El pasado martes, el Tribunal Oral Nº 21 concedió la excarcelación a Salvador Pipitó, condenado a 11 años por el asesinato del militante Mariano Ferreyra. Pipitó había sido condenado por ser parte de la patota que asesinó al joven militante del Partido Obrero y por amenazar a la periodista Gabriela Carchak, de C5N, quien cubría los acontecimientos.
Pipitó quedó en libertad condicional por decisión de la Sala II del tribunal de alzada porteño, integrado por los jueces Daniel Morín, Eugenio Sarrabayrouse y Luis Niño. Pipitó es el segundo de los condenados que resulta liberado por la justicia: una semana atrás el tribunal le había concedido este mismo beneficio a Claudio Alcorcel, condenado a ocho años de prisión. Pipitó y Alcorcel fueron excarcelados bajo la modalidad de “libertad bajo palabra”. Es la misma justicia que le concedió la prisión domiciliaria a José Pedraza, ex Secretario General de la Unión Ferroviaria y autor intelectual del crimen.
Durante el proceso judicial, la familia de Salvador Pipitó amenazó de muerte a la fiscal del caso, Graciela Caamaño, quien debió recurrir a la custodia policial permanente. Pipitó, condenado como coautor del homicidio, cumplió apenas 19 meses y 21 días de condena previo a la obtención del beneficio de la excarcelación por su buen comportamiento el alto puntaje asignado por el Servicio Penitenciario Federal, y la reducción de condena por “régimen de estímulo educativo”
Mariano Ferreyra, de apenas 23 años, fue asesinado el 20 de octubre de 2010 mientras realizaba una protesta en las vías del Ferrocarril Roca en el barrio de Barracas, exigiendo el pase a planta de los trabajadores terciarizados. En el mismo hecho fue herida de gravedad Elsa Rodriguez.