El frío del invierno y el frío del Gobierno

La justicia porteña ratificó un fallo de primera instancia que responsabiliza al Ejecutivo porteño por la muerte de un bebé en situación de calle, ocurrida en pleno invierno del 2010. El gobierno de Rodríguez Larreta, que había apelado argumentando que la familia se había negado a ingresar a un parador, deberá indemnizarla.

La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario ratificó un fallo de primera instancia que obliga al Gobierno porteño a indemnizar a una familia en situación de calle que perdió un bebé en 2010 por las bajas temperaturas y el abandono del Estado.

Se trata del primer fallo firme que le da la razón a un civil en una causa por daños y perjuicios contra el Estado de la Ciudad. La jueza Mariana Díaz y el juez Carlos Balín desecharon los argumentos esgrimidos en la apelación del Ejecutivo, que intentó inculpar a la propia familia por haberse negado a aceptar pasar la noche en un parador.

Según el Ejecutivo porteño, no existió «nexo casual» entre la neumopatía que resultó fulminante para el bebé y la situación de calle de su familia. La jueza Mariana Díaz, en sus argumentos, sostuvo sin embargo que el GCBA «no renovó el otorgamiento del beneficio» del subsidio habitacional que hubiera prevenido que la familia pasase el invierno a la intemperie. El Gobierno «estaba advertido de la peligrosidad que significaba para la madre y el recién nacido la situación de calle, por lo que era previsible algún perjuicio», concluyó.

La jueza tocó en sus argumentos un tema sensible: al escaso monto que entrega el Gobierno a las familias en riesgo de calle -que no llega a cubrir la mitad del alquiler de una pensión en Once o Constitución- y las trabas burocráticas para recibirlo, se le suma el problema de que apenas dura diez meses, lo que obliga a muchas familias a recurrir a amparos judiciales para no perder el beneficio. Los funcionarios porteños de Desarrollo Social sabían, según Díaz, que la familia necesitaba seguir cobrándolo para no volver a la calle, pero dejó que las cosas pasaran y así fue el que bebé terminó muriendo por el frío.

La familia vivía debajo de la Autopista 25 de Mayo en la intersección de las calles Pichincha y Cochabamba, en una de las tantas ranchadas que reciben como única política estatal el asedio de los funcionarios de Espacio Público y la Policía porteña.

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