El dolor también anda en bicicleta

El miércoles 3 de enero Sofía Osswald falleció en un accidente de tránsito cuando andaba en bicicleta por la esquina de Perú al 900. ¿Por qué si el gobierno porteño publicita las bicisendas como una de sus políticas prioritarias sigue habiendo accidentes que se llevan la vida de los ciclistas?

Sofía lleva los anteojos levantados como vincha, el pelo rojizo y revuelto le enmarca la cara y combina con los labios pintados. Tiene la mirada clara y perdida, ni seria ni sonriente. La imagen podría ser de la protagonista de una película de Almodóvar, pero no lo es. Sofía era fotógrafa, feminista, militante, enérgica, estudiante de Artes del Fuego en el Una y creadora de cientos de pulseras de macramé que daba a conocidos y desconocidos por igual. El miércoles 3 salió en bicicleta desde el trabajo hasta la casa de una amiga. Aproximadamente a las cuatro y media de la tarde en la esquina de Perú al 900, la pisó un colectivo 126 y murió. Su familia busca testigos para reconstruir lo que pasó.

Sofía Osswald tenía 26 años, y trabajaba de agente de prevención en Parque Chacabuco, donde vivía con su familia. Una de sus responsabilidades era asegurar que no hubiese accidentes de tránsito en las salidas y entradas de los chicos a los colegios.

La calle es un espacio de poderes y jerarquías. Los colectivos las marcan, los taxistas las obedecen y los ciclistas las sufren. El fenómenos de las bicisendas, que surgió en el 2009 de la mano del gobierno macrista siguiendo el modelo europeo, propuso una nueva forma de interacción entre el ciudadano y el espacio público. Hoy las ciclovías en la Ciudad de Buenos Aires alcanzan los 195 km, sin embargo, aún son ineficientes y escasas: la mala señalización, el hecho de que sean todas con doble sentido -incluso en las calles de una sola mano-, la finalización abrupta sin previo aviso, y la falta de pavimento en algunas calles dificulta el tránsito seguro, que se ve agravado cuando los ciclistas deben competir por el espacio con autos estacionados, contenedores de basura, motos y carros de mercadería.

No hay estadísticas oficiales, pero circulan algunos números. Según la Asociación Civil “Argentina en bici”, en los primeros dos meses de 2017 hubo 19 ciclistas muertos en Buenos Aires. “Coincidimos todos que no debemos aceptar ninguna muerte en siniestros viales, ya que todas son evitables y en este sentido responsabilizamos a la falta de políticas públicas”, expresaron en un comunicado desde la asociación.

A pesar de que hay leyes de tránsito específicas para bicicletas, son poco difundidas y aplicadas. Según la Ley 24.449, en Buenos Aires la edad mínima para circular en bici es de 14 años mientras que en el resto del país 12. Otra legislación establece la necesidad de espejos retrovisores, bocinas y cascos obligatorios. Pero hay pocos o nulos controles. Además, denuncias que el Gobierno porteño, que da mucha difusión de los beneficios físicos y medioambientales del transporte sobre dos ruedas, todavía no realizó una campaña de difusión de la seguridad vial de los ciclistas. La mayoría de la información a la que se puede acceder en la web llega por medio de grupos espontáneos o asociaciones civiles.

Sofia no fue la única afectada por los accidentes viales en lo que va del año. Dos días antes, Franco, de 19 años, murió de una manera similar en el barrio de Pompeya. El domingo se realizó un pedaleo en su honor desde la famosa peregrinación ciclista “la masa crítica” que va desde diferentes puntos de la ciudad hasta Obelisco. Esta vez el grupo se detuvo en cada una de las esquinas donde sucedieron los accidentes para colocar una bicicleta pintada de blanco como homenaje.

“Sofia era un persona increíble, de esas que ves un día y ya querés conocer. Tal vez no te conocía pero venia y te daba un abrazo. Hay un pibe que laburó solo tres días con ella, pero después del accidente vino a mi casa y me dijo que Sofía le había cambiado la vida y que iba a estar para lo que necesite, vino al velorio y también al homenaje”, dice Joaquín, hermano de la jóven.

