En un conflicto que ya lleva 9 meses sin resolución, científicos y becarios del Conicet toman desde hace casi una semana el Ministerio de Ciencia y Tecnología para exigir el reingreso de los 500 trabajadores que fueron apartados de sus puestos allá por diciembre del año pasado. En aquel momento, la cartera que conduce Lino Barañao decidió como salida transitoria extender las becas hasta fines de 2017, mientras se continuaba negociando.
Sin embargo, representantes de la comunidad científica denuncian que «estamos desde diciembre sin resolver este problema, hay un cinismo enorme de las autoridades que crearon una mesa de seguimiento que en realidad nunca define nada». Desde Científicos y Universitarios Autoconvocados escribieron una carta abierta al ministro Barañao en la que le reprochan que «el 23 de diciembre de 2016 usted firmó un acuerdo en donde se comprometió a incorporar a los científicos recomendados en diferentes instituciones para desarrollar tareas de investigación y desarrollo, según los temas y lugares de trabajo, con una remuneración equivalente a la de la clase de la Carrera del Investigador Científico (CIC) recomendado, con condiciones similares a la misma». Sin embargo, el salario y la estabilidad laboral pactada no se estarían cumpliendo, según lo señalado en el escrito.
«Seguimos sin tener indicios de una reunión», señaló Mercedes García Carrillo, de Jóvenes Científicos Precarizados, en un marco en que se desarrollan movilizaciones y asambleas en varias provincias del país. Por otra parte, mientras continúa la toma, el gobierno prepara un nuevo recorte para el sector científico. Con una inflación proyectada del 15,7%, el Presupuesto 2018 estableció para la finalidad CyT un incremento de apenas el 13,3%.
Durante el fin de semana, la protesta se tornó cultural y con tinte familiar. Bajo el hashtag #LinoDaLaCara, hubo bandas, recitales de poesía, paneles de derechos humanos, feria de ciencias y hasta partidos de fútbol.