«Lucho por visibilizar a mi comunidad»

Eleonor Miranda forma parte de Ciervos Pampas Rugby Club desde hace tres años y es la primera jugadora trans registrada en el rugby de nuestro país. En diálogo con El Grito del Sur explica qué representa esto para ella, su llegada al equipo y las peleas que da cuando sale a la cancha.

Eleonor Miranda es peruana, tiene 25 años, es parte de Ciervos Pampas Rugby Club desde hace ya tres años y sueña con ir a jugar en el exterior. «Beba», como la conocen en el mundo del deporte, es la primera jugadora trans de rugby registrada en nuestro país y recuerda que conoció a Ciervos Pampas en una tarde lluviosa de la Marcha del Orgullo del año 2016, lo que coincidió además con una búsqueda personal que ella venía arrastrando por encontrar un espacio deportivo abierto a las diversidades sexuales. «Yo buscaba un equipo LGBT, porque siempre practiqué deportes pero en equipos paquis y no es lo mismo que en uno de diversidad sexual», cuenta.

Foto: Nicolás Cardello

Cuando Eleonor se sumó a Ciervos Pampas todavía era Leandro, un chico gay que luego de haber participado de varios entrenamientos decidía incorporarse formalmente al equipo. “En ese entonces era un pibe muy tímido, cerrado, de casa de familia, yo venía de una familia clásica”, recuerda.

De todas formas, si bien logró encontrar en Ciervos Pampas el espacio deportivo que tanto había buscado, también revela que aún en ese momento en el que todavía se auto-percibía como varón gay y se rodeaba de otros varones homosexuales, se sentía diferente y no alcanzaba a sentir plena comodidad. Fue allí donde continuó explorando su sexualidad y su identidad de género hasta que -entre fines de 2016 y comienzos de 2017- empezó su transición, proceso que devino en empezar a reconocerse como una mujer trans.

Foto: Nicolás Cardello

Esta decisión se vio atravesada de todas formas por distintas variantes que Eleonor tuvo que afrontar a los chapazos. “Cuando decidí por completo mi orientación sexual mi propia familia me echó de casa y me la tuve que bancar”, confiesa. A partir de entonces le tocó transitar situaciones difíciles, propias de una mujer trans inserta en una sociedad que -a pesar de los avances de los últimos años- continúa siendo profundamente machista y margina sistemáticamente a una población que tiene una esperanza de vida de 35 años. “Me enfrenté al qué dirán, a la mirada y la crítica de la sociedad”, dice.

A pesar de todo esto, hoy sale a la cancha orgullosa, con su bandera multicolor y convencida de dar la pelea por ella y por todo el colectivo LGBT. “Mi lucha tiene que ver con visibilizar a mi comunidad, a la comunidad trans, que es la más marginada en esta sociedad”, explica. Eleonor es la primera jugadora trans registrada y desde ese lugar se para con el objetivo de enfrentarse a todos los obstáculos que persisten en el deporte. “Yo ya logré poner ahí mi nombre y mi sello, ahora me gustaría que vengan otras, que otras pequeñas digan ‘si hubo una por qué yo no puedo’”, expresa.

Foto: Nicolás Cardello

“Cuando ingresé jugaba con pibes que pesaban más de 120 kilos y donde no podía demostrarles miedo, porque si lo hacía me lesionaban”, recuerda con tristeza. Y también en ese sentido suma: “El rugby está diseñado para ciertos cuerpos hegemónicos y binarios, para que gente de clase alta pueda practicarlo. Cuando voy a un partido las miradas ya están: por pesar 54 kilos, por tener uno sesenta y tantos de altura y las miradas están pero lo que yo digo es ‘que me vean jugar y que después hablen’”. Eleonor se construyó a los golpes, entre tackles y tocatas, abriéndose paso en un deporte, en una sociedad y en un mundo que le sigue dando la espalda a miles como ella.

“Es un logro para mí y para toda la sociedad incluso poder ir a jugar y que vean que soy trans. Ponerme los tacos al final del tercer tiempo, que me queden mirando y sentirme una diva incluso estando lesionada”, comenta. Ahora Eleonor disfruta entrenando, militando el deporte que le gusta y ampliando los márgenes de lo posible para su colectivo.

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).