El Pentágono informó que James Mattis hará un paso breve por nuestro país, siendo su único punto en la agenda un encuentro con el ministro Oscar Aguad, sobre el cual la Casa Blanca delega la misión de que las Fuerzas Armadas se hagan cargo de la seguridad interna.
El eufemismo utilizado por Aguad en junio para poner en discusión el decreto 727 que prohíbe a las Fuerzas Armadas inmiscuirse en los asuntos en los que no intervenga otro Estado, es el mismo que se esgrime desde Washington: la lucha contra el narcotráfico y los ataques cibernéticos. La derogación del decreto vigente y la aprobación de la nueva normativa, que debe ser aprobada por el Congreso, estará entre los temas centrales a discutir.
Desde 2014 que un Ministro de Defensa estadounidense no visitaba la región, lo que habla claramente del cambio de época en el continente. De hecho, la Casa Blanca decretó este 2018 como el “año de las Américas”, en una clara señal del giro geopolítico del Departamento de Estado que cambió la dirección de sus cañones hacia el sur. Para el encargado de comandar los genocidios de Irak y Afganistán, los gobiernos como el de Macri y Temer “respetan los derechos humanos, las leyes y las relaciones pacíficas entre vecinos”.
Sin embargo, “no todos lo hacen y, por eso, una de las razones de este viaje es asegurarnos de que aquellos que son democráticos, que creen en esos valores fundamentales, son conscientes de que cuentan con un socio en el plano militar”, dijo Mattis en clara referencia a Venezuela, un día después de que Nicolás Maduro denunciara que los aviones no tripulados que intentaron asesinarlo fueron conducidos desde Estados Unidos.
Al respecto, en su reunión con los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa y Seguridad Pública, el caso del país caribeño fue tema de análisis. Y logró avanzar en el desarrollo de la base aeroespacial estadounidense de Alcántara, al norte del territorio carioca. Además de responder a la solicitud del gobierno no electo de Michel Temer, que reclama apoyo a sus fuerzas de seguridad. Esto tras decretar el estado de excepción en favelas de Río de Janeiro, transformando en un campo de batalla los barrios donde la deuda social es mayor.
“El objetivo es ser socios de otros militares en la región, algo muy transparente, nada escondido. Buscamos una sociedad de mutuo beneficio”, declaró ante la prensa el jefe del Pentágono en una extravagante conferencia de prensa a bordo del avión que partió desde Washington. En tanto, señaló la influencia de países como China y Rusia en la región como uno de los vectores a combatir.