Una nave de sentidos que despega desde Brasil

La segunda jornada del Festival Ninja -organizado por el medio brasilero Midia Ninja- estuvo atravesada por la política, el feminismo y la negritud. Voces urgentes que irrumpen en una tierra gobernada por la ultra-derecha.

La nave es literalmente una nave, una comunidad, un hormiguero, un laberinto horizontal, una usina de creación constante, un palimpsesto de experiencias. Con el olor a ajo proveniente de la cocina colectiva arraigándose a las paredes y la música carioca transitando su movimiento envolvente entre los recién llegados, la segunda jornada del Festival Ninja dio comienzo alrededor de las 10 de la mañana del viernes. El evento, organizado por el medio brasilero Midia Ninja para inaugurar su nuevo espacio en Sao Paulo, reunió alrededor de 1000 personas el primer día y les organizadores esperan más en los próximos tres, que tendrá como punto culminé un cierre musical a cargo de Caetano Veloso el domingo por la tarde. Con un importante énfasis en la experiencia de pueblos originarios, la negritud y las comunidades LGTBQ+, el festival busca evidenciar la pluralidad de culturas en la sociedad brasilera, dejando en claro que se trata de un crisol de etnias, colores, razas, géneros e identidades, aunque históricamente los sectores conservadores se hayan empecinado en negar esto.

Foto: @luznunezsoto para cobertura colaborativa del Festival Nave.

El edificio/nave -que originalmente funcionó como salón de eventos- fue recuperado y puesto en valor por les integrantes de Midia Ninja con el fin de darle un espacio propio a cada uno de los grupos que accionan dentro de Fora do Eixo, la comunidad solidaria y cultural donde se gestó el medio. Prontamente -después del torbellino que significará el festival- la nave se convertirá en una casa colectiva. Ahora es una ebullición de pelos de colores, expansores, telas estampadas, trenzas, grafittis en las paredes. Risas y gestos de complicidad evaporan la distancia entre desconocidxs que dejan de serlo ni bien atraviesan el espacio.

Durante la mañana del viernes se realizaron conversatorios paralelos. En «Preto é todo igual» se problematizó la idea de que la negritud es un movimiento sin divergencias ni disparidades. ¿Hay una sola religión negra? ¿Que pasa con el movimiento LGBTQ+ y las mujeres trans en esta comunidad? ¿Pueden las personas negras llegar a puestos de poder? ¿Se puede deconstruir la hipersexualización de los cuerpos negrxs?, fueron algunas de las preguntas que circularon por el ambiente. En una sala calurosa con paredes blancas, les asistentes reforzaron la idea de que la visión de la negritud como una unidad homogénea tiene sus bases en el racismo creado por la blanquitud y la ideología colonial europea. «Ésta construyó narrativas sobre el continente africano como una única cosa y no varios países con una pluralidad cultural infinita», aseguraron en la descripción del taller.

Fotos: Nadia Nicolau para cobertura colaborativa del Festival Nave.

En otras habitaciones se desarrollaron las rondas de conversación «Historia de la alimentación», «Quer construir uma rede de bancos e emprendedores solidarios?» sobre modelos de trabajos asociados a ingresos y ley y «Espacio de Liberdades Pretas», un espacio para peluqueras, estilistas, ex presidiarias, artistas plásticas y modistas expongan e intercambien su trabajo.

Mientras tanto, en la planta baja tuvo lugar la charla con Marcelo Freixo. Freixo, profesor de historia y diputado federal del PSOL Rio de Janeiro, habló de la política de los afectos y se centró en la importancia de la organización en un momento donde las derechas intentan avanzar en el continente y los pueblos responden generando tensiones ardientes y dolorosas. El diputado abrió el conversatorio convocando a les presentes a luchar contra la reciente decisión de Sergio Moro, ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, de transferir las investigaciones de la Policía a la Policía Federal, subcomandada por el procurador general de la República, Augusto Aras, aliado de Bolsonaro. «Es necesario discutir la milicia y el Estado de democracia. La milicia es un proyecto de poder, es una relación de gobernanza. Ellos tienen el dominio económico, territorial y electoral. Precisamos pensar en eso políticamente porque la milicia elige diputados, senadores, gobernadores», afirmó. También insistió en politizar la muerte de Marielle Franco, concejala, militante del PSOL, negra y lesbiana asesinada el 14 de marzo del 2018 cuando volvía de una acto político. «La muerte de Marielle es la muerte de la la democracia y todos tenemos que involucrarnos en el asunto», aseguró. Antes de finalizar dejó sentada la importancia de entender la política como una construcción mutua que involucra sentimientos y sensibilidades. «Hay un lugar de afecto en la política, un lugar de abrazo. Cuando se recibe afecto la relación política se humaniza y eso es muy revolucionario, muy importante», aseguró.

