«Queremos transversalizar los feminismos en la currícula»

Docente en la Universidad de Buenos Aires y militante de la comunicación comunitaria, Larisa Kejval se presenta en las elecciones de esta semana como candidata a directora de la carrera de Ciencias de la Comunicación por el espacio Nexo.

19-05-2018- Télam - Buenos Aires: La investigadora y docente Larisa Kejval publicó: "Libertad de antena", que atraviesa 35 años de vida del movimiento de radios comunitarias y aseguró que desde el florecimiento del proceso en los '80 -tras la recuperación democrática, entonces bajo la ilegalidad- se obtuvo "un estatuto de legitimidad y conocimiento que era impensado años atrás" Foto: Raúl Ferrari/EF

Con apuro, sonrisa y adrenalina producto de una semana intensa de elecciones universitarias, Larisa Kejval nos recibe en la oficina de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires para reflexionar sobre su candidatura a directora por el espacio Nexo, que conduce esta carrera desde hace más de una década y se identifica con el kirchnerismo universitario.

Larisa es docente de la materia Taller de Expresión III, investigadora y militante de la comunicación comunitaria. De hecho, fue una de las referentes de FM La Tribu entre los años 1995 y 2011. Hoy es además secretaria académica de Comunicación bajo la gestión de Diego de Charras. En ese sentido, Kejval destaca a lo largo de la charla los principales avances que se dieron en la carrera a pesar del ajuste macrista, habla de los motivos por los que aún no cuentan con un plan de estudios a la altura de los nuevos tiempos y detalla sus propuestas en caso de ser elegida para ocupar el cargo de directora por los próximos dos años.

¿Qué modelos de universidad se enfrentan esta semana al momento de elegir autoridades en toda la UBA?

A mí me parece que se enfrentan dos modelos: una universidad que, desde su forma de construcción de conocimiento y de enseñanza, pueda confrontar con el neoliberalismo y el patriarcado también, frente a una universidad conservadora y poco democrática regulada por intereses mezquinos o por la reproducción de ciertas lógicas de poder. La UBA es un lugar de mucho poder, es el tercer empleador de la Ciudad de Buenos Aires y gestiona el Hospital de Clínicas con todos los negocios que ello implica ligados al mundo de la salud. Nosotres queremos un modelo de universidad que confronte con el neoliberalismo y que esté profundamente comprometido con un proyecto de justicia social y con la democratización de la sociedad.

¿Cómo repercutió el ajuste del gobierno nacional al interior de la Facultad de Ciencias Sociales?

Claramente hay un deterioro de las condiciones de las trabajadoras y los trabajadores de la universidad, que han visto ajustado sus salarios. El ajuste también ha traído como consecuencia ciertas dificultades en los sectores medio-bajos para acceder o sostenerse en la universidad. Particularmente en el caso de la carrera de Comunicación, hemos visto cómo ha habido un deterioro del campo profesional: estamos hablando de 3500 periodistas despedidos y otros tantos precarizados en sus condiciones laborales, reporteros gráficos de los medios comunitarios reprimidos por cubrir la protesta social, entre otras cuestiones. También se profundizó la concentración mediática con el icono que representa la fusión Cablevisión-Telecom. Todo esto impacta en las posibilidades de inserción laboral y de incidencia en procesos democratizadores de las telecomunicaciones que venimos desarrollando desde la propia carrera. Hoy también contamos con menos recursos para investigar y para hacer extensión universitaria.

¿Por qué la carrera de Comunicación sigue con el mismo plan de estudios que prácticamente en los inicios?

Porque hay unos señores muy poderosos: uno de ellos se llama Emiliano Yacobitti, quien fuera secretario de Hacienda de la Universidad de Buenos Aires y actual candidato a diputado nacional por la lista del Pro, que precisamente por diferencias político-partidarias decidió frenar el nuevo plan de estudios en el Consejo Superior, de tal modo que hoy no está siendo tratado. Es decir, el plan está varado desde el año 2016 en el Rectorado. Hay un nivel de maltrato no sólo para quienes hemos participado del diseño de esa propuesta, sino también para los 6 mil estudiantes de esta carrera que siguen padeciendo las mismas dificultades que nos llevaron a hacer un nuevo plan de estudios.

¿Cómo fue el proceso por el cual decidiste ser candidata a directora de la carrera?

No es que hubo un deseo construido desde hace muchos años, sino más bien que con un conjunto de compañeras y compañeros venimos fortaleciendo nuestra participación en el espacio político que gestiona la carrera desde hace muchos años. De alguna manera, mi candidatura fue consecuencia de ese proceso de construcción. Hace casi 20 años que no hay una directora mujer en la carrera y como espacio político tomamos nota de esta cuestión. También, en el contexto de la expansión de los feminismos en la sociedad, el año pasado construimos por primera vez un espacio feminista -las Nexas- dentro de nuestra propia organización. Por último, la disputa que se dio por el decanato en 2017 y la ruptura del anterior espacio que había gestionado históricamente la Facultad me atravesó personalmente y me tomó posicionada también, creo que tuvo como consecuencia un avance del radicalismo en los lugares de poder. Esa situación vivida en ese momento me generó mucho compromiso con una acción política que sea capaz de revertir y poner freno al avance de los sectores más conservadores en la universidad.

Larisa Kejval junto a Silvia Hernández y Diego de Charras, actual director de la carrera de Comunicación (UBA).

¿Cuáles fueron los principales logros bajo la actual gestión de la carrera?

Por un lado, seguimos sosteniendo y profundizando la pelea por el plan de estudios porque en esta aprobación reside el reconocimiento de algunos problemas de la carrera, tales como poca electividad, poca práctica y la realización de una tesina sin un espacio curricular donde nos enseñen a producirla. También la carrera es muy larga: hoy estamos en un promedio de ocho años de duración. Al mismo tiempo, tampoco esperamos a que el plan de estudios esté aprobado para empezar a producir algunas de estas cosas: hace cinco años empezamos con las horas de prácticas pre-profesionales, primero con Anccom y ahora en materia audiovisual así como en organizaciones sociales. También estamos generando un montón de instancias de acompañamiento a tesinistas: grupos de investigación en comunicación, laboratorios de tesina y los talleres de tesina. Al mismo tiempo, hemos tratado de recuperar experiencias históricas de nuestra carrera de tal modo de poner en valor el grado y toda la diversidad propia de nuestra comunidad. Yo vengo del campo de la comunicación comunitaria y entender esta carrera como una comunidad me parece una idea muy potente, por lo que se trata de expresar la diversidad de producción de conocimientos. Hoy la carrera cuenta con las revistas Avatares, Zigurat y Anccom, esta última como una agencia de noticias con una dinámica semanal procurando cubrir la coyuntura.

¿Qué propuestas tenés en mente en caso de ser la próxima directora de la carrera? 

Un gran desafío es la transversalización de los feminismos en la currícula, es un tema que esperamos encarar junto a las y los colegas. Eso se puede hacer a partir de formas muy creativas también: no sólo incluyendo bibliografía desde perspectivas feministas e incorporando en los análisis la variable de género, sino también habilitando la inclusión de lenguaje inclusivo o llevando agendas propias de los feminismos a las clases. Todo esto enriquece la cursada. También queremos que se apruebe nuestro plan de estudios y dar todas las luchas que sean necesarias en ese sentido, estar atentos a los desafíos del campo profesional para que la carrera pueda ser flexible y propositiva, construir puentes para democratizar el acceso a la investigación y, sin lugar a dudas, que la carrera pueda profundizar su rol como actor social y político -más allá de las aulas- por una sociedad más justa y democrática.

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