El gobierno hizo de público conocimiento en las últimas horas que no existirá la mesa nacional de negociación salarial docente.
La paritaria docente establecida años atrás mediante de la Ley de Educación Nacional sirvió para fijar, a nivel nacional, una base respecto del aumento salarial para cada provincia por igual. Posteriormente cada distrito terminaba de negociar el aumento total para el sector con el determinante de una base fijada con anterioridad entre las autoridades nacionales y los representantes gremiales. Ahora el gobierno opta por descartar esta medida para que cada distrito llegue a un acuerdo salarial por separado argumentando que nunca tuvo sentido ya que es algo que deben resolver las gobernaciones provinciales.
El macrismo no se toma vacaciones si de ajustar la educación se trata: en medio de un conflicto, aún latente, por los 3000 despidos dependientes de la cartera educativa nacional, pretende poner fin al marco regulatorio que les permitía a los docentes obtener un aumento similar en todo el territorio nacional. Al tiempo que la provincia de Buenos Aires se convierte en escenario de las críticas por la partida millonaria enviada desde el ejecutivo, los gobernadores deberán disponer unilateralmente del aumento que se le asignará a los y las docentes este año. Sin dudas esto le permitirá a cada distrito cerrar aumentos a la baja, por lo que cada negociación se terminará dirimiendo según la fuerza de choque de cada sector.
Los gremios no tardaron en salir a responder y alertaron con ir a un conflicto si las negociaciones salariales no cierran con un aumento considerable que les permita paliar el creciente recorte del poder adquisitivo iniciado en 2016. Las gobernaciones barajan un aumento del 18% para los estatales y un porcentaje similar para los docentes mientras que éstos no están dispuestos a aceptar una oferta menor al 35% de aumento.