Por infancias realmente libres

La Asociación Civil Infancias Libres presentó un documento para visibilizar las violencias y exclusión que se ejercen sobre las personas trans-travestis en el sistema educativo. Ante la ausencia de respuestas, se realizó una sentada frente al Ministerio de Educación.

«Yo no quiero que el cuerpo de una nena con pene esté en el aula para que los vea sólo Luana, quiero que lo vean todos sus compañeros y que sepan que es un cuerpo que no se tiene que corregir, ni que cambiar ni que matar”, explica con voz firme y rabiosa Gabriela Mansilla. Gabriela es mamá de Luana, la primer niña trans en ser reconocida como tal en nuestro país y obtener su DNI con género autopercibido en el año 2013. También es fundadora de la Asociación Civil Infancias Libres, que nuclea a niñeces y adolescencia trans y sus familias. Allí se reúnen para intercambiar experiencias, compartir recursos, tejer redes pero especialmente para luchar por sus derechos y desarraigar el estigma social que pesa sobre su comunidad.

Gabriela expresa con bronca la necesidad urgente de que las niñeces y adolescencias trans dejen de padecer su paso por las instituciones educativas. Ella conoce el hecho de que el Estado postergue su lucha, pero poco sabe de rendirse.

Ilustración: Natascha Rosenberg

El pasado 26 de noviembre, la Asociación Civil Infancias Libres (ACIL) presentó un documento para visibilizar las violencias y exclusión que se ejercen permanentemente sobre las infancias y adolescencias trans-travestis en el sistema educativo argentino. Luego de una semana sin respuestas decidieron hacer un sentada pacífica tanto en el Ministerio de Educación de la Nación como en la provincia de San Juan y de Córdoba, donde también se entregó el petitorio.

Según el relevamiento de Infancias Libres, hecho en base a 100 experiencias, el 80% de las instituciones educativas de los tres niveles (inicial, primario y secundario) no supieron acompañar a sus estudiantes trans.

El 90% de las escuelas no conocen la Ley 26.743 de Identidad de Género y cuando las familias se acercan a pedir el cumplimiento de la misma no sólo son violentadas, sino que no se cumple el artículo 12 que establece el trato digno y el respeto de la identidad auto-percibida. Esto se evidencia en las resistencias para inscribir en los registros o nombrar a lxs alumnxs si no hay cambio de DNI. Además, las personas travesti-trans en las instituciones educativas sufren amenazas de correcciones, golpes y abusos. Esto afecta a sus calificaciones, pero especialmente al ánimo y estado emocional de les estudiantes.

Ilustración: Natascha Rosenberg

“Les docentes no saben a qué baño mandarlos y muchas veces les chiques terminan aguantándose las ganas de hacer pis durante horas, situación que claramente afecta su rendimiento. También se les imposibilita concurrir a las clases de educación física”, explica Gabriela, quien sabe que si bien los números dan evidencias no representan la manera en que estas violencias repercuten en la subjetividad de niñes, jóvenes y adolescentes.

Ante la falta de un programa estatal, la Asociación recorre todo el país capacitando a estudiantes y docentes sobre la temática. Sin embargo, plantean que el Ministerio de Educación debería abogar para que todos, todas y todes tengan acceso a una educación libre de discriminación y disfrutable.

“Los colegios nos exigen a las familias que hagamos lo que no hacen desde el Gobierno, es decir que les demos información y les eduquemos. Pero cuando llevamos el material que nosotres realizamos y autogestionamos nos dicen que no lo pueden dar porque no viene desde el Ministerio”, manifiesta Gabriela Mansilla. “Estamos hablando de niñes de cuatro años, estamos diciendo que tenemos a más de 300 chiques en el jardín, en la escuela primaria y en la secundaria y no los están registrando. Están dejando las secuelas en nuestras niñeces”.

Ilustración: Natascha Rosenberg

La situación se agrava cuando la ley de Educación Sexual Integral no sólo no se implementa adecuadamente, sino que reproduce contenidos binarios y biologicistas. Justamente por eso, una de las exigencias que Infancias Libres tiene es la modificación y la real aplicación de la Ley de ESI con una perspectiva de género, contemplando la diversidad de manera transversal y no como un apartado a criterio del/la docente. También proponen la creación de material audiovisual que realmente visibilice las corporalidades trans y las legitime dentro del aula, así como la capacitación inmediata a institutos de formación docente, a docentes, directivos e inspectores sobre la temática.

“No existe en el país una lámina de escuela donde te muestren una imagen de una niña con pene o niño con vulva, pero los tenes en el aula. ¿Entonces cómo hacemos? Si la ESI no se dicta en todas las escuelas del país se vuelve muy difícil todo. Falta demasiado, pero la realidad es que nuestres hijes están dentro de la escuela sin estar protegidos”, asegura la mamá de Luana. “Lo que queremos visibilizar no es sólo para les niñes trans. Si hay un niño o niña cisgenero viendo en una lámina otro cuerpo que no es el suyo, eso previene la violencia que genera lo que se desconoce. Tal vez también le salvemos la vida, al evitar que sea alguien que por qué nunca vio una persona trans en la escuela cuando se las encuentran las cagan a palos. Eso tiene que ver con la educación de la sociedad”, agrega.

“Vamos a hacer evidente el reclamo frente a la no-respuesta estatal porque sino nuestres hijes no le importan a nadie. Queremos dejar en claro de que el Estado es responsable de que las niñeces travestis y trans estén en peligro dentro de la escuela”.

 

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