Joaquín es menor que Sofía pero se le parece bastante. Dice que heredó todo de ella, especialmente el amor por las bicis, fue ella la que le enseño a andar cuando era chico. “A Sofía le importaba generar una calle más segura y tranquila, por eso hacia su trabajo con gusto. Podía correr tres cuadras a alguien porque le decía algo en la calle y le reclamaba como una contravención”.

“Ella me metió a militar, era peleadora, creo que era feminista porque no podía guardar lo que sentía, decía todo”, cuenta Joaquín quien fue el encargado de recibir la noticia de la muerte de su hermana y  se puso al hombro la difusión del caso. Su lucha ahora es que se tome conciencia de lo desprotegidos que están los ciclistas. Con o sin casco si te pisa un auto o un colectivo es muy difícil no salir lesionado. En una ciudad donde se incita constantemente el consumo de bicicletas no hay regulaciones estatales ni infraestructura suficiente. El gobierno promueve el uso de las bicicletas porque es un recurso barato que los desentiende de mejorar el transporte público, pero si no se está adecuada terminan habiendo este tipo de accidentes”.

El 12 junio del 2017 Mauricio Macri creó por decreto la Dirección Nacional de Movilidad en Bicicleta dentro de la órbita del Ministerio de Transporte. En C.A.B.A Red de Ciclovías y Bicisendas Protegidas, inició 2017 con 169 km pero siguió extendiéndose bajo el compromiso del gobierno de llegar a 250 km en el 2019.

A pesar del presupuesto holgado y la importancia dada, el gobierno no focaliza en la seguridad vial sino en el ciclismo como parte de un estilo de vida más sano y amigable con el medio ambiente, a tono con el perfil de las políticas públicas de Cambiemos. Además, ni siquiera aquellas bicicletas del gobierno que se prestan en las estaciones del Plan de Movilidad Sustentable tienen especificado si deben restringir su uso a los circuitos de bicisendas, ni son entregadas con los cascos reglamentarios.

“En la casa del pueblo todos se acuerdan de ella por su presencia, su compromiso y porque eructaba muy fuerte, nadie le ganaba, hasta hicimos un juego con eso. Una vez fuimos a ver un stand up feminista, estábamos atrás de todo pero igual su eructo se escuchó tan fuerte que tuvieron que interrumpir el espectáculo para decir “provechito”. Obvio que todos pensaron que fui yo, ¿Quién iba a haber eructado de esa manera entre una belleza de ojos celestes y un zaparrastroso?”

Joaquín habla de su hermana mientras arma tabaco dice que todas las pulseritas de macramé que tiene las hacía ella:  “Si alguien le decía que le gustaban se la regalaba, total tenía miles”. La intención de la familia es sentar precedente para que esto no se repita, aún están recolectando las versiones de los testigos del hecho y analizando las cámaras de seguridad. Mientras tanto la foto de Sofía recorre las redes sociales y su imagen llegó a ser compartida por Malena Pichot, su ídola y máxima referente.

Joaquín cree que la muerte de su hermana no será en vano si sirve para concientizar, pero especialmente para exigirle al Gobierno que mejore las condiciones de los ciclistas con el mismo anhelo con el que busca ganar adeptos a las bicisendas. Si bien el deterioro de las calles y la falta de controles de velocidad y alcoholemia afecta a todos los ciudadanos el riesgo del ciclista de quedar gravemente herido en un accidente es peor. “No hay nada que te resguarde, no tenés parabrisas ni un chasis, tu cuerpo es el único amortiguador del impacto. Son los 15 kilos de la bici más tu peso. Si me entero de que por lo que yo hice se pavimenta una calle, se pone un semáforo, con eso estoy satisfecho”, dice y cuenta una última anécdota: “Cuando brindamos por ella cada uno tenía que eructar, era su homenaje, sabíamos que desde el cielo lo iba a estar escuchando”.

Compartí

Comentarios

Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios