Los desafíos del Boca post-macrista

La lista de Jorge Amor Ameal, Mario Pergolini y Juan Román Riquelme arrasó con el 52,84% por sobre el 30,60% que obtuvo el oficialista Christian Gribaudo. Más de 20 mil votos hicieron posible lo impensado hasta hace poco: sacar al macrismo también de Boca Juniors.

Tras una jornada larga y extenuante que dejó acusaciones cruzadas y denuncias de entorpecimiento del proceso electoral, Boca Juniors volverá a estar en manos de la oposición después de mucho tiempo. La lista de Jorge Amor Ameal, Mario Pergolini y Juan Román Riquelme (Frente por la Identidad Xeneize) obtuvo el 52,84% de los votos, mientras que el oficialista Christian Gribaudo quedó muy lejos con el 30,60%. José Beraldi fue tercero con el 16,14%. Más de 20 mil adhesiones obtuvo la alianza opositora en unos comicios con récord de participación -casi 38 mil votantes en total-, logrando algo impensado hasta hace poco: sacar al macrismo también de Boca Juniors.

Los principales factores de la contundente diferencia en favor de la lista del Frente por la Identidad Xeneize fueron dos: el efecto arrastre que generó la presencia de Riquelme como candidato a vocal -ahora asumirá en el cargo de vicepresidente segundo del club, aunque en los hechos será el encargado de manejar el fútbol profesional- y el fuerte rechazo que acumuló la gestión de Daniel «Tano» Angelici, quien propuso a Christian Gribaudo -ex secretario general del club y funcionario macrista en la provincia de Buenos Aires- como su heredero en el marco de una continuidad sin cambios. En primer lugar, si bien la mayoría de las encuestas le daba a la oposición una diferencia de 10 puntos, la principal incertidumbre tenía que ver con la cantidad de socios y socias que se acercaran a votar durante la jornada de ayer. Este temor se fue disipando desde la mañana y la masiva participación favoreció las expectativas opositoras por encima de las previsiones iniciales. Al mismo tiempo, durante buena parte de 2019 los cánticos populares contra Angelici fueron una constante: éstos se duplicaron luego de la derrota en la final de la Copa Libertadores contra River Plate en un contexto de resultados futbolísticos que no acompañaron.

«Es un triunfo inmenso de los socios, que este domingo hicieron un esfuerzo extraordinario para venir a votar. Les pusieron miles de trabas», sostuvo Jorge Amor Ameal pasada la medianoche, cuando la tendencia en el conteo ya era irreversible. El presidente electo afirmó que «el socio de Boca votó un cambio en la conducción del club. Ahora nuestra obligación es abrirle la puerta para que pueda expresarse. Este triunfo, por esta magnitud, se la debemos a Román (Riquelme) seguramente. Pero acá hay un equipo que trabajará para devolverle la transparencia a las actividades de Boca». Minutos más tarde, el candidato oficialista Christian Gribaudo reconoció la derrota y se proclamó como «oposición» dentro del club que el macrismo supo dominar casi sin interrupciones durante 24 años.

Los principales desafíos que tendrá el Boca post-macrista en su primer año de gestión serán tres:

1) Avanzar en el proyecto de ampliación del estadio, una de sus promesas de campaña. «Bombonera 360» busca aumentar la capacidad a 78 mil espectadores para el año 2023, con el anillo completo y las cabeceras siendo íntegramente populares. Ésto se hará evitando el «Estadio Shopping» que alguna vez planteó el oficialismo y se apunta a comprar las propiedades de las dos manzanas aledañas. De acuerdo con los voceros de la lista ganadora, «más del 80 por ciento de los dueños están dispuestos a vender. Alguna gente será reubicada y con los especuladores habrá que hacer una ley de expropiación». Ameal dio a entender que Boca no mudará su localía salvo en el momento de la unión de los codos, que se gestarían para algún receso.

2) Volver a convertir a Boca Juniors en un club cercano a los socios y las socias, así como al barrio que lo rodea. Cabe destacar que, durante los últimos años, colectivos sociales como «La Boca Resiste y Propone» se opusieron con dureza a las políticas privatizadoras de la gestión saliente en el marco de la búsqueda de avanzar en la construcción del Estadio Shopping. En ese sentido, uno de los principales cuestionamientos fueron las rejas que Boca colocó sobre «los campitos» de la zona, terrenos públicos que iban a ser vendidos al club a precio vil en detrimento de la construcción de un predio deportivo, cultural y recreativo para los vecinos, vecinas y socixs de Boca. Otras dos problemáticas a resolver serán la cuestión de los socios adherentes, que se han multiplicado durante este tiempo y muchos se quedan sin la posibilidad de ingresar al estadio, así como una reforma del estatuto, que ha quedado obsoleto y prácticamente obstruye la participación tanto de mujeres como de las minorías políticas. Allí reside otro de los planteos de campaña del Frente por la Identidad Xeneize: que la institución sea nuevamente «popular, democrática e inclusiva».

3) Mejorar en el plano deportivo, especialmente en lo que concierne al fútbol profesional. Si bien Angelici obtuvo seis títulos como presidente, no logró coronarse en el plano internacional y sufrió en carne propia una serie de derrotas muy dolorosas contra River Plate, que además en paralelo consagró una de las etapas más gloriosas de su historia. Allí seguramente se verá el flamante aporte de Juan Román Riquelme y Jorge «Patrón» Bermúdez, quienes seguramente ocupen el rol de gestionar el área del fútbol profesional con el objetivo de volver a poner a Boca en lo más alto.

 

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