800 trabajadores en la calle

La semana pasada el Paseo La Estación, ubicado frente a la Estación Constitución, amaneció con sus persianas bajas. Los trabajadores no pudieron abrir sus puestos y se les decomisó la mercadería. No han obtenido respuestas del Gobierno de la Ciudad ni de la empresa Crizzel S.A.

 

Son casi 150 personas que mantienen la vigilia. Hay quienes duermen en colchones, a la intemperie, porque la carpa, instalada en la puerta del Centro Comercial, apenas contiene a las pocas familias que entran en su interior junto a las provisiones que sostienen el acampe. La mayoría son gente joven, humilde y trabajadora, que desde hace una semana perdió su trabajo tras la clausura del Paseo La Estación, ubicado en Lima 1735, justo frente a la estación de Constitución.

 

La responsable del lugar es Ana María Martinez quien, tras anoticiarse de la clausura, eludió toda respuesta y no volvió a comunicarse con los trabajadores. Dejó como único mensaje un cartel en la puerta con un número de contacto para quienes quieran retirar su mercadería. Hasta ahora, el mecanismo no funcionó: las 800 personas que trabajan en el lugar tienen decomisados sus productos en el interior del Paseo Comercial. Las autoridades del Gobierno no se han acercado, sólo se ven representadas por la Policía Metropolitana que rodea de forma continua el acampe.

 

Pese a lo que pueda dictar el sentido común, instalar un puesto en “La Saladita” de Consti no es nada

barato. Los alquileres de los puestos van desde los 15.000 hasta los 38.000 pesos. Son locales de 4 x 3 metros donde se vende indumentaria, calzado, bijouterie, y artículos para el hogar. Hay también peluquerías, patio de comidas, un mercado de frutas y verduras y un sector de electrónica y librería. Cuenta con casi 500 locales distribuidos en dos plantas que ocupan un predio de casi 10.000 metros cuadrados.

 

Cindy Leiva cuenta que «nos cerraron sin darnos ninguna respuesta. Ana María Martinez es la administradora y la empresa se llama Crizzel S.A. No sabemos dónde están estas personas, nos dejaron un número telefónico que no atienden, colgaron un cartel y no tuvimos más noticias. Nosotros queremos trabajar.»

 

Sonia Paniagua está acampando en la calle desde hace una semana. Tiene casi treinta años y desde que le decomisaron su mercadería y clausuraron su lugar de trabajo, perdió su principal fuente de ingresos. Comenta que “llegamos el domingo a las once de la mañana, como todos los días, y nos encontramos con que la persiana del lugar estaba baja y no había ningún cartel ni ningún responsable que nos diera una explicación. Yo trabajo acá desde hace diez años antes de que se incendiara. Este lugar se prendió fuego, lo remodelaron y siempre fue propiedad del mismo dueño”. En 2012 el predio en cuestión se prendió fuego y debió ser desalojado y desocupado temporalmente.

 

» Somos 800 familias que perdimos nuestra mercadería, que se encuentra adentro del centro comercial. Nosotros pagamos el alquiler como corresponde, pero nos quieren subir el precio a $25.000″

 

 

Isaac Williams es de Ghana. Trabaja en el paseo de compras La Estación hace casi tres años, vendiendo indumentaria femenina en un puesto de 4 x 3 que se alquila en 15.000 pesos. ”Nosotros no sabemos cuál fue el motivo por el que clausuraron el lugar, pero no podemos trabajar y el lugar está cerrado. Somos 800 familias que perdimos nuestra mercadería, que se encuentra adentro del centro comercial. Nosotros pagamos el alquiler como corresponde, pero nos quieren subir el precio a $25.000”.  Isaac golpea el bombo y abraza a sus compañeros, un grupo de unos 20 trabajadores de origen africano, mientras comparten el plato de arroz con verduras que algunos de los trabajadores cocinaron en una olla popular. Dice que no piensan irse del lugar hasta que recuperen su mercadería. Y por lo pronto, pareciera ser cierto.

 

 

 

Compartí

Comentarios

Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.