Marta Vázquez, quien marcó una época como presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, falleció esta mañana en Buenos Aires a los 90 años. Símbolo de la lucha por los derechos humanos, su vida cambió por completo el 14 de mayo de 1976, cuando la dictadura militar secuestró a su hija María Marta, embarazada, y a su marido, César Lugones. Durante toda la dictadura, ya como parte de las Madres, Vásquez mantendría la esperanza de hallar con vida a María Marta. La familia supo del embarazo de María Marta bastante más tarde. Se calcula que el parto fue hacia enero de 1977. Marta se fue de esta tierra sin encontrar a su nieto.
El mensaje conmovedor de Abuelas de Plaza de Mayo
Abuelas de Plaza de Mayo despide con tristeza a su compañera María Marta Ocampo de Vásquez, presidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, pero también Abuela de un nieto o nieta nacido en cautiverio.
Marta con su calidez e inteligencia abrió caminos y tejió lazos para saber sobre el destino de nuestros hijos e hijas desaparecidos y luego también para difundir la búsqueda de las nietas y nietos apropiados por el terrorismo de Estado. Marta Vásquez fue el motor de la construcción y fortalecimiento de un espacio como la Federación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM) y por ello durante muchos años presidenta del organismo. Con Marta llegaba nuestro reclamo y el de todos los familiares víctimas de las dictaduras latinoamericanas a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Marta se enteró de la desaparición de su hija María Marta Vásquez Ocampo y de su yerno César Amadeo Lugones Casinelli estando en México, mientras acompañaba en sus tareas diplomáticas a su marido, José María Vásquez. Con su regreso a la Argentina Marta se unió a Madres de Plaza de Mayo para exigir la aparición con vida de sus hijos, y con la confirmación de que su hija, secuestrada con un embarazo de apenas un mes, había dado a luz en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), se acercó a Abuelas.
La fortaleza de Marta ha dejado huellas en todas nosotras, su ingenio, generosidad y astucia, nos seguirán guiando. Cada nueva despedida nos hace repasar estos cuarenta años de lucha colectiva que sabemos no han sido en vano, como tampoco lo ha sido la lucha de nuestros hijos e hijas desaparecidos. Marta nos seguirá acompañando en cada nuevo encuentro, lamentamos la injusticia de haber partido sin el abrazo de su nieto. Nosotras lo seguiremos buscando, en cada rincón del mundo como lo hacía ella.
Abrazamos a sus familiares cercanos y la despedimos Hasta la Victoria Siempre.
Ciudad de Buenos Aires, sábado 18 de noviembre.