La joven murga Los Auténticos Reyes del Ritmo ensayaba, como todos los viernes a la noche, y se preparaba para realizar una actuación al día siguiente. Alrededor de las 21.30 del viernes 29 de enero, Gendarmería irrumpió en la esquina de las calles Varela y Charrúa buscando pasar por encima de la murga con el presunto objetivo de remolcar dos autos robados con una grúa. Lo hizo con balas de goma y de plomo, disparos a mansalva contra sus integrantes que incluían a chicos entre 5 y 10 años.
Lorena, madre de una integrante de la murga -Aylen (15)-, explicó a El Grito del Sur: “En la calle donde la murga ensaya había dos coches robados. Gendarmería supuestamente iba a buscar estos coches pero justo por donde ellos estaban bailando. Ellos podían pasar por otro lado, porque hay otra calle. Pero quisieron prepotear, ni esperaron a que la gente nuestra sacara a los chicos. Y ahí empezaron, primero con balas de goma y después con las de plomo.” Sobre su propia experiencia en el lugar contó: “Yo justo llegaba cuando estaban todos heridos y Gendarmería seguía tirando. Había chicos chiquitos, un nene de 8 recibió un balazo en la cabeza”.
Por su parte, Aylen, directora de las mujeres mayores de trece años que participan en la murga, aseguró “lo único que les pedimos a los gendarmes fue tiempo para correr a los chicos porque en la murga nuestra lo que más hay son nenes chiquitos. Pero no sé, estaban muy acelerados querían pasar a toda costa. Chocaron a dos de nuestras chicas y después de que pegaron el primer balazo todos los nenes empezaron a gritar y a llorar y ahí arrancaron todos los gendarmes a tirar con balas de goma”.
Cuando se le preguntó sobre la continuidad de las actividades de la murga Aylen fue contundente: “Por balas y las lastimaduras que tenían los que habían recibido balazos, estuvimos tres días sin poder ensayar. Pero después ya volvimos a ensayar de vuelta”.
Cabe aclarar, que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich además de minimizar el acontecimiento ( con el ya usual apoyo mediático de las grandes corporaciones) visitó a los supuestos dos gendarmes heridos en los hechos.
El fin…¿justifica los medios?
Esta nueva represión del gobierno de Cambiemos se suma a las ocurridas contra los trabajadores de Cresta Roja y los municipales de La Plata en diciembre del año pasado y habla de un nuevo paradigma en materia de control de las fuerzas de seguridad, que incluye criminalización de la protesta social y falsas acusaciones por “portación de cara”. Aquí les cabe una gran responsabilidad a las nuevas autoridades, que dieron vía libre a la conformación de un nuevo protocolo de Seguridad que promueve la autonomía en el accionar policial, con todos los riesgos que eso implica. Estos peligros ya se evidenciaron en la brutal represión que Gendarmería llevó contra la murga, que podría haber terminado en una masacre.
