«La pobreza no baja, la indigencia tampoco. El Presidente le mintió a la sociedad», dice Jacquelina Flores, una de las referentes de los movimientos sociales que marcharon ayer al Ministerio de Trabajo en rechazo al ajuste en el Argentina Trabaja mientras el gobierno anunciaba desde Olivos los nuevos números de pobreza arrojados por el INDEC. En diálogo con El Grito del Sur, la referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), una de las columnas vertebrales de la Economía Popular, exigió que el Gobierno reconozca al sector como parte del mundo del trabajo. «No van a lograr invisibilizarnos», advirtió.
—Mientras marchaban, Macri anunció una reducción de la pobreza y también de la indigencia. ¿Cómo recibieron la noticia?
—Se dio la situación de que marchamos al Ministerio de Trabajo y Jorge Triaca no estaba para recibirnos, estaba mintiéndole a la sociedad al lado del Presidente. Nosotros, desde los barrios y la economía popular, desde nuestro cotidiano, desmentimos los datos del INDEC. La realidad es que no se ha generado trabajo desde que Macri asumió. Dejar de ser pobre es tener un buen trabajo y eso no pasa, no se ve por ningún lado. Lejos de bajar, la indigencia también aumentó. Por ese motivo vamos a volver a marchar en dos semanas.
—Para el INDEC, según el anuncio oficial de ayer, una familia tipo necesita 17 mil pesos para no ser pobre. ¿Cuántos de los compañeros de las cooperativas llegan a ese número?
—No, nadie llega. El salario social complementario es de 4700 pesos y se lo arrebatamos literalmente al Gobierno, que no lo quería sancionar primero y no lo quiso implementar después, para palear precisamente esa brecha que tenemos muchos para llegar a fin de mes. No hace falta ser una economista para ver la situación económica del país, que hay cada vez mas pobres. Y una de las cosas que les molesta es que una cartonera les diga las cosas claras, como son.
—¿Ven probable un anuncio del Gobierno de que, como está bajando la pobreza, hay ciertos aspectos del «gasto social» que ya no tienen sentido?
—Si, lo vemos. De hecho nos quieren seguir sosteniendo con un plan y no con nuestro derecho al trabajo, como decíamos antes. No somos mano de obra barata, como ellos nos ven desde su concepción de clase, somos parte de la economía de esta patria. No nos quedemos conformes con un «parche». Eso no va a pasar.
—Es curioso que, pese a que el Gobierno insiste en que nunca hubo tanto «gasto social» como ahora, jamás menciona a los beneficiarios de esa ayuda, quienes en su gran mayoría se organizan en la CTEP y las organizaciones de San Cayetano. ¿Se lo adjudican a una cuestión política?
—El Gobierno, por ejemplo, no habla de salario social complementario porque eso implicaría reconocernos como trabajadores y no como «planeros» y demás. Nosotros no vamos a permitir que nos sigan escondiendo. El Gobierno pretende hacernos quedar como el problema, cuando somos parte de la solución. Llegamos, con organización, adonde el Estado no llega. La realidad es que nosotros generamos trabajo, mientras el Gobierno lo destruye. De hecho, uno de nuestros planteos principales es que, en vez de darle la obra pública a los amigos del Presidente, nos dejen licitar con nuestras cooperativas. Tenemos experiencia y capacidad de trabajo y no robamos como lo hacen ellos.
—A través de trascendidos en los diarios, el Gobierno los acusó en enero de «poco transparentes» en el manejo de los programas. ¿Lo sintieron como una amenaza?
—Estamos esperando que vengan a revisar las cuentas como dicen. Una de las primeras cláusulas que le exigimos al Gobierno cuando se redactó la emergencia social fue el control. En el MTE todos estamos bancarizados. No somos punteros políticos de nadie. Eso del control fue fuego mediático. Estamos encantados de que vengan porque además, son muchos los compañeros que no pueden capacitarse como proponen ellos y hay muchos a los que, por ejemplo, no le pagaron este mes, que fue una de las razones de la marcha. Y nosotros cobramos a mes trabajado, por lo que nos están robando nuestro salario. Los que no son transparentes son ellos.
—El anuncio de Macri de ayer puede hacer pensar a mucha gente que estamos mejor ahora que antes, contradiciendo una de las consignas que lanzó la ex presidenta. ¿Estamos mejor o peor que en diciembre de 2015?
— Sin duda estamos peor. Nosotros reconocemos muchos derechos conquistados durante el anterior Gobierno, como la AUH. Todo lo que hemos logrado hasta ahora fue por nuestro esfuerzo y nuestra lucha. Aún así decimos que la discusión sobre nuestro sector no se dio a fondo como se debería. El Argentina Trabaja, por ejemplo, empezó con un espíritu y terminó con otro: era un programa de trabajo y terminó en un plan.
—La unidad que plantea la CTEP con la CGT se vio mucho en la calle. ¿En qué está ese mismo proceso desde lo institucional?
—Nosotros queremos los mismos derechos que un trabajador. Esa discusión todavía puede ser difícil de entender desde afuera, entender que en el movimiento obrero hubo trabajadores informales y formales. Toda mi vida fui precarizada, pero eso es parte de la historia del movimiento de trabajadores. Y hay aportes concretos que nosotros en la economía social podemos hacer, por ejemplo no tenemos brecha salarial de género. Nosotros no somos desocupados, somos trabajadores sin patrón pero sin derechos. Y en estos años hemos entendido que debemos construir nuestra propia referencia, que tiene que surgir del pueblo. Nos vamos conociendo cada vez más, la CGT nos ha abierto las puertas y vamos entendiendo que tenemos que dar la pelea juntos.