Una Agenda Argentina plagada de desafíos

Tres referentes de Agenda Argentina, el espacio de intelectuales ligado al Frente de Todos, hablan sobre el rol que tendrán en el próximo Gobierno, sus diferencias con Carta Abierta y las prioridades de cara al primer año de la gestión de Alberto Fernández.

Kirchneristas y progresistas. Peronistas y marxistas. En sintonía con la heterogeneidad que detenta el Frente de Todos, Agenda Argentina -el espacio de intelectuales ligado al nuevo Gobierno que asumirá el 10 de diciembre- cuenta con una gran pluralidad en términos políticos y contiene también a diferentes vertientes academicistas de las ciencias sociales, que van desde posiciones más gramscianas y weberianas hasta el paradigma «nac & pop».

Surgido en diciembre del año pasado, Agenda Argentina se autodefine como «una iniciativa conjunta de una nueva generación de colectivos de pensamiento crítico de los ámbitos académico, profesional, político y cultural. Busca contribuir a la elaboración de programas y propuestas que expresen respuestas para los nuevos interrogantes teóricos y políticos y para la comprensión de fenómenos sociales novedosos», entre los que se cuentan las fake news y el law fare.

En la actualidad Agenda Argentina está integrado por una decena de colectivos: Grupo Callao -del riñón de Alberto Fernández-, el Centro de Formación y Pensamiento Génera, Grupo Fragata, Espacio Atahualpa, Usina del Pensamiento Nacional y Popular, Comunes, Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, El Sur No Espera, Centro de Estudios Atenea, Proyecto Hábitat, Instituto de Energía Scalabrini Ortiz, Usina de Estudios Políticos Laborales y Sociales, y Grupo San Juan.

¿Qué piensa Agenda Argentina de cara al período político que se aproxima a nivel nacional? ¿Cuál va a ser su lugar en el próximo gobierno de Alberto Fernández? Tres referentes de este espacio analizan el rol que tendrán en el próximo Gobierno, sus diferencias con Carta Abierta y las prioridades políticas de cara al país que se viene.

Nahuel Sosa (Génera)

Nahuel Sosa es uno de los coordinadores de Agenda Argentina y además referente del Centro de Formación y Pensamiento Génera, que nació por iniciativa de la organización política Seamos Libres y nuclea en la actualidad a alrededor de 80 jóvenes.

«Hay que redefinir el rol del intelectual, que muchas veces está condicionado por lo que nos propone la derecha o la élite: un intelectual separado de la sociedad o parado por encima de ésta. Nosotros creemos que el intelectual es aquel que tiene un saber técnico-profesional o académico y lo pone al servicio de los sectores más postergados. Como dice Gramsci, un intelectual comprometido con su tiempo histórico». En ese sentido, Sosa recuerda el Foro de presentación en la UMET realizado en junio pasado, donde «Alberto Fernández nos llamó a defender la desobediencia como un mecanismo de construcción política. Ser desobediente no significa no ser comprometido, sino que uno puede tener una mirada crítica y aún así inscribirse dentro de un proceso político».

Nahuel Sosa

Este joven sociólogo conserva afecto por los referentes de Carta Abierta y asegura que «cumplieron un rol histórico muy importante», aunque diferencia los tantos: «Hoy creo que Agenda Argentina se ubica en otro tiempo histórico y con otra composición generacional, lo cual no es bueno ni malo. Esa propia heterogeneidad de Agenda Argentina también lo vemos como una fortaleza de la etapa que se viene. La gran virtud del Frente de Todos es ser uno de los espacios más plurales y abarcativos desde la vuelta de la democracia».

Por último, Sosa señala las prioridades para la etapa que se viene: «Desde Agenda Argentina vamos a trabajar fundamentalmente en la idea del acuerdo social y cómo involucramos a la sociedad en esto. Hay que contemplar el acuerdo social en dos dimensiones: una más económica ligada al acuerdo de salarios y precios con sectores que están más organizados, como la UIA y la CGT, y otra con esos colectivos emergentes -feminismo, trabajadores de la economía popular, etc.- a partir de mecanismos de participación ciudadana, tales como foros, puntos de encuentro y conversatorios de forma tal que la sociedad civil se sienta parte del nuevo gobierno. Hay que volver a recuperar valores como la sensibilidad, la participación y asociar la libertad civil con la igualdad económica».

