Incluyen nuevos métodos anticonceptivos en el Plan Médico Obligatorio

Una resolución publicada en el Boletín Oficial la semana pasada anuncia que a partir de ahora las obras sociales y prepagas deberán cubrir al 100% tres métodos anticonceptivos de larga duración: el SIU, el DIU y el implante subdérmico.

No es un dato menor: a partir de ahora, las prepagas y obras sociales están obligadas a cubrir a un 100% la aplicación y extracción -además del dispositivo- de tres métodos anticonceptivos: DIU, SIU e implante subdérmico. Hasta la semana pasada, los costos del acceso a estos métodos quedaban a discreción de los prestadores y médicxs: un DIU de cobre podía llegar a costar $10.000 entre el dispositivo y su aplicación. Y ese era el más barato.

¿Cómo son estos métodos?

Empecemos por los más conocidos: el DIU y el SIU. Ambos son dispositivos que se colocan dentro del útero. El primero es de cobre y no secreta hormona; mientras que el segundo (también conocido como ‘Mirena’ o ‘DIU hormonal’) secreta Levonorgestrel. El DIU puede durar hasta 12 años y el SIU, 5 años. Ambos se colocan y extraen una vez, lo cual los convierte en ‘métodos de larga duración’: no dependen de la paciente, ni de visitas frecuentes a la ginecóloga -más allá de los controles-, y tienen una falla menor al 1%.

El implante subdérmico funciona con otra hormona: progestágeno. Es una varita chiquita, finita y flexible que se coloca una vez debajo de la piel usando anestesia. Secreta con frecuencia la hormona impidiendo la ovulación, lo cual la vuelve similar a la pastilla anticonceptiva pero sin hacer necesaria la toma diaria.

¿Por qué es importante la resolución?

Dentro del ‘PMO’ (Programa Médico Obligatorio) se incluyen las prestaciones que deben ser cubiertas de forma obligatoria por las obras sociales y prepagas, sin importar qué plan se tenga. Fue creado en 1995 para demarcar en la canasta básica aquellos elementos a cubrir por parte de las prestaciones privadas. Los derechos sexuales y reproductivos son históricos dentro de las demandas feministas, y su inclusión en políticas como el PMO amplían el acceso. Como explica Silvina Ramos, coordinadora tectina del plan ENIA, hay dos motivos por los cuales ésta es una buena noticia: “primero, incluir estos métodos de larga duración, muy costo-efectivos, en el paquete de PMO implica que el Estado está reconociendo la garantía del derecho de las mujeres de acceder a estos métodos”. El segundo motivo, según Ramos, “tiene que ver con el hecho que en el caso del DIU se incluyó su colocación como su extracción, no sólo financiamiento del dispositivo. Eso completa la garantía del acceso al dispositivo intrauterino».

El Plan ENIA (Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia), como sostiene Ramos, “ha hecho enormes esfuerzos por incluir en la canasta de métodos anticonceptivos al DIU y al implante. Una adolescente que se coloca un implante subdérmico, que dura casi 4 años, es una adolescente que está protegida durante prácticamente toda su adolescencia. Así, tiene mayores chances de concluir su formación secundaria sin quedar embarazada, que se sabe que es uno de los factores más importantes de abandono escolar”, agrega. Es que América Latina y el Caribe es la región con mayor cantidad de embarazos adolescentes, y en Argentina el 16% de los nacimientos anuales proviene de estos casos. De ese total, el 65% proviene de casos en los que no se usó método anticonceptivo.

Repensar nuestras certezas

Zoely, Miranda, Diva, Divina, Divinísima. En general, cuando una mujer joven se acerca a un consultorio ginecológico la indicación suele ser la misma: tratamiento con pastillas anticonceptivas que pueden contener distintas hormonas. Sin embargo, como ya te contamos,  las pastillas tienen contraindicaciones sobre las que se habla poco: riesgo de trombosis, depresión, fatiga, mala interacción con algunos antibióticos, entre otras. Una posible lectura conspiranoica podría ser que es mucho más rentable para la industria farmacéutica que dependamos de un consumo mensual como las pastillas en vez de brindarnos un método de una sola vez que dura muchos años. En ese sentido, se construyeron ‘mitos’ alrededor del DIU: que no es eficiente y que sólo lo pueden usar mujeres que ya fueron madres. Pero como indica la resolución y las especialistas citadas en este artículo, el DIU y el SIU constituyen los métodos con menor grado de falla dentro de los disponibles. ¿Por qué no considerarlo?

Parte de las luchas feministas es cuestionar todo: la pastilla fue bandera de nuestra posibilidad de elegir hace décadas, y la demanda ahora es garantía de libertades: un Estado que acompaña la ampliación del margen de acceso para todas asegura, a su vez, la ampliación de nuestras posibilidades de elegir. Esto, sin embargo, no llegó por voluntad política específicamente del gobierno de Mauricio Macri (cuyas políticas anti-feministas ya fueron enumeradas por este medio) sino por la insistencia en las necesidades estructurales que recaen, sobre todo, en la prevención de embarazos no deseados. De la demanda venimos, hacia la libertad vamos.

Compartí

Comentarios

Lucia Cholakian Herrera

Comunicación UBA // Periodismo Narrativo UNSAM+Anfibia. Escribe en Vice, Cosecha Roja y Nodal.am // En redes es @queendelqueso