Pañuelos por celular

No hubo marcha, pero el pañuelazo por redes abrió los corazones y las puertas de las casas. Un 24 de Marzo atípico, en cuarentena, pero con la militancia más movilizada que nunca, en la voz de tres mujeres que mantienen viva la memoria.

A Graciela de Lois la inquieta ver las calles vacías. La Buenos Aires que se asoma desde la ventana de su departamento sobre la avenida Almirante Brown le recuerda aquellas primeras horas de la dictadura. El sentimiento se refuerza cuando escucha el aleteo de los helicópteros que entran y salen del helipuerto de la Isla Demarchi, a pocas cuadras de distancia. “Es un 24 de Marzo raro, por decirlo así, con muchas sensaciones encontradas: por un lado la alegría de una conmemoración que políticamente es muy especial, porque después de cuatro años el Estado vuelve a acompañar la política de Memoria, Verdad y Justicia. Pero, a la vez, se da en medio de esta situación tan terrible e inesperada”, dice a El Grito del Sur.

Graciela es una de las referentes históricas de los organismos de Derechos Humanos, casi desde el primer día, desde aquella primera reunión de “Familiares” en una oficina de La Liga una tarde del año 1976 en Callao y Corrientes. Desde la recuperación de la democracia, rara vez, como hoy, pasó un 24 de Marzo lejos de Lita Boitano, a quien la unen desde aquellos tiempos tantas historias como las que caben en 40 años de militancia.

Lita tiene ahora 88 años, vive en un primer piso por escalera y no tiene Whatsapp. La cuarentena obligatoria complicó un poco las cosas a la hora de registrar su voz para el mensaje audiovisual que se emitirá esta tarde por la TV Pública con el documento que cada año se lee desde el escenario de la plaza. Los técnicos del equipo que armaron los organismos para registrar su voz terminaron haciendo algunos mandados. “Se sorprendieron al ver varios pañuelos colgados en las ventanas de la casa, y hasta uno atado en un poste de la calle”, cuenta Graciela entre risas.

Graciela colgó el pañuelo de Familiares sobre la ventana que da a la avenida, junto al colgante de la foto de su ex marido, Ricardo Omar Lois. Las del balcón no sirven, porque dan al pulmón de la manzana y nadie los vería. La leyenda dice “Juicio y Castigo” y funciona como un exorcismo para la mala energía de las calles desiertas. Hoy va a esperar a que el reloj marque las 7 y media de la tarde para seguir en vivo y en directo el mensaje que verá todo el país.

“Es más importante preservar la salud de los demás, justamente como organismos de Derechos Humanos ponemos siempre la vida por delante. Esperaremos al año que viene para plasmar en las calles una conmemoración a la altura de lo que iba a ser este año, políticamente tan importante para todos nosotros”, avisa.

A Tatiana Ruarte Britos la cuarentena también le cambió los planes. Desde principios de año planificaba una actividad en Caballito y que esperaba se volviera una costumbre: marchar con vecinos y vecinas, a la hora que cae el sol, con antorchas. Ayer colgó sus pañuelos en las barandas de su terraza, que justo dan a la esquina.

Junto a su hermana Mara, Tatiana es la primera nieta cuya identidad fue restituida por Abuelas. Los 24 para ella son un punto de encuentro: no le gusta marchar en una sola columna, prefiere “ir de orga en orga” abrazando gente. “Lo que más estoy extrañando es poder abrazar a las Abuelas, porque en ese abrazo está el reconocimiento que siento les debo por todo lo que han hecho por nosotras”, explica.

El primer pañuelo lo colgó “a la hora cero” de hoy. “Fue como un ritual”, dice, después de tantos días en esa misma terraza, a la que sube para despejar la cabeza. “Lejos de quienes se alarman por una suerte de Estado de Sitio o esas cosas sin sentido, la pandemia nos sitúa en un lugar donde nunca estuvimos y por eso nos tenemos que cuidar un montón y cuidar a los demás. Y sobre todo, nos obliga un 24 de Marzo a ser más creativos, y creo que con el pañuelazo lo estamos logrando”, dice sobre la convocatoria que hoy hizo estallar las redes.

“Con este gobierno, con la recuperación de la Memoria, la Verdad y la Justicia, una puede respirar tranquila, sabemos que el Estado recuperó su compromiso. Ahora vamos por recuperar Campo de Mayo, por todo lo que significa y por toda la información que sospechamos que vamos a encontrar en ese lugar”, aclara.

Para Giselle Tepper, referente de HIJOS Capital, el traslado de la memoria de las calles a las redes resultó en “una mayor llegada a los hogares, a que en la mesa se hable de la fecha”. “Se generó una proximidad, una cosa más horizontal, distinta a llegar, armar la bandera, cantar y volver a casa, llegamos a todas las casas y todos participaron con su pañuelo, contando cómo lo hicieron. La resistencia estuvo en todos lados”, explica.

Giselle estuvo en la organización del video que se verá hoy en las pantallas, que tuvo sus idas y vueltas mientras las medidas restrictivas de la circulación se fueron endureciendo. “La verdad costó mucho trabajo, pero nos gustó tener la ayuda de mucha gente que dio una mano cuando nosotros no podíamos circular. Hasta un vecino aportó una fotocopiadora para que Taty Almeida pueda leer el fragmento del documento que le tocaba”, relata.

“Cada 24 de Marzo es importante. Hoy, lo que vimos en las redes de alguna manera reemplaza a la movilización, por el apoyo que la gente nos dio. Está claro que el repudio a la dictadura cívico-militar forma parte del contrato social”.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.