Reproducimos el comunicado difundido por el periodista Roberto Navarro en su portal El Destape Web:
El GOBIERNO LOGRÓ QUE ME DESPIDIERAN
Hoy las autoridades del canal me comunicaron mi despido. Sé que lo hicieron bajo la presión del Gobierno.Esto sucede después de un mes de fuertes presiones para que fuera yo quien renunciara.Las mismas fueron llevadas a cabo por el gerente, Federico Maya, y sus subordinados y constan en innumerables watsapp que publicaré en Eldestapeweb.
Días después de las elecciones del 13 de agosto, supe por una fuente oficial que el Gobierno le exigió mi salida al propietario del canal y le sugirió que intente antes lograr mi renuncia.
Lo intentaron de diversas maneras, fundamentalmente, censurándome. Me prohibieron difundir una denuncia sobre la Nº 2 de la lista de Cambiemos en Provincia, Gladys González. Me prohibieron difundir un informe sobre la financiación de la elección, que compromete gravemente a Gabriela Michetti. E informes sobre Larreta y otros actores importantes del Gobierno. Investigaciones que publicaré en Eldestapeweb.
Se buscó que yo me vaya del canal sin pagar el costo público del despido. Y sin que el Gobierno pague el costo político de la censura. No les molesta mi critica, que también existe en el resto de la programación de C5N; les molestan nuestras investigaciones: Arsat, El Socio del Presidente, Dólar futuro, Compra de armas y tantas otras. Y el ingreso a Economía Política de Horacio Verbitsky, que difunde sus investigaciones de Página 12 en el programa. El blanqueo de más de 600 millones del hermano del presidente, por citar una.Conduje el programa Economía Política, que es el más visto en señales de noticias y gana de manera consecutiva desde hace tres años. Y también El Destape TV, que acaba de ganarle el mes a Los Leuco, A dos Voces y Juego Limpio, juntos.
En la radio dupliqué la audiencia que heredé hace un año al comenzar. Lo que deja claro que los problemas no son profesionales.Tampoco, como intentan camuflar, una pelea con un gris funcionario del canal, que sólo fue una herramienta para provocar mi renuncia.Esta es la tercera vez que ocurre un hecho similar desde que asumió Macri.
En diciembre de 2015, el reclamo del público frenó mi salida. Luego volvió a ocurrir en febrero de 2016 y también se echaron atrás. En esas oportunidades no perdí mi empleo. Pero fueron dejando la sensación – y eso se buscaba también- de que el problemático soy yo. La idea era que me fuera sin un telegrama de despido y mostrar un canal que sigue siendo crítico a partir de las 18 horas. Así conseguir sacar del medio a un periodista que con su grupo de trabajo, cadete incluido, daña la imagen del Gobierno.
Es un cambio de época y van por más. Todo indica que lo que Macri piensa hacer en los próximos tiempos necesita la complicidad del silencio. Estamos ante una democracia precarizada.