«De ninguna manera puede pasar que cualquier contradicción que aparezca esté por encima de conservar la unidad que tuvimos para ganar y para gobernar. Esa unidad es la garantía para que no vuelva el neoliberalismo», concluye.

Alexandre Roig (Usina del Pensamiento Nacional y Popular)

Alexandre Roig coordina la Usina del Pensamiento Nacional y Popular, un espacio ligado al Movimiento Evita que se asume «como parte del campo político». En cuanto a la conformación de Agenda Argentina, este sociólogo asegura que «queremos discutir la agenda que se viene, siendo un espacio de debate que permita profundizar los grandes desafíos que tiene la sociedad argentina hoy en día. Nos propusimos hacer de la unidad una práctica cotidiana, cosa que logramos y pensamos sostener en la nueva etapa».

Roig plantea al «diálogo» como uno de los desafíos del nuevo gobierno y menciona el caso del encuentro de Alberto Fernández con Brian, el joven discriminado por su vestimenta el día de la votación. «No puede haber pacto sin diálogo entre personas que piensan distinto. A veces se piensa de antemano que un pacto es la resolución de los problemas, pero en realidad un pacto es acordar cómo resolver los problemas de una manera democrática y productiva. En ese sentido, Agenda tiene un rol fundamental para lograr la convivencia y el respeto por el otro«.

Alexandre Roig

En relación a las diferencias con Carta Abierta, el referente de la Usina plantea que «cada período histórico tiene la intelectualidad que se necesita. En ese sentido Agenda Argentina no asume una posición vanguardista pensando en ser detentores de una verdad, sino que somos la expresión de una necesidad de la Argentina contemporánea». Al respecto menciona como tareas permanentes la cuestión de «la deuda externa, la desigualdad social y la distribución de la riqueza».

«Agenda Argentina como tal no pretende formar parte del próximo gobierno, lo cual no quita que distintos miembros integren algún espacio en particular dentro del mismo. Estar adentro de un gobierno no es ser dependiente y estar afuera no es ser autónomo. Nosotros lo que planteamos es una posición permanentemente crítica, pero a su vez desde un lugar de compromiso y desde adentro de la política», finaliza Roig.

Ramón Prades (Grupo San Juan)

Ramón Prades confiesa que no se lleva muy bien con el término «intelectual» y, en ese sentido, se diferencia de lo que fue en su momento Carta Abierta. «Agenda Argentina es un paraguas más grande que agrupa a una cantidad de agrupaciones que tienen su funcionamiento y sus temáticas diferentes entre sí. A diferencia de Carta Abierta, aquí tenemos diferentes identidades».

El Grupo San Juan, cercano al gobernador Sergio Uñac, destaca en un primer plano la importancia de la «unidad nacional, del federalismo, de la Argentina de los que producen y de los que trabajan y de un peronismo occidental. Nos parece importante salir de la grieta y empezar a hablar de otra forma, pensando cuál es el discurso para la Argentina que se viene. No pretendemos disolver las contradicciones, pero sí articular y armonizar las diferencias. El pacto social debe poder construirse el año que viene». «Obviamente siempre hay pujas y choques, pero el tema es ver cuáles batallas vamos a dar y cuáles no. El país que viene tiene que ser del conocimiento, que cree riqueza y la distribuya», agrega Prades.

Ramón Prades, junto al presidente electo Alberto Fernández y al gobernador de San Juan, Sergio Uñac.

En relación a las diferencias que puedan surgir dentro del espacio intelectual ligado al Frente de Todos, este licenciado en Relaciones Internacionales expresa «que Agenda Argentina es una síntesis a escala de lo que significa la importancia de la unidad. Y eso tiene que ver con entender la heterogeneidad, no vamos a estar de acuerdo en todo. Lo importante es que estemos de acuerdo en las cosas principales: la pobreza, el mejoramiento de las cuentas externas y el apuntalamiento de los que producen».

Por último, Prades señala que «el rol de Agenda Argentina va a estar en poder vehiculizar gran parte de las demandas sociales y alcanzárselas al poder político. También va a ser un lugar donde se pueda reflexionar críticamente sobre las cosas que estén haciendo los que gestionan en el poder. Es clave no perder la crítica real, es importante que Agenda Argentina no se transforme en un Ministerio de Justificación y Culto, es decir, en un lugar donde se justifica todo. Ese rol le cabe a los ministros y a los voceros del Gobierno».

 

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.