Un diputado en jogging

El diputado nacional del Frente de Todos habla de los tres primeros meses del gobierno de Alberto Fernández, de la agenda "Tierra Techo y Trabajo" y de la peculiaridad de ir en jogging al Congreso. "Hoy me toca dar la batalla en un lugar donde nuestros sectores nunca tuvieron llegada", asegura el joven de 28 años.

Vestido de jogging, Federico Fagioli llega con 15 minutos de retraso a la entrevista. Saluda con amabilidad, se disculpa y mira a su alrededor. Estamos en su oficina un miércoles por la tarde dentro de la Cámara de Diputados de la Nación, que -contrariamente a lo que se pudiera esperar de un sitio caracterizado por el despilfarro y el lujo- aparece sumida en un manto de precariedad. Faltante de sillas, mesas viejas, incomodidad para el trabajo cotidiano y una serie de reparaciones en curso que buscan acondicionar el lugar a contrarreloj para ponerlo a tono con el resto de los despachos. «Se robaron todo», bromeó al pasar uno de los más asiduos colaboradores del entrevistado y las risas estallaron.

Antes de poner en marcha la grabadora de voz, el diputado nacional por el Frente de Todos recuerda algunos momentos vividos en estos vertiginosos tres meses: desde la jura el pasado 19 de diciembre «por los humildes y la patria grande» hasta el privilegio de haber formado parte de la comitiva que recibió en la apertura de sesiones ordinarias al presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, Fede sigue siendo el mismo pibe de barrio que protagonizó una toma de tierras en uno de los barrios más pobres de Glew y allí sigue viviendo, porque el estatus político puede cambiar pero la esencia social es la misma. «Hoy me toca dar la batalla en un lugar donde nuestros sectores nunca tuvieron llegada», asegura este joven de casi 29 años referenciado en la figura de Juan Grabois (Frente Patria Grande) y la militancia de la Economía Popular.

¿Qué te dicen los vecinos y las vecinas de Pueblo Unido ahora que sos diputado? 

Ellas y ellos se pusieron contentos, hubo más una cuestión de felicidad y festejo. Yo pensé que iba a ser otra cosa, algo así como «ahora tenemos un diputado, vamos a reclamarle cosas». Lo que pasó es que fue una lucha que dimos todos juntos y por eso en el barrio se sintió como una victoria propia. No es una cuestión de méritos personales, sino que se trata de una lucha que viene dando el sector desde hace mucho tiempo. Esto nos permitió dar un pasito más para estar en los lugares de toma de decisiones. Queremos traer al Congreso las luchas de los movimientos sociales y las banderas de nuestro sector. No es una tarea menor. El Congreso debe ser un lugar de cara al pueblo: por eso cuando trabajamos el tema de la deuda, convocamos a un Parlamento Abierto para discutir este tema con todo aquel que se quisiera acercar. Los proyectos de ley no se tienen que construir en un cuartito 4×4, sino que deben realizarse junto a las organizaciones que vienen trabajando hace muchísimos años.

¿Cuál es tu balance de estos primeros tres meses del gobierno de Alberto Fernández?

No se puede hacer un balance sin hablar de la situación económica que dejó el gobierno de Macri. Es muy difícil que se resuelvan de un día para el otro el problema de la pobreza, el abandono de las políticas en salud, educativas y del sistema productivo. Cerraron un montón de pequeñas y medianas empresas, quedaron muchísimos trabajadores en la calle. Hubo mucha fuga de capitales también, ese es un tema que hay que investigar. La situación es muy compleja y, si bien Alberto viene siendo consecuente en la mayoría de las cosas con lo que dijo en la campaña electoral, queremos resaltar que no se puede pagar la deuda con el hambre de la gente. Eso implica tener políticas destinadas a los sectores más vulnerables del país y a reactivar el sistema productivo de la Argentina. Hay un 45% de pobres que la pasaron mal estos 4 años y la siguen pasando mal ahora. Si bien la tarjeta alimentaria sirve, hay que corregir algunas cosas e ir generando otras políticas. Como dijo Axel (Kicillof), la mejor política para atacar la pobreza es la generación de trabajo.

¿Cómo se busca el equilibrio entre lo necesario y lo urgente?