Foto: @luznunezsotos para cobertura colaborativa del Festival Nave.

Alrededor de las 11.30 de la mañana comenzó la primera parte del panel «Campaha de Mulher. De 2018 a 20202» sobre los feminismos en política. La charla fue coordinada por Duda Salabert, profesora de literatura y ambientalista, que en 2018 se convirtió en la primera persona transexual al solicitar el puesto de senadora de la República. Como oradoras participaron Natalia Bonavides, diputada federal; Maria do Rosario, diputada federal por Río Grande del Sur por el Partido de los Trabajadores; Renata Souza, electa para formar parte de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro por el Partido Socialismo y Libertad en 2018 y la primera mujer negra presidenta de la Comisión ALERJ para la Defensa de los Derechos Humanos y la Ciudadanía; Dyonne Boy, artista plástica y candidata a diputada en las últimas elecciones por el PSOL en Río de Janeiro; y Benedita Da Silva, 59ª gobernadora de Río de Janeiro y que actualmente se desempeña como diputada federal.

La conversación intentó dar voz a las mujeres que durante el ultimo año impulsaron propuestas y pensar nuevas estrategias de cara al 2020. Las participantes aseguraron que la campaña de Bolsonaro y sus partidarios estuvo totalmente atravesada por las fake news y el odio hacia las mujeres y disidencias. Esto reforzó el fascismo, que con contenido de diseminación ideológica te mata por ser negre, mujer o disidencia, trans o cualquier identidad que se corra de la norma.
«El racismo no es solo un problema de negros, es un problema de la sociedad», manifestó Benedita Da Silva, quien explicó que el discurso de odio fue perjudicial para el debate democrático. «Estamos hablando de exclusión social, de homofobia, de racismo, estamos hablando de soberanía nacional. Nos están vendiendo un país que ha asestado un golpe a la nación brasilera. El punto era remover a Dilma Rouseff después de tener un giro mecánico en la presidencia, porque era una mujer presidenta, una mujer de izquierda, una mujer consciente, una mujer que se enfrentó a una dictadura. Creo que podríamos estar en el mejor momento para hacer lo que pienso que es un evento político importante para todas las capas de la sociedad insertando mujeres en la política».

Fotos: Nadia Nicolau para cobertura colaborativa del Festival Nave.

La actividad tuvo una duración de casi tres horas, con momentos álgidos acompañados de aplausos y risas, que dejaron en claro la necesidad de que existan espacios para el debate de uno de los temas más urgentes de la región, como feminizar la política y revertir las lógicas machistas en los espacios de poder.

«El Senado significa señores, nada más provocativo y simbólico que una travesti tratando de penetrar en un espacio de señores», comentó entre risas del público y aplausos Duda Salabert.
«No saben distinguir entre la nariz erguida y la cabeza erguida», aseguró Renata Souza, quien dejó en claro que fue la voluntad política de las mujeres y disidencias la que logró que la vida política tenga que ver con los feminismos y, sin duda, fue gracias a esta experiencia que al día de hoy hay tenemos mujeres con perspectiva de género ocupando espacios de poder en Brasil. «Nos decidimos a ser mujeres contra la opresión», manifestó Maria do Rosario. «Nosotras queremos ocupar el lugar de las mujeres y no dejar que ese espacio sea invadido porque es la presencia de mujeres en los parlamentos necesaria para la vida de la gente en las favelas, la vida en las comunidades, para las mujeres y disidencias que precisan una representación libertaria de sus derechos humanos, políticos y civiles» .

Fotos: Emergentes para cobertura colaborativa del Festival Nave.
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