue el de Braian Toledo, un chico sumamente humilde que tenía las condiciones y, junto a un Estado que lo acompañó, llegó a ser ganador de la medalla de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Nuestras políticas fueron sostenidas por un presupuesto que año tras año iba aumentando y por nuevas leyes, como las que crearon el Enard, los Juegos Evita y el fomento hacia los clubes de barrio. En 2016 el presupuesto del área era de 1350 millones de pesos y ahora es de 991 millones; si vos tomás la inflación acumulada hoy en día tendría que ser de 2800 millones de pesos. Otro tema sigue siendo el Cenard y el Instituto Romero Brest: Macri quiere tirar ese predio abajo para hacer un negocio inmobiliario, pero se frenó en este año de elecciones al haber una gran resistencia de la comunidad educativa y deportiva. Los argentinos invertimos más de 100 millones de dólares para tener esas construcciones.

¿Por qué Macri, viniendo del ámbito del deporte, toma estas medidas que afectan el desarrollo del deporte amateur y de alto rendimiento?

Macri es eso ideológicamente. Él entró a Boca para darse un gusto en su carácter de niño rico y después vio que podía con su grupo de amigos hacer grandes negocios con el club, la Ciudad y más tarde con el país. Cuando llegó Macri, Boca cerró muchas actividades deportivas que tenía desde el punto de vista social porque supuestamente no daban rédito económico. Sólo se preocupó por el fútbol profesional y tuvo la inmensa suerte de que Bianchi lo sacó campeón de todo. Medio en broma y medio en serio, podemos decir que hay dos personas o factores que lograron que Macri sea presidente: una es Bianchi y la otra los gobiernos de Néstor y Cristina. En un país que iba para adelante, donde había cada vez más trabajo y la gente tenía mayor poder adquisitivo, parecía que el que gobernaba la ciudad más rica del país hacía las cosas bien, pero en realidad hacía las cosas bien para un sector muy minoritario de la sociedad. Lo importante, como los subtes, las escuelas y los jardines de infantes, no fue construido por él.

A pesar del descenso de la imagen de Macri a nivel nacional, diferentes encuestas le dan a Horacio Rodríguez Larreta una aprobación del 60% en torno a su gestión. 

Larreta tiene la característica de llevar adelante su gestión vendiendo muy bien cosas que no son trascendentes ni importantes. Las plazas están muy lindas y las fachadas de muchos lados también. No se han construido escuelas, o las que construyeron son muchísimas menos que las necesarias. Faltan 23 mil vacantes para los pibes de la Ciudad de Buenos Aires. El subte es cada vez más caótico porque no han invertido en una forma de viajar que es una solución en muchísimas partes del mundo. Invierten en publicidad y marketing dándole a los grandes medios un dinero astronómico, ojala se pudiera utilizar ese dinero para diferentes acciones que mejoren la calidad de vida en la ciudad. Ojala que en este tramo de campaña podamos hacerle ver esta realidad a la gente.

Fotos: Nico Cardello

¿Cómo se va a encarar la campaña en la Ciudad?

Estamos esperando que haya una reunión del equipo de campaña y a partir de ahí todos los que conformamos las listas podamos diagramar el mensaje que vamos a dar, que no va a estar muy alejado de esta cuestión de una ciudad más igualitaria que priorice la educación, la salud y el trabajo, donde haya redes de contención de estas situaciones sociales que se presentan.

¿Se le puede ganar a Horacio Rodríguez Larreta?

Sin duda que se le puede ganar. Está en hacer ver al habitante porteño que hay otra posibilidad de gobernar, que llevan 12 años de gobierno y esta ciudad no es lo que tendría que ser por el presupuesto que tiene, por la forma en que se tendría que estar viviendo en comparación con lo que ha ocurrido en otras mismas ciudades de la Argentina cuando estábamos nosotros en el gobierno.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.