Yo creo que hay un montón de políticas que pueden ayudar en el hoy y el ahora a empezar a avanzar en las cuestiones urgentes. Hay que seguir avanzando sobre el carácter redistributivo de las medidas económicas y modificar los privilegios que hay en la Argentina. Si se implementa como está planteada, la Ley de Góndolas es un muy buen eje para generar una batalla contra los formadores de precios y cambiar las condiciones para que nunca más un puñado de especuladores decidan sobre los precios de los alimentos, mientras la gente se está cagando de hambre. Por otro lado, te permite poner en los supermercados un montón de productos de pymes, cooperativas, productores rurales y regionales. Eso te permite poner en marcha esa maquinita que durante el macrismo se apagó y volver a generar laburo.

¿Es posible pensar en una agenda de Tierra, Techo y Trabajo en un contexto de austeridad y bajos recursos?

Yo creo que sí, de hecho lo estamos haciendo. Hoy tenemos en diferentes áreas del Ejecutivo compañeros y compañeras que tienen esa visión, como es el caso de la secretaria de Integración Socio-Urbana (Fernanda Miño). Desde allí queremos abordar la problemática de la urbanización de los barrios, dando lugar a obras de luz, agua y cloacas a partir del trabajo de cooperativas integradas por los propios vecinos y vecinas. Eso es generación de trabajo inmediato y urgente en el barrio. En el caso de que no haya cooperativas con la capacidad de realizar ciertas obras, se puede realizar con empresas privadas pero va a haber un condicionamiento para que parte de los empleados que realicen esas tareas sean de los barrios. Tenemos la visión de que los barrios se pongan de pie en todo sentido, no sólo que tengan cloacas sino que tengan trabajo y puedan garantizarle el morfi a sus hijos.

¿Qué políticas están pensando para la juventud que ha quedado excluida del sistema?

Esa es una agenda a la que le vamos a dar mucho lugar. En nuestro Frente está Ofelia, una compañera mucho más joven que yo (risas), y junto a ella vamos a pensar distintas propuestas que tengan que ver con el sector. La juventud debe ser una prioridad porque es el futuro en este país. Hoy veo que se está dando una renovación de la política, un rejuvenecimiento de la política que nos da aire fresco que ya nos está permitiendo que los jóvenes seamos actores políticos de la transformación. Tenemos que trabajar con la juventud, no sólo viendo el sector joven estudiantil-universitario sino también contemplando a esa juventud golpeada y destruida: el pibe que vive en un barrio y tiene que dejar la escuela para ir a laburar, que no tiene las oportunidades necesarias para construirse como un sujeto de transformación. No se puede hablar de mérito, cuando hoy la juventud no está en igualdad de condiciones y de oportunidades. Hay que romper con eso y empezar a trabajar fuerte con el eje juventud, articulando con los movimientos sociales y con las organizaciones juveniles que hay en el país.

Fede Fagioli junto a Leo Grosso y Vicky Donda, en el lanzamiento de UTEP.

VAMO A CALMARNO

Tenés tatuado al Che y, al mismo tiempo, sos diputado en una democracia burguesa. ¿Qué implica ser guevarista en la Argentina de hoy?

Son principios que uno tiene y que llevo adelante en la democracia de base. Como militantes populares, tenemos la tarea de dar la batalla en todos los lugares que nos toca. También me toca darla en la institucionalidad y la democracia burguesa. También me toca dar la discusión sobre esa casta política que deja afuera a los sectores populares y a las representaciones reales del pueblo. Si bien uno es guevarista, no es fundamentalista y uno entiende que hay que trabajar en unidad con un montón de sectores que -quizás en otro momento- uno no trabajaba. Siempre entendí los objetivos y hacia donde vamos. Hoy me toca dar la batalla en un lugar donde nuestros sectores nunca tuvieron llegada. Queremos romper la barrera que siempre se puso entre el pueblo y el Congreso.

¿Qué implica simbólicamente ser un diputado en jogging?

Para mí es totalmente normal en un lugar que lo toman en forma totalmente extraña. Para mí esta es la normalidad y lo extraño es lo otro. Yo soy así, milito y vivo en un barrio en que toda la gente es así. Para mí venir en jogging expresa el hecho de que es hora de que los sectores populares y el pueblo mismo empiece a tomar partido en estos lugares donde se toman decisiones tan cruciales para nuestro país. No es necesario que el Congreso esté únicamente conformado por profesionales o gente que viene de determinada casta, sino que es momento de que la política la hacemos hombres y mujeres de a pie. Hace rato los sectores populares venimos formándonos y sabemos cómo resolver muchos de los problemas en Argentina. Queremos tener un rol protagónico en la reconstrucción de este país.

Compartí

Comentarios

El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.