El pasado domingo 10 de julio, cuando los artesanos y trabajadores de la Feria de la calle Defensa, se disponían a montar sus puestos, se toparon con una situación inesperada. Un operativo policial con más de 300 uniformados -de los cuales 150 eran personal de Infantería- les impedía ocupar sus puestos de trabajo y amenazaban con desalojarlos.
El operativo policial fue ordenado por la fiscalía Sudeste, a cargo del fiscal Gonzalo Viña, buscaba impedir que los feriantes se instalasen en la história feria de San Telmo. Frente a este atropello, los trabajadores se organizaron y comenzaron a marchar por la calle, entonando canciones de protesta, acompañados por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y distintas organizaciones sociales de la zona.
El paseo a cielo abierto de la calle Defensa se extiende entre San Juan y Chile y representa una de las principales atracciones turísticas de Buenos Aires. En sus puestos se pueden encontrar desde artesanías hasta antigüedades y es sede de numerosas expresiones artísticas, como títeres, bandas de tango y rock, candombe y obras teatrales.
Gabriela Olguin es presidenta de la Cooperativa “El Adoquín”, emprendimiento que engloba a más de 380 trabajadores. Comenta que el operativo comenzó a las 6 de la mañana y que a las 12 el operativo se levantó, a partir de las protestas de los trabajadores, los turistas y los vecinos. “A las 14 se montó el segundo operativo pero esta vez enviado por el Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Martin Ocampo. A partir de allí tuvimos que realizar una resistencia con barricada, en la intersección de las calles Defensa e Independencia, para impedir el paso de la policía y que pudiesen pasar solo los turistas, los transeúntes y los viandantes. Así logramos que, por turnos, los compañeros pudieran trabajar tras cuatro domingos de lluvia.” Olguin comenta que durante la jornada se acercaron organizaciones políticas, vecinos, batucadas, y durante toda la tarde se mantuvo una olla popular.
Si bien en el año 2011 se aprobó la Ley 4121/11 de la Legislatura Porteña que “regula la actividad comercial de la venta de productos de consumo popular nuevos y usados en el espacio público”, las calles que ocupa la Feria El Adoquín fueron excluidas. Se les dio prioridad a los espacios que funcionan entre Plaza de Mayo y Chile, y no se incorporó a la legislación a la Feria en cuestión. Olguin comenta que la ley “delimita los espacios feriales pero excluye a la feria. A su vez la ley es bastante restrictiva y le brinda autoridad y control al Estado sobre los trabajadores. Cuando se aprobó la ley y no nos incluyeron en la misma, propusimos una “Ley Proyecto de Legalización de la Feria Popular El Adoquín” por intermedio de los legisladores Jorge Taiana y María Rosa Muiños, pero fue vetada por Mauricio Macri en 2012”.
Desde la Cooperativa señalan que el operativo no es un hecho aislado sino que repone a una lógica sistemática de desalojo a los trabajadores de la economía popular, y que hubo casos anteriores en Flores y Caballito.
Ariel Olivares se dedica a la encuadernación. Realiza agendas, libros y anotadores. Comenta que “habitualmente caemos desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la noche. Trabajamos hace varios años en la zona que se extiende desde Chile hasta Plaza Dorrego. Este domingo llegué con mi carro y estaba lleno de policías y gendarmes. Los trabajadores estábamos reunidos y nos enteramos de la orden de un juez que alentaba nuestro desalojo. La Policía no nos dejó armar los puestos y a un par de compañeros les requisaron las cosas.”
Bruno tiene 25 años. Además de trabajar hace un año y medio en la feria, es papá de Tiziano, de 5 años, y profesor de boxeo. En su parche de Defensa y Humberto Primo vende aros artesanales de mariposas. Comenta que «muchos turistas se acercaron a apoyarnos y preguntar qué estaba pasando.» Bruno explica que los 300 trabajadores van a seguir llevando adelante la feria más allá de las amenazas. «Creo que el aporte cultural de la Feria a la Ciudad es increíble. Si contamos desde Plaza de Mayo hasta San Juan, es un kilómetro y medio de Feria, con trabajos de todo tipo y artesanos de todo el mundo.»