Estudiantes, padres, madres y docentes marcharán esta tarde desde Palacio Pizzurno hasta la sede del cartera educativa porteña para reclamar una vez más al Gobierno de la Ciudad la inclusión de las comunidades educativas en el armado de la “Secundaria del Futuro”. También pedirán por reformas edilicias y la terminación de las obras que se encuentran paradas desde hace años en distintos colegios, la aplicación de un Protocolo contra la Violencia de Género para tratar los casos de cada escuela, así como también la plena implementación de la ley de Educación Sexual Integral con la capacitación docente y el presupuesto «necesario».
Tras la reunión de este miércoles entre la ministra Soledad Acuña y representantes de las escuelas, el gobierno no pudo calmar las aguas y el conflicto lejos está de solucionarse. Por el contrario, son aún más los centros de estudiantes que se han plegado a la lucha y esperan que la titular de la cartera de Educación pueda darles respuestas claras que les asegure que la reforma educativa quedará en «stand by» al menos por un año.
Uno de los argumentos esgrimidos por los estudiantes en la conferencia de prensa que brindaron en el Nicolás Avellaneda, colegio que permanece tomado, tiene que ver con la reforma denominada “Nueva Escuela Secundaria”, que terminó de aplicarse por completo hace tan solo dos años y que aún no cuenta con ninguna camada de egresados con esa currícula. Desde la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), que nuclea a una numerosa cantidad de colegios porteños, solicitan un informe que dé cuenta del progreso y los efectos de la reforma aplicada recientemente para pararse sobre eso al momento de rediseñar un nuevo modelo de escuela secundaria. Por esto mismo afirman que no hay una necesidad real de aplicar la nueva reforma de manera “apresurada” sin que haya lugar para que las comunidades educativas participen del debate.
“La reunión fue un acto político para los medios para mostrarse abiertos al diálogo en un contexto de relanzamiento de campaña en que al gobierno no le conviene tener 30 colegios tomados”, sostuvo Maite, representante del Fernando Fader, en diálogo con El Grito del Sur. “Ahora dicen que no se trata de trabajo, sino de prácticas educativas y sigue sin quedar claro cómo serían, para qué y en qué condiciones”, agregó la estudiante en relación a uno de los puntos más delicados de la reforma: ésta plantea pasar un 50% del último año del nivel medio dentro de una empresa u ONG cumpliendo tareas que hasta el momento no han podido esclarecer desde el Ministerio.