La Cooperativa La Paquito funciona en La Boca hace más de cinco años. Nació como una iniciativa de inclusión laboral para la comunidad trans, orientada principalmente a la estampería textil. El Grito del Sur se acercó hasta la calle Arzobispo Espinosa al 1100 para conocer el trabajo de la cooperativa, sus dificultades y las experiencias laborales de la comunidad transexual argentina que desde hace años reclama una ley que les permita insertarse en el mercado de trabajo. Diana Aravena es una de las chicas que trabajan en el lugar. Nos espera escuchando la radio mientras responde algunos mails de la cooperativa.
«Nacimos con la idea de poder crear una fuente de ingresos para las compañeras pero al mismo tiempo para acompañar e impulsar una ley de inclusión laboral para el colectivo trans. Buscábamos demostrar que podíamos armar una cooperativa que funcionara como ejemplo para el colectivo trans y el resto de la sociedad», explica Diana.
Su relación con el barrio es buena; si bien siguen existiendo casos de transfobia, los vecinos suelen cooperar, comprar productos e incluso acercar donaciones. La Paquito realiza estampados sobre todo tipo de materiales: tela, cerámicos, madera y plásticos. Tienen una línea estética peronista-kirchnerista pero también trabajan a pedido. «Desde la llegada del macrismo perdimos mucho flujo de trabajo: por un lado todo lo que nos encargaba el Estado, y por otro, con el aumento de las tarifas y el contexto de crisis económica general, muchos compañeros no pueden darse el lujo de comprar nuestros productos, que no son de primera necesidad».
«Es difícil salir de la lógica de gueto que nos plantea la sociedad, pero a partir de la Paquito rompimos muchos tabúes y nos empezamos a relacionar con el barrio». Diana refuerza la idea de la necesidad de una ley de cupo laboral trans: «Para nosotras el trabajo no tiene que ver sólo con el sustento material sino con la inclusión de las compañeras, con la posibilidad de acceder a un serie mucho mayor de derechos».