Una guía posible de Spinetta para recién llegades

Otro homenaje más al flaco el día que cumpliría 70 años, a través de un carpichoso itinerario por lo más sobresaliente de su obra, pensado para aquellos quienes hoy vieron las miles de alusiones a Spinetta en las redes y sintieron alguna curiosidad.

Estos párrafos pueden sonar bastante borders y quizás se los lleve el viento, pero con la excusa del cumple 70 del flaco Spinetta quisimos armar una guía para que las nuevas generaciones de oyentes asomen su oreja a un mundo desconocido que puede resultar maravilloso y definitivo. Una guía de 5 temas para adentrarse en Spinettalandia.

Doscientos años: Un tema partido en dos, que también parte en dos tu cabeza desde el momento en que te entra por primera vez. Hasta el minuto 1.32, hay una base tranqui, casi de ensueño, sobre la que el flaco pide “una palabra, solo una palabra” y te prepara para lo que sigue, de lo cual ya no hay retorno posible. Desde el minuto 1.33 y hasta el final, ya deja de ser una canción y se transforma en una muestra gratis de El Paraíso, entre el solo de Tomy Gubisch y el “lalaleo” celestial del mejor Spinetta que se pudo haber conseguido jamás y que si no te hace saltar por los techos de la emoción es porque te convertiste en una piedra y no te diste cuenta.

Banda: Invisible. Disco: El Jardín de los presentes. Año: 1976

 

Las habladurías del mundo: Algunes conocimos todo un universo poético (corríamos a averiguar quién era Artaud, éramos muy jovencitos) a través de este disco. Si alguna vez oliste las hojas de un libro viejo y te gustó, con canciones como ésta te va a pasar algo parecido. Hay un sonido, en especial el de las guitarras, que está atrapado en el tiempo pero no se oxida. Un tema de rock incluso a prueba de gente a la que no le gusta tanto el rock, con una letra hippie que cae bien hasta a los anti-hippie, porque no se van a dar cuenta ni de una cosa ni de la otra, pasa por un tubo y te saca una sonrisa. Es todo lo que está bien, y para colmo cierra el mejor disco de Spinetta bien arriba, y te deja pidiendo más.

Banda: Pescado Rabioso. Disco: Artaud. Año: 1973

 

Quedándote Oyéndote: Para la historia de nuestra educación sentimental. Una canción que sirve tanto para apretar los dientes en un momento de mierda como para mirar al sol de frente en primavera. Es increíble pero funciona a la perfección en todo momento, porque sintetiza lo bueno y lo malo, es una canción guerrera y a la vez una canción de amor. De amor en la libertad, en la línea de “todas las hojas son del viento” (frase para tatoo). Spinetta canta “y deberás crear, si quieres ver a tu tierra en paz”, mientras toca el piano y te hace mejor persona.
Banda: Spinetta solo. Disco: Kamikaze. Año: 1982

 

Yo quiero ver un tren: “La neutrónica ya explotó y muy pocos pudimos zafar. Ahora el mundo no tiene ni agua”, ¿te suena? Del Amazonas a Australia pasando por Mendoza sin escalas, acá tenés a Spinetta en modo Greta Thumberg, describíendo hace 30 años un mundo sin nada más que azufre por todos lados. Temazo lleno de humor bizarro y cierta ironía, que va creciendo y creciendo y te va cebando y cebando. Requiere auriculares, para no perderse ninguno de sus ruiditos.
Banda: Spinetta solo. Disco: Mondo Di Cromo. Año: 1983

 

A estos hombres tristes: Un tema con la estructura de una mamushka: hay una parte dentro de otra que está dentro de otra y así. Una locura hermosa, que inaugura el delirio místico del flaco y está llena de frases memorables. Mi preferida: “ponte color, que al morir, los hombres son blancos”. Cada cual tiene la suya, hay para elegir. Eso sí: solo apta para oírla una tarde de lluvia, en cualquier lado o circunstancia, pero con lluvia. Si llegaste hasta acá y no te aburrió, estás totalmente sumergido en el mundo Spinetta. Bienvenido.
Banda: Almendra. Disco: Almendra 1. Año: 1969

YAPA

Seguir viviendo sin tu amor: Junto a Muchacha, es el “hit” de la carrera del flaco. Cada tanto las radios abusan de este tema y nos sacan una sonrisa en el bondi, porque Spinetta suena mejor en la radio, de sorpresa. Esta canción de amor rarísima y distinta a todas las canciones de amor que se hicieron, no es romántica al pedo, es sincera y real y dura: “no queda más que viento”, oís, y si no te duele sos un zombie.
Banda: Spinetta solo. Disco: Pelusón of Milk. Año: 1991